La lluvia es una herramienta de redención; un método para lavar nuestros pecados y dejar atrás los errores de una existencia mal encaminada. Pero igualmente la lluvia puede ser un imán para espíritus perturbados, con ganas de colorear el agua con sangre. La sangre más roja que hayas visto, aunque sea en blanco y negro.
Museum, manga creado por Ryousuke Tomoe, nos cuenta la persecución de un asesino en serie que ajusticia a sus víctimas de maneras muy diferentes, marcando cada escena del crímen con un críptico mensaje. Como suele pasar en este tipo de historias, el asesino parece ir siempre uno o dos pasos por delante de un departamento de policía que se ve superado e incapaz de seguirle la pista. Hasta que el inspector Sawamura y su familia se ven directamente involucrados en los planes del asesino.
Estamos ante un manga técnicamente perfecto en muchos de sus tramos, y en el que Tomoe propone una estructura muy cinematográfica que nos atrapa desde el sugerente inicio. De hecho, es evidente la influencia de obras como Seven o Saw durante su desarrollo. Esto, unido a un ritmo ejemplar, hace que devoremos las páginas con un creciente interés, inversamente proporcional al tamaño de nuestras uñas. Y es que «Museum» nos regala unas cuentas secuencias que se adhieren más al terror que al thriller, secuencias que logran un nivel de tensión realmente alto para tratarse de un cómic. Son esos momentos lo mejor de la obra, y donde el autor demuestra un gran dominio de la narrativa gráfica así como un perfecto manejo de la carga psicológica que arrastran algunas escenas.
Confieso que no soy un consumidor habitual de manga, limitándose mi interés a obras muy determinadas. Tal vez por ello, me llama poderosamente la atención lo bien que está integrado el sonido en las imágenes gracias al adecuado uso de las onomatopeyas. No sé si es un recurso común en la mayoría de mangas, pero sin duda aquí está utilizado de manera ejemplar, de tal forma que casi escucharemos el repiqueteo de la constante lluvia, o el chirriar de un tablón de madera bajo una pisada. Estos elementos, clave en cualquier buena película de género, se convierten aquí en un protagonista más.
La obra se presenta con un dibujo muy limpio pero al mismo tiempo muy realista, que entra muy bien por los ojos. El diseño de personajes está muy conseguido, haciendo que cada uno de ellos sea reconocible sin problemas (cosa que no sucede en todos los mangas). La representación de todo tipo de objetos, desde un edificio hasta una lata de refresco, alcanza un nivel de detalle alucinante, lo que nos invita a detenernos el tiempo que haga falta para admirar algunas viñetas. Pero donde realmente brillan en todo su esplendor los lápices de Tomoe es en las escenas más explícitas. No es nada comparable a las perversiones que pueden mostrar gente como Junji Ito o Shueiro Maruo, sino en un tono mucho más realista. Tampoco es que sean demasiadas, pero ello hace que su aparición resulte aún más impactante.
Como punto negativo debemos citar que el tipo de trama que plantea «Museum» la hemos visto anteriormente en otras obras, y es posible que alguien acostumbrado a este subgénero no se vea tan sorprendido como desearía. Aún así, como decía antes, la narración es francamente buena y el autor logra generar un alto grado de implicación por parte del lector. Son discutibles algunas resoluciones, y por ejemplo la justificación para involucrar al investigador con el asesino queda un tanto forzada, aunque es un recurso perdonable en aras de añadir más chicha a la historia. También el desenlace podría decepcionar a algunas personas aunque Tomoe cierra el cómic con unas páginas un tanto ambiguas y de libre interpretación.
Norma Editorial publicó «Museum» recientemente en España en 3 tomos que incluyen la historia principal y dos historias cortas independientes del mismo autor en los tomos 2 y 3 a modo de extras, y que resultan muy recomendables. El éxito de este manga ha provocado una adaptación a live action con la que tengo ciertas dudas de que funcione tan bien como en papel. En definitiva, creo que estamos ante una obra que, pese a cierta previsibilidad en su trama, resulta totalmente recomendable por su brevedad (3 tomos en manga no es nada) y su adictiva y absorbente historia. «Museum» es como un viejo perro rabioso que viene directo hacia nosotros. Aunque le vemos venir de lejos, no podemos evitar que nos muerda y no nos suelte.