Tenía muchas ganas de volver a encontrarme con Edgar Wright después de la magnífica Baby Driver. Última noche en el Soho venía, además, respaldada por su triunfo en el festival de Sitges. Una vez más, las expectativas jugaron en su contra, ya que, aparte de un buen trabajo a nivel audiovisual, la película va dando bandazos sin terminar de encontrar el pulso adecuado. Hay buenos momentos dentro de una trama en parte original, y es cierto que la joven Thomasin McKenzie aguanta muy bien su papel de sufridora, pero hubo algo que hizo que la historia no me terminara de enganchar. Mi sensación es la de un producto que funciona bien como thriller de terror para todas las edades, pero que podía haber sido mucho más.
«La película que se proyectaba en salas con las luces encendidas» resulta ser una de esas producciones que se quedan en tierra de nadie. Si bien cuenta con una espléndida dirección artística, muy deudora de The Wailing —no en vano Na Hong-jin hace aquí las veces de productor—, su desarrollo es más propio de una serie B desvergonzada. Tenemos una posesión, y cierta apuesta por mostrar imágenes de cámaras de seguridad, pero lo malo es que The Medium se toma en serio a sí misma y, cuando alcanza su delirante tramo final, no hay nada que te haya enganchado. En general, horrible película, de esas que a menudo te hacen taparte los ojos, no por el terror, sino por la vergüenza ajena.
Han pasado ya unos años desde que, aparentemente, la saga Paranormal Activity quedó cerrada. Next of Kin escapa de la historia principal para ofrecer una trama alejada de lo habitual en la franquicia. Ambientada en un cerrado poblado amish, este regreso se apoya en la típica grabación cámara en mano aunque, en determinados momentos, rompe el formato con tomas externas y golpes de sonido. Si bien este tipo de recursos son los que pueden sacar al aficionado de la película, en general la historia se las apaña para sustentar el visionado y satisfacer las necesidades de quien busca algo más de una hora de evasión. Quizá no soy objetivo, porque disfruto mucho con esta saga, pero en líneas generales me ha gustado y creo que supone un pequeño soplo de aire fresco en una saga que parecía definitivamente agotada.
Interesante película que toca el tema de la licantropía desde la perspectiva del moderno cine independiente. El valor de la propuesta de Ludovic y Zoran Boukherma radica en el chocante tono que predomina durante todo el metraje, en el que se alterna continuamente un humor negro e irreverente con pasajes de mayor poso dramático y cierto contenido social. El concepto de licantropía se representa aquí a través de la inadaptación y el malditismo, y aunque la película intenta romper algunos moldes, no termina de dar todo lo que promete. Pese a ello, Teddy me parece un film altamente recomendable porque no presta demasiada atención a los recursos del moderno y mainstream cine de terror.
José Luis Pascual
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