El Gusano y sus reyes (Hailey Piper)

por Lorena Escobar de la Cruz

Título: El Gusano y sus reyes

Autor: Hailey Piper

Editorial: Dilatando Mentes

Nº de páginas: 168

Género: Terror

Precio: 21,95€

SINOPSIS

Nueva York, 1990. Cuando uno se sale del camino marcado, no suele haber nadie ahí para prestarle su ayuda; eso es algo que Monique ha aprendido por las malas después de que su novia Donna haya desaparecido sin dejar rastro. Solo después de conocer la noticia de la ausencia de otras mujeres, Monique escucha los rumores que hablan de un monstruo con garras que acecha en las entrañas de la ciudad, llevándose a sus víctimas al subsuelo, a la oscuridad. Pero Donna no ha desaparecido. La han secuestrado. Para salvar a la mujer que ama, Monique debe descender más allá de los  límites conocidos, ha de adentrarse en un mundo subterráneo de fanáticos de un culto enigmático y de criaturas sombrías… Pero lo que encuentra va más allá de sus peores temores: una oscuridad  que se extiende desde los albores del tiempo y a través de las estrellas.

RESEÑA

Los integrantes de Dentro del Monolito hemos reflexionado y debatido muchas veces sobre qué es lo que verdaderamente da terror. Sobre la diferencia entre la vistosidad de los medios audiovisuales y la facilidad para crear la atmósfera necesaria, y lo difícil que resulta hacer lo mismo a través de la literatura. Porque, ¿a qué le teme en realidad el ser humano? Existen tantos traumas como formas de lunares. Miedos indefinibles e indefinidos. Existen malos que matan y no mueren y existen muertes terroríficas por el vacío que excavan y nunca cubren. Resulta complicado escribir terror, y no me refiero a la etiqueta que llevan algunos best seller. Terror del que te toque esa parte de ti mismo que evita el contacto en el espejo. Terror del que retuerce. Pues bien, me encuentro hoy reseñando un libro de terror que no necesita absolutamente ningún elemento de miedo. ¿Cómo es eso posible? Enseguida os lo explico.

«¿No te gusta el supercontinente? Te lo fragmenta en trocitos. ¿No te gusta la gente que vive ahí? La reemplaza. El séquito del Gusano pintaba su caos en las paredes y entonaba sus leyendas, pero eran cuentos de un asesino de las estrellas».

El libro de Hailey Piper podría encuadrarse dentro de ese género llamado terror cósmico. Lovecraft creó un universo donde cobijar a hijos pródigos y díscolos, y la autora ha sabido crear una tela de araña en la que el cosmos y el monstruo, el caos, los humanos, lo indeterminado y lo indescriptible confluyen con cánticos de fondo a modo de lenguaje, como la articulación sin hueso de algún animal desconocido. Todo muy lovecraftiano, pero delimitar y definir El Gusano y sus reyes con ese término sería de una simplicidad imperdonable. Porque el terror cósmico que sobrevuela toda la obra solo sirve para exponer el mayor miedo del ser humano, ese que no se cuenta en voz alta, el que tratamos de ocultar con sonrisas y fotos de Instagram, el que se viste de elegante y se va de fiesta los sábados por la noche. El miedo pasa por el trauma, el trauma se preña de cicatrices y la necesidad de encontrar un lugar en el mundo, en esa chapuza a la que se le dio el nombre de sociedad, convierten al ser humano en esclavos de lo imposible, en mendigos de cariño, en suplicantes de formar parte de algo que ni siquiera comprendemos, que nos lleva a odiar el rechazo, a odiarnos, a dañar y asesinarnos con tanta lentitud que ni siquiera nos quedan las marcas de nuestra propia involuntad. De eso, de todo, habla El Gusano y sus reyes. Que no es poco.

«El miedo es un síntoma. Ocurre cuando tu perspectiva previa se derrumba (…) A veces tienes que caer para ver las cosas de otro modo».

Junto con la idea de daño provocado por voz propia y ajena, Hailey Piper nos pone en nuestro sitio a través de esa pseudoreligión y secta que se forma en los bajos fondos de la todopoderosa Manhattan. Porque no existe mejor metáfora que la de querer salvar el mundo por medio de la raíz podrida: los túneles de Freedom se convierten en el nicho perfecto para los rechazados, los ateos de un mundo creyente, para aquellos que están fuera de la línea, desplazados, apátridas. Cicatrices andantes en un mundo de brillos y telas de raso.

Esa religión, la adoración a un dios superior que crea destruyendo, nos dice en letras mayúsculas que por más que nos empeñemos en odiar, querer, matar y morir, a fin de cuentas, no somos absolutamente nada frente al universo que nos presta una minúscula ratonera a un alquiler desorbitado. No, el universo no entiende de destinos, ni de luchas por la supervivencia, el universo, maldita sea, no comprende de amor. Y es terrible, porque estamos precisamente ante una novela en la que el amor es lo más importante: las acciones de Monique están guiadas por ese sentimiento que, como el Gusano, también crea y destruye. El retroceso a un agujero de gusano capaz de arrasarlo todo hasta dejar un mundo sin odio, el renacer, la extinción, no, nosotros no tenemos nada que ver en eso por mucho que nos empeñemos en creer que poseemos los mandos. Esta tierra se pilota sola. El cosmos también. Y solo estamos aquí en un préstamo absurdo de interés demasiado alto. Una mota de polvo. La más absoluta nada.

«Desgarraríamos el universo por la gente a la que amamos, pero a veces nos olvidamos de querernos a nosotras mismas».

En definitiva, la obra de Piper es una mezcolanza, una pesadilla, un eco onírico tan extraño como simbólico, un viaje, una catarsis, un trauma que se desprende en cientos de traumas distintos. Una mentira y una verdad casados en gananciales, ocupados en brillar bajo un escenario perfectamente descrito, con un poder visual que te transporta y que me parece, de lejos, lo mejor de la novela. Casi te parece pasear por ese fondo abisal en tierra firme huyendo de los monstruos y los humanos, casi te parece sentir el cántico, notar la sangre, las garras, los espasmos. Todo ello culminado en un giro final que te chilla que lo que has leído, a fin de cuentas, no es más que una metáfora acertada y dolorosa, un grito mudo de aquellos que estamos llenos de marcas ajenas y propias, un poema de inalcanzable registro, una canción cuya letra se escribe en galimatías que solo entienden aquellos que entienden de daños.

No es un libro fácil, El Gusano y sus reyes.

No es un viaje fácil, conocer y conocerse.

No, el mundo no nos necesita y algunas veces nosotros no necesitamos al mundo.

El camino está repleto de espinas.

Y las rosas no son más que un jodido mito.

2 comentarios

Daniel Aragonés mayo 5, 2023 - 9:41 am

Me ha gustado mucho la forma de la reseña. Muy interesante. Me llama la atención esta novela.

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FRANKY mayo 5, 2023 - 6:28 pm

Puf, pues ya no me llama la atención en absoluto; yo pensaba que partiría del egregio poema de Poe, “una forma reptante se introduce… los serafines lloran viendo cómo de sangre humana tíñense sus dientes… se apagan las luces… esta obra es la tragedia Hombre, y el gusano conquistador su héroe”. Ahora tendré que escribir yo la novela que me he imaginado

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