Después de hablar de Paul Tremblay y su La cabaña del fin del mundo, nos toca hablar de otro de los referentes actuales del género de terror: Grady Hendrix. Con unos cuantos títulos ya a sus espaldas, entramos en el universo Hendrix con Horrostör, una novela destacable tanto por su novedosa aproximación al subgénero de casas encantadas como por la forma en que se nos presenta, ya que el libro imita el aspecto de un catálogo de tienda de muebles.
Es la hora de presentar las conclusiones de esta edición del Club de Lectura. Incluimos varias opiniones de la novela por parte de los miembros del Club, así como el debate que realizamos sobre Horrorstör.
Esperamos que os guste.
Los miembros del club hablan
Tremendamente cinematográfica en su estilo, lo que comienza siendo una aventura cuasi teen por su desenfadado desarrollo se va transformando poco a poco en un viaje al corazón del mal. Un mal representado por una amenaza paranormal que ofrece unos pequeños avisos antes de explotar definitivamente e inundarlo todo, pero también un mal interior, representado por la duda, la insatisfacción y la resignación al fracaso.
Amy, la protagonista, actúa de espejo frente al lector, ofreciéndole las dos caras de la sociedad actual: la sumisa ante unos poderes que aplastan al individuo, y la insurrecta, aquella que antepone la conciencia a los riesgos. Así logra Hendrix la empatía y simpatía de un lector que se ve arrastrado desde un cuento scoobydooyano a una pesadilla con retazos de Hellraiser, siempre tributando a un tipo de cine gamberro (hasta cierto punto) que introduce toques cómicos en su trama.
Los detalles que más me gustaron tienen que ver con esa improbable pareja Matt-Trinity, que se convierten en el catalizador de la trama fantástica por sus ínfulas de querer ser los nuevos ghostbusters de su canal de streaming, así como toda la avalancha de acontecimientos que van sepultando a la protagonista a un pozo de infernales terrores. Quizá haya menos humor del pretendido, pero el ritmo, en especial de la segunda mitad de la novela, es trepidante.
En conjunto, una novela muy entretenida, de las que se consumen en pocos días, que deja buen sabor de boca pero no un poso duradero.
José Luis Pascual
Horrorstör ha sido el primer libro que me he comprado solo por su apariencia. Aunque suene friki, reconozco que su parecido a un catálogo de IKEA me pareció tan original que me despertó la curiosidad por leerlo y no me arrepiento, porque me ha resultado un libro de ágil lectura, de esos que de vez en cuanto apetecen, no tanto para la mente o el enriquecimiento personal como por disfrutar de un entretenido tiempo de ocio.
En la propia portada se clasifica como novela de terror, y a pesar de no haber leído mucho de este género, reconozco que si lo llevo a lo que sería su definición literal «Miedo intenso», yo no lo he llegado a sentir en ningún momento; algo de asco y un poco de angustia sí, pero poco más. Por lo tanto, nunca la recomendaría por género, pero sí por contenido.
Considero muy bien trabajadas las ilustraciones del libro, comenzando por la portada que, como decía anteriormente, se asemeja a un catálogo de muebles, pero ya avanza algo de lo que te vas a encontrar dentro con el detalle de los cuadros. A lo largo de toda la novela va introduciendo planos, formularios de pedido, elementos y descripciones a ese catálogo, que hacen muy fácil verse inmerso en la historia, porque están cuidados al detalle y porque ¿quién no ha pisado alguna vez una tienda de estas características? Yo desde luego sí, aunque es posible que no quiera volver. En cada inicio de capítulo presenta un producto con sus características, que posteriormente integra en el relato, dejando patentes todas sus posibilidades y utilidad. Hasta la contraportada que, de un solo vistazo, te lleva a lo que no queda de cara a la galería.
Los personajes también los veo muy bien desarrollados y uno me ha llegado a sorprender, para mí hubiese tenido muchas posibilidades de crecimiento pero, siendo la primera edición de 2014, resulta difícil que haya una segunda parte, por lo que pierdo la esperanza de que tenga más protagonismo del que ha tenido en esta historia.
Los siete primeros capítulos equivaldrían a la ambientación y puesta en escena. La trama y desenlace los situaría a partir del octavo.
Desde que cualquier “cosa” es susceptible de ser convertida en libro, valoro mucho más la presentación, la edición y el lenguaje, que al margen de que la historia te pueda gustar más o menos, creo que son aspectos que deberían de ser siempre importantes. En este caso solo he encontrado una palaba que no me ha terminado de convencer: «—¿Cómo habéis podido arremeter todos esos sacos en un Liripip? —preguntó Ruth Anne.» (página 61, primer párrafo).
MJ
Amy, la protagonista de Horrorstör, es una joven descreída, harta de su trabajo de dependienta en Orsk, un sucedáneo de IKEA, y también de todos sus compañeros. Encerrada en un ciclo de desesperación y queja del que es incapaz de salir, obcecada con huir hacia delante y sin un centavo en el bolsillo, acepta pasar la noche en los grandes almacenes con dos colegas para investigar por qué los sofás amanecen manchados y el inventario desaparece cuando la tienda está cerrada. Pero Orsk es algo más de lo que aparenta, porque en aquel mismo espacio se edificó una prisión en el siglo XIX y lo que pasó allí sigue afectando al presente.
Este es el punto de partida de la novela, que se lee prácticamente del tirón y despierta sensaciones positivas, tanto por su cuidado diseño como por su ingenio al utilizar los instrumentos de marketing como complemento de la experiencia. El autor cuida las relaciones entre los personajes y dibuja un arco dramático para Amy que se resuelve satisfactoriamente a través de la experiencia traumática que vive, utilizando un estilo muy próximo al de la novela juvenil, al que añade una crítica hacia la sociedad de consumo y las prácticas de multinacionales como Orsk, cuya muestra más interesante es el paralelismo entre el panóptico de la prisión con la que comparte cimientos y el recorrido circular que el cliente se ve obligado a realizar cada vez que se entra en la tienda, que hace que la hora de salida sea incierta (o tal vez nunca llegue).
Una lectura adictiva que nos remite a lugares y experiencias que todos conocemos, y a personajes en los que también nos reconocemos. Quizá falte algo de atrevimiento en su propuesta de terror para un escenario tan interesante, que se agota demasiado rápidamente, pero a cambio nos entrega bastante acción y algunas escenas potentes con sorprendente desparpajo. Muy fresca y recomendable.
Bernard J. Leman
Lo positivo es que es una novela entretenida de fácil y rápida lectura. Tiene un lenguaje desenfadado, sin florituras ni extensas descripciones. Va al grano.
Lo negativo es que, aunque tiene escenas muy fuertes y algunos pasajes en los que la atmósfera es asfixiante, me ha costado asimilar que es un libro de terror, ya que, con el tono fresco de la introducción, que es media obra, hasta que empieza lo fuerte, tuve la sensación de que estaba dirigido a un público juvenil.
Vicente Ortiz
Me ha gustado mucho el formato, la estructura, el planteamiento de las historia de terror desde la crítica social. Es un libro objeto con un diseño impecable y que se va entrelazando con la trama a medida que esta se vuelve más siniestra.
Sin embargo, la historia me ha parecido muy típica y llena de clichés, no aporta mucha novedad más allá de la estética.
Susana Calvo
C.G. Demian
Debate
Os dejamos con el debate realizado en directo el pasado 5 de febrero, que contó con la participación de JL Pascual, Jota, Sergio Requejo y Daniel Piniella. Esperamos que os guste.
Próxima lectura: ?
(Vamos a hacer un pequeño parón de un par de semanas. Anunciaremos en redes la siguiente obra a leer)