Título: Rawblood
Autora: Catriona Ward
Traductora: Cristina Macío Orio
Editorial: Alianza Runas
Nº páginas: 368
Género: Horror gótico
Precio: 21,95 €
SINOPSIS
Iris y su padre son los últimos miembros de la dinastía de los Villarca. Recluidos en su solitaria mansión en Dartmoor, sufren aislados la maldición que durante generaciones ha acabado con su familia. Pero Iris rompe su promesa de ocultarse del mundo exterior y se atreve a enamorarse.
RITUAL
Conocí a Catriona Ward en La casa al final de Needless Street, pero, tras afrontar toda su bibliografía publicada en nuestro país, y pese a que esa primera obra me marcó y la tengo por lo mejor de su catálogo, debo afirmar que el género predilecto de la autora, y donde se mueve como profundo en el agua, es el gótico oscuro.
Familias. Familias enfrentadas entre sí y con otras familias que no pueden evitar odiarse y amarse. Secretos inconfesables que se entierran hondo. Emplazamientos agostados y descastados. Mansiones o castillos onerosos. Atmósfera de poder y peso con miedo arraigado. Rivalidades. Pasiones que obligan a actuar o a callar. Encierros y castigos. Revelaciones. Pretéritos que marcan futuros.
Seguimos de inicio dos franjas temporales dentro de esa finca y la familia que la habita, los Villarca, una más actual con Iris y sus desvelos, cómo va descubriendo el funcionamiento de la maldición, de lo que puede y no puede, de la mano de su padre y de un amor prohibido. Y otra anterior, para mí mucho más interesante e intensa, bajo el ala manuscrita de un doctor amigo que ese mismo Alonso atemporal, cobijado el colega de medicina en Rawblood, indagando sobre cierto procedimiento para cierta cura, lo cual acaba conduciendo a una irremisible locura y al conocimiento de la verdad.
Eso hasta el ecuador, luego, una vez más, la novela cambia. Más tiempos, pretéritos y ulteriores, más personajes de esas ramas familiares vinculadas, y el tormento de Iris, ahora sí, protagonista, en el manicomio, su proceso, su evolución. Después, una extraña pareja de mujeres exiliadas a Italia que se encontrarán con un visitante perpetuo. Luego, el soldado. A continuación… Y así, sumando fragmentos de ese árbol genealógico de los Villarca, tan parco, revelando ese misterio de su genética, de sus raíces, de su atadura a Rawblood, de lo que allí mora… Para concretar y completar, un puzle de personajes asociados que bailan delante y detrás en sus propias épocas para que enlacemos en nuestras cabecitas y situemos la tragedia, mucha tragedia, mucha tristeza, en foco para el desenlace.
Y no quiero desvelar más. Porque algo maldito parece cohabitar con los pocos que hollan Rawblood, y ese algo no dejará que los Villarca escapen. ¿Por qué?
La historia no deja cabos sueltos, aunque pueda retorcerse mucho, variar el foco, siempre de la mano del preciso estilo de la autora, que domina las diferentes escenas y a los diferentes personajes. Y dentro de los protagonistas, varios, siempre gira en torno a Iris, siempre, de impecable construcción. Con querencia por ese doctor amigo (reminiscencias de Poe), o Alonso. Los enigmas de lo que aconteció serán desvelados a través de sus penurias. Y la atmósfera, es cuasi mental, dentro de la psique de esos personajes, en el interior de la hacienda, con ese frío que traslada el tacto de las mismas páginas. Lo maneja, lo mueve, lo presenta magnífico, y se percibe durante la lectura.
Debo comentar leve el desenlace, el giro final. La sorpresa. Eso tan propio de Catriona Ward. Maravilloso. Pese a que la novela gira más sobre el amor, los vínculos y la desgracia. La tristeza inherente y familiar. Ese giro final nos deja con la sensación de gran lectura. De poso irremisible.
Reconozco que, gustándome, me ha resultado algo densa por partes dentro de la multiplicidad de personajes, que aportan, pero en los que se incide en demasía para la importancia que adquieren luego en el peso absoluto de la trama. Se lee algo menos ágil que el resto de su bibliografía, pero con alegría, teniendo en cuanta que el gótico siempre ha sido elaborado a fuego lento. Con todo, es un gusto deleitarse con la prosa de Catriona, ya asentada en ese gótico, trayendo de vuelta sensaciones antiguas con un estilo diferente, y contando grandes historias.
Recomendable este Rawblood, y un placer el reencuentro con una autora ya de referencia.
Pd: siempre albergo la sensación que Catriona Ward puede dar más, ofrecer algo más, dejarnos pavorizados. Que posee más sustos, más trucos, más argucias literarias para sorprendernos. Espero con ganas la siguiente.
Román Sanz Mouta
Redactor