Phil Tippett, el mago que supo convertir la fantasía en realidad

por David P. Yuste

¡Hola a tod@s, amigos y amigas!

Hacía tiempo que no me pasaba por mi sala de autopsias favorita. Así que como os echaba de menos, he decidido volver a ponerme la bata, los guantes de látex y pasar por ella para realizar un trabajo breve, pero que creo que para muchos será realmente ilustrativo.

Si así de primeras os digo el nombre de Phil Tippett, es posible que muchos no sepan a quién me refiero. Pero seguro que si menciono a Jabba el Hutt, los fans de Star Wars reconocerán enseguida a este malvado mafioso intergaláctico y le pondrán rostro (bueno, lo de rostro era un decir, pero ya me entendéis). O por ejemplo, los amantes del cine de acción y ciencia ficción sabrán enseguida también a lo que me refiero si pronuncio este conjunto de letras y números juntos, ED900, del film Robocop.

Phil Tippet

Pues bien, fieles amigos y seguidores de nuestro querido Monolito, Phil Tippett es el responsable y quien está detrás de la creación de estas dos criaturas tan icónicas en la cultura pop de la historia del cine. ¡Y esto es tan solo una pequeña muestra!

Pero para variar, creo que me estoy adelantando.

Como vie-joven (si me permitís auto-denominarme de esta forma para evitar el término cuarentón), nacido a principios de los años ochenta, he crecido con un sinfín de películas y cintas en las que aparecían personajes y efectos especiales que eran realizados a mano. A la antigua usanza. De hecho, como amante y buen cinéfilo, siempre ha habido un concepto dentro de este arte que me ha llamado poderosamente la atención. Me refiero al Stop-motion.

Pero antes de meterme en harina, y para los que no conozcan este concepto, el Stop-motion es el arte de crear animaciones a partir de miniaturas a las que, a base de mucha paciencia, se les va dotando de pequeños movimientos mientras se van capturando uno a uno con la cámara. De esta forma, cuando los juntas todos dan como resultado una sensación de movimiento real. Os pongo un ejemplo que sin duda os lo aclarará del todo. Seguro que muchos y muchas en vuestra infancia habéis cogido un buen número de papeles y hecho un muñecote en cada una de esas hojas en diferentes posturas, para finalmente pasarlos muy rápido dotando así a vuestro personaje de una sensación de movimiento (que por cierto, y como sabréis, esta era la manera tradicional de realizar en su origen los dibujos animados antes de la llegada de la era digital). Pues esta vertiente artística a la que me refería sería su equivalente pero en la realidad, con figuras modeladas, y normalmente con un esqueleto interno de metal para poder articularlos.

Como os decía antes, yo he crecido viendo numerosas películas realizadas a partir de esta técnica. Algunos ejemplos que los más veteranos conocerán y que nunca me cansaba de ver eran Furia de Titanes (1981), La Puerta (1987) o un film de culto basado en un relato de Tim Burton: Pesadilla antes de navidad (1991). Ninguno de estos trabajos son suyos, pero tuvieron en su momento un gran repercusión, y reflejan a la perfección a lo que me vengo a referirme.

Fotogramas de Furia de Titanes, La puerta y Pesadilla antes de Navidad

Precisamente por ese motivo me gustaría profundizar un poco más en la figura de este genio, que pese a los años ha sabido adaptarse y evolucionar sin perder el norte y defendiendo sus ideales y sus sueños. Yo opino de manera personal que Phil Tippett es todo un genio del Stop-motion, ya no solo por sus creaciones, sino porque además sobrevivió como comenté antes al avance de las nuevas tecnologías y supo adaptarse a los avances del cine y los diferentes saltos evolutivos que ha habido a lo largo de ese camino recorrido, pero sabiendo combinar el Stop-motion sin llegar nunca a perder su estilo. 
Y ojo, que no solo soy yo quien opina que este escultor, dibujante y artista multidisciplinar es un genio. Que estas mismas palabras han sido pronunciadas por el consagrado cineasta Paul Verhoeven después de trabajar con él codo con codo.
Ahí queda dicho.

Antes de aportaros un poco más de información interesante sobre él y sus trabajos, me gustaría dejar claro también que antes que él hubo muchos otros que trabajaron esta técnica o estilo y de forma magistral. Véase por ejemplo el caso de Ray Harryhausen, del cual era Phil Tippett un ferviente admirador y que trabajó en la industria realizando numerosas facetas, incluida la de creador de efectos especiales y especializado en el Stop-motion.

Una vez habiendo aclarado esto, me gustaría empezar a desgranar un poco su carrera así como sus principales trabajos.

Tippett siempre ha sido un enamorado de esta forma de crear y hacer cine. Tanto es así que lleva más de cuarenta años dentro de la profesión. Ya no solo elaborando y diseñando criaturas para posteriomente animarlas y darles vida, sino también como supervisor de animación, efectos visuales, o incluso como director. De hecho, comenzó a realizar sus propios experimentos en el garaje de su casa siendo un adolescente.
Tras estudiar arte en la Universidad de California y licenciarse, se trasladó a vivir a Los Angeles. Poco  tiempo después, colaboraría en la que sería su primera producción. Un trabajo de escaso presupuesto, en el que participó como constructor de miniaturas, y del cual solo le queda el recuerdo, ya que ni siquiera aparece en los créditos. Estamos hablando del año 1977, y el proyecto en cuestión fue un trabajo titulado The Crater Lake Monster.

Inmediatamente después, y como si el azar quisiera ponerlo en el lugar que le correspondía, llegó la primera gran oportunidad de mostrar su valía. Tras dejar de trabajar en la productora Cascade Fotos, él y su compañero Jon Berg fueron contratados por George Lucas a través de ILM (Industrial Light & Magic) para crear en Stop-motion el icónico ajedrez holográfico que aparece dentro del Halcón Milenario en Star Wars IV: Una nueva esperanza.

Un dato curioso que podríamos considerar incluso anecdótico, es que cuarenta años más tarde, J.J. Abrams volvería a contactar con Phil Tippett para que volviera a recrear dicho tablero para la producción de Star Wars VII: El despertar de la fuerza. Y de hecho, no solo se recuperó para esta cinta, ya que en Han Solo: Una historia de Star Wars (Ron Howard) también aparece de manera breve.

Después de haber demostrado de lo que era capaz, ni a Phil ni a su grupo de colaboradores les faltó el trabajo.
Pero antes de avanzar, tengo que aportaros un dato crucial, y que sería determinante para la trayectoria de este gran artista. Este dato en cuestión es que unos años atrás conoció a una joven de la cual se enamoró, que no solo sería su mano derecha, fiel colaboradora y esposa, Jules Roman, sino que como veremos más adelante se encargaría de poner en el camino correcto a Tippett.

Jules Roman

Retomando el hilo. Como os decía, a partir del estreno de Star Wars, las ofertas comenzaron a caer sobre su mesa.

Un año más tarde trabajaría en la creación y puesta en escena de los efectos especiales del clásico de serie B, Piraña. Una respuesta de bajo presupuesto, dirigida por Joe Dante y sumamente eficaz, que aprovechó el tirón y el éxito de taquilla que tuvo solo dos años antes Tiburón.

En 1980 volvería a repetir con ILM para George Lucas en Star Wars V: El Imperio contraataca. Sin embargo, asumiría un enorme reto que además le supondría un gran quebradero de cabeza: el de realizar la animación de una buena parte de criaturas. Pero con una enorme diferencia, que pese a sus reticencias iniciales, tendría que aceptar: la de cambiar su manera de trabajar para dar un mayor realismo a determinadas escenas.

Y he aquí donde aparece el primer avance, y por tanto evolución, en cuanto a esta técnica se refiere, dando el salto a lo que se conoce como Go-motion. Esto no es otra cosa que emplear la misma técnica que en el Stop-motion solo que en lugar de mover de manera manual las figuras, estas tienen una serie de elementos mecánicos que producen el movimiento a través de un ordenador. Esto produce un efecto de movimiento mucho más realista, por lo que determinadas acciones parecen también mucho más veraces.

Para aquellos tiempos, este cambio supuso una revolución; tanto es así que no solo lo replicó en su siguiente película Dragonslayer (El dragón del lago de fuego, 1981), sino que en los años sucesivos lo emplearían muchos otros animadores y creadores de VFX (Efectos Visuales) para la realización de algunos films que hoy son considerados de culto.
Un buen ejemplo de ello son: The Terminator (James Cameron, 1984); o El secreto de la pirámide, (Barry Levinson, 1985), donde por cierto también se introdujeron los primeros efectos especiales hechos por ordenador. Seguro que muchos recuerdan la escena del caballero de la vidriera.

Volviendo con el bueno de Tippett, es el año 1983 el que le supuso verdaderamente un enorme reconocimiento dentro de su profesión, y que además hizo que su nombra sonara con fuerza en la industria. Ese año, una vez más fue contratado junto a varios de sus colaboradores para terminar la trilogía original de Star Wars y encargarse no solo de los efectos especiales de El retorno del Jedi, sino además del diseño de un buen número de los personajes.

Gracias a este trabajo recibió su primer Oscar de la Academia. Pero lo más importante: consiguió el dinero que necesitaba para crear su propio estudio en 1984, Tippett Studio.

Durante ese periodo añadir también que fue contratado por George Lucas una vez más, pero en este caso como consultor creativo de efectos especiales para Indiana Jones y el templo maldito.

Como veis, ya por aquel entonces currículum no le faltaba precisamente.

Aquí hacemos un pequeño alto, y es donde queremos destacar, como dijimos al comienzo, la importancia de Jules Roman (su mujer). Phil no nació para ser empresario, y mucho menos para afrontar la responsabilidad de dirigir el estudio que acababan de crear. Lo que mejor se le daba, y se le sigue dando, es crear. Así que su esposa, muleta imprescindible sobre la que siempre se apoyó y sin la que no habría llegado hasta donde llegó, lejos de amilanarse comenzó a estudiar y cogió las riendas del negocio. De ese modo ella se convirtió en la directora de Tippett Studio asumiendo la parte de producción, mientras que su marido podía centrarse en continuar con su pasión.

Ese mismo año, comenzó un proyecto personal que aunque fue rechazado le valió para ser contratado para otro trabajo similar.

El escultor siempre había sido desde niño un amante de los dinosaurios. Siempre le habían maravillado, así como otra infinidad de animales, por lo que los estudiaba y se documentaba cuanto podía sobre ellos. De ahí nació la idea de realizar el trabajo Prehistoric Beast (Bestia Prehistórica). Que, como bien dijimos antes, aunque fue rechazado como material didáctico (ya que ese era su objetivo inicial, que sirviera a los más jóvenes para aprender sobre ese período), le sirvió no solo para dirigir su primera película, sino también para experimentar y realizar grandes avances en el campo del Go-motion.

Si veis el cortometraje de apenas diez minutos, enseguida comprenderéis a lo que quiero referirme. De hecho, aquí os dejo el link para que podáis disfrutar de él. Ya que se encuentra de manera libre en Youtube:

Phil Tippett’s Prehistoric Beast

Por aquellos tiempos, y si miramos atrás a lo largo de la historia del cine, el Stop y el Go motion se caracterizaban por una premisa fundamental: los planos sobre los que se trabajaban eran estáticos. Es decir, se trabajaba sobre una imagen fija. Además, ambas técnicas tienen dos claves básicas, que eran y son la iluminación y la cantidad de movimientos que se filmaban o fotografiaban. Pero Phil Tippett, como dije antes, quiso innovar y fue mucho más allá. Consiguiendo una obra en la cual no solo incluyó algo portentoso y de lo más novedoso como fue añadir escenas con zoom, sino que además a esto le sumó cambios de enfoques y movimientos de cámara, distintos planos…

Todo ello le valió para que su estudio recibiera el encargo de realizar los efectos especiales de un documental de televisión titulado Dinosaur! (¡Dinosaurio!), que además presentaba nada más y nada menos que Christopher Reeve, quien tan solo unos años antes se había metido en el traje de Superman.

Los años sucesivos fueron un continuo no parar. Largas jornadas de trabajo en los que él y su equipo asumieron diferentes roles, y que dieron como resultado varios filmes. Entre ellos contamos con Howard the Duck (Howard el Pato), Willow, Honey, I Shrunk the Kids (Cariño he encogido a los niños)…

En ese periodo de tiempo que transcurrió entre 1986 y 1990, hay una película que no solo le sirvió de nuevo para añadir valor y reconocimiento a su trayectoria y carrera, sino que además le valió para conocer a un director que se convertiría poco después en su amigo y admirador. Dicho título fue Robocop. Un Blockbuster en toda regla, rodado en 1987 y dirigido por Paul Verhoeven, con el que años más tarde volvería a coincidir. El cineasta quedó muy satisfecho con el trabajo de su estudio en cuanto a la creación del robot que según el argumento debía sustituir a los humanos asumiendo el rol de la policía, patrullando así las calles y acabando con la delincuencia. Efectivamente, como ya dijimos al comienzo de este artículo hablamos del ED209.

Apenas tres años más tarde, un experto y curtido Phil Tippett decidió asumir de nuevo con su empresa los efectos especiales de su secuela, creando además no solo nuevos enemigos, sino FX espectaculares. Una cinta que, aunque muchos opinaron que no estaba a la altura, particularmente pienso que fue en su momento infravalorada.

ED209

Sin duda podría seguir escribiendo, y vosotros leyendo durante horas (eso si es que no consigo aburriros antes) sobre la trayectoria de Tippet, así como sobre su vida y logros.

En su larga carrera hay obras de lo más variadas. Tippet Studio y su equipo de colaboradores, con los que lleva trabajando muchos años de manera estrecha, han participado en películas de notable calidad. Algunos ejemplos de ello podrían ser: DragonHeart (1996), Evolution (2001), The Spiderwick Chronicles (Las crónicas de Spiderwick, 2008), varias de las cintas de la saga Twilight (Crepúsculo), incluso en Jurassic World I y II.

Pero creo que para ir finalizando voy a centrarme en tres trabajos, los cuales tienen una relevancia especial en su carrera, y enseguida sabréis el porqué y los motivos para deciros esto.

La primera de ellas se trata de Jurassic Park, del año 1993 (Steven Spielberg). Un largometraje premiado con tres estatuillas en los Premios Oscar (incluido su segundo premio, en este caso como mejores efectos visuales), el cual supuso una revolución y por tanto también (hablando de dinosarios) el siguiente salto evolutivo; marcando, de paso, la línea que separaba un antes y un después en la manera de hacer cine.

Frente a esta producción Tippett se encontró frente a un enorme problema que le hizo replantearse muchas cosas. Aunque inicialmente su intención era combinar el Go-motion para la realización de los dinosaurios con la Animatrónica (otra técnica empleada durante décadas en el cine con la cual empleando medios robóticos y electrónicos se pueden construir criaturas con apariencia viva; dos buenos ejemplos son Alien, el octavo pasajero y Gremlins).

Sin embargo, a Spielberg le pusieron sobre la mesa un trabajo realizado por ordenador que recreaba con gran realismo a los dinosaurios, y decidió que eso era lo que quería para su nuevo Blockbuster. Eso de inicio fue un varapalo increible con consecuencias catastróficas para nuestro artista, el cual no solo veía que sus métodos de trabajo se quedaban anticuados, sino que además corría el riesgo de poder quedarse fuera del proyecto. Pero había una cosa con la que nadie contada. Y era que, pese al realismo que le otorgaban los efectos visuales que generaban los ordenadores a las diferentes especies, los informáticos eran incapaces de reproducir los movimientos con el realismo que necesitaban. 

Y es ahí donde de nuevo Phil Tippett y su equipo, grandes estudiosos de los movimientos de estos seres, de manera muy inteligente aprovecharon sus conocimientos y no dejaron pasar la oportunidad. Finalmente crearon una serie de técnicas que resultaron ser toda una revolución. Mientras que a través de esqueletos mecánicos y maquetas reproducían a la perfección los movimientos de los diferentes dinosarios, el equipo informático encargado de crear los reptiles prehistóricos, mediante numerosos punteros colocados en puntos estratégicos de los armazones, los replicaban posteriormente en sus creaciones.

De esa forma nació una nueva manera de emplear la tecnología más avanzada mientras que la combinaban con los elementos tradicionales que durante décadas se habían utilizado.

Así fue como nació otra obra de culto para la posteridad, de la que se rodaron diversas secuelas, y de la que actualmente se vuelven a realizar no solo producciones para el cine, sino incluso versiones animadas para la pequeña pantalla.

Una vez más, fue iniciativa de Jules Roman, directora y productora de Tippett Studio y esposa del artista quien decidió que debían dar el paso y aprovechar todo ese nueva información adquirida para futuros proyectos.

El siguiente trabajo del que debemos hablar es Starship Troopers, en la que Tippett y Verhoeven volvían a colaborar. La película fue rodada en 1997 y supuso un enorme reto para el artista y su equipo, trabajando jornadas enteras hasta acabar exhaustos. 
El argumento, por si alguien no la ha visto, plantea en un futuro lejano el ataque a la tierra por una civilización de insectos gigantes tan agresivos como peligrosos. Las tropas humanas deciden atacar las colonias que el enemigo ha ido sembrando en los diferentes planetas que han ido colonizando en lugar de combatirlas en su lugar de origen. De esa forma, y a medida que aprenden a luchar contra ellos, lo van debilitando para el golpe de gracia final.

Aquí el estudio se superó. Ya que tuvieron que crear una gran variedad de criaturas y darles vida de forma que se movieran de manera convincente. Así cada insecto gigante era equivalente a lo que podemos encontrar en nuestros ejércitos: insectos voladores que equivalían a nuestros aviones, otros acorazados que serían su propia versión de nuestros tanques…

Fue a raiz de esta cinta cuando Paul Verhoeven se convenció de que Phil Tippett era un genio.

Starship Troopers supuso un batacazo de taquilla y casi no recaudó beneficios. Sin embargo con el tiempo ha logrado ganar adeptos, y a día de hoy muchos la consideran una película de culto. De hecho, se llegaron a hacer dos secuelas posteriormente.

Y es aquí donde entra en acción de nuevo Tippett. Ya que para su continuación algunos años después (concretamente en el año 2004 y lanzada directamente para televisión) decidió animarse a trabajar en su primer largometraje y coger el toro por los cuernos en cuanto a la dirección del film se trataba. Esta experiencia le sirvió para retomar un trabajo del que vamos a hablar a continuación.

Para ser justos, hay que decir que en realidad fue cosa más bien de su equipo. El artista comenzó un trabajo treinta años atrás que debido a diversos factores quedó relegado al olvido, cuyo título era Mad God. Sus trabajadores encontraron el proyecto y lo animaron a reanudarlo.

Esta obra era una mezcla de géneros donde había cabida para todo. De hecho, echándole una ojeada por encima podría parecer un sinsentido. Pero con Mad God, el autor pretendía exteriorizar muchas cuestiones y dudas que se le planteaban, así como su visión del mundo y numerosos problemas que existían y que existen en la actualidad. Así pues, es un trabajo que salía de lo más profundo de su alma humana, y por tanto también la que podría reflejar más de él que cualquier otro proyecto realizado con anterioridad.

Pero aquí había un problema, y es que Tippett no contaba con fondos suficientes para llevarla a cabo. Es por ello que durante años él y su equipo la han compaginado con otros encargos. Para su financiación recurrieron al kickstarter (medio por el han ido recaudando dinero para poder hacer ese sueño realidad).

Hasta el momento se han realizado tres cortos de manera íntegra en Stop-motion, que en teoría abarcan la obra final del artista. Como dato anecdótico, he de decir que Mad God ha participado en diferentes festivales y cosechado también numerosos premios. Todo un logro realizado de manera íntegra por el Tippett Studio.

Aquí os dejo los enlaces al Teaser/Trailer, y a su web personal donde podréis encontrar muchos más trabajos suyos:

Bueno, niños y niñas. Con esto llegamos al final de nuestro recorrido por la brillante mente de este creador sin límites. Un artista que sin que muchos conozcan su nombre ha conseguido cautivar a miles de espectadores con sus numerosas y enormes aportaciones al Séptimo Arte durante cuatro décadas.

Os dejo con el genio, con el inigualable Phil Tippett.

Sea lo que sea que ande planeando, y en el proyecto en el cual esté ahora trabajando, estoy convencido de que conseguirá volver a sorprendernos con él una vez llegue a su término.

Por mi parte me despido por hoy.

Como siempre, os digo hasta pronto mientras me dispongo a guardar todos mis utensilios de trabajo. Aunque a estas alturas, creo que ya sabréis que lo hago con gusto. Siempre es de agradecer tener material fresco con el que poder trabajar.

Os acompaño hasta la salida de mi sala de autopsias. Una vez más sin un solo rasguño.

Tan solo un último consejo: tened cuidado por los pasillos una vez crucéis esa puerta marcada con el número cuatro. Tras cada esquina, cada recoveco de los largos pasillos que hay bajo este enorme Monolito, podéis toparos con cualquier cosa.

Quedáis avisados. De vosotros depende ahora hasta dónde estáis dispuestos a llegar aún a riesgo de perder la cordura.

¡Hasta pronto amigos!

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