Francisco Plaza Trinidad —mejor conocido como Paco Plaza— es un director de cine valenciano famoso, principalmente, por ser el co-creador de la saga REC. Licenciado en Ciencias de la Información en la Universidad Politécnica de Valencia y diplomado en Dirección Cinematográfica por la ECAM, comenzó su carrera en 1995 con su primer cortometraje: Tropismos. Aunque su corto más sonado antes de empezar a hacer largometrajes fue Abuelitos (1999).
El fenómeno de terror REC ha dado tres secuelas, cómics y el interesante documental [•REC] Terror sin pausa, de Diego López-Fernández (2022). Aun así, eso tan solo le ha dado alas para demostrar, a lo largo de sus casi treinta años como cineasta, que nació para aterrorizarnos. Para marcarnos imágenes en la psique con su mano maestra, como si de un fierro al rojo se tratara. Por eso hoy repasamos su carrera y analizamos su caligrafía fílmica. Al igual que hice con Shyamalan —que no fui mal encaminado, todo hay que decirlo— voy a dividir en etapas la carrera de Paco Plaza. En este caso tres:
1ª etapa: buscando una voz propia (cortometrajes – Cuento de Navidad)
Vamos a pasar por alto su debut en el largometraje porque tiene poco que ver con el género (o mucho, depende de para quién), que fue un documental para televisión llamado OT, la película (2002), dirigido junto a Jaume Balagueró. Pero diremos que su carrera empieza ese mismo año con El segundo nombre, adaptación de una novela de Ramsey Campbell rodada en inglés bajo el amparo de Filmax. Una interesante primera piedra para cimentar sobre ella su estilo. Está bien dirigida, aunque no es del todo entretenida. Es perversa en su fondo y en su historia acerca del deterioro y la descomposición de lo que llevamos dentro. Un adelanto del talento que se estaba gestando. Ganó el Melià de Plata a mejor película europea en el Festival de Sitges 2002.
Luego llegó otra adaptación, Romasanta, la caza de la bestia (2004), esta vez bajo el sello de la Fantastic Factory, creada por Filmax para hacer cine español de terror rodado en inglés. Visualmente, es lo más distinto de su carrera, con una fotografía de telefilme y momentos muy telenovelescos que no juegan a favor. Lo más interesante es Elsa Pataky y la transformación del hombre lobo, que es brutal. Y termina esta primera etapa con la cinta para televisión Cuento de Navidad, dentro de la idea Películas para no dormir, impulsada por el maestro Chicho Ibáñez Serrador en 2005. Una especie de Cuenta conmigo navideño donde se deja ver cierto sentido del humor que será determinante en su futuro como director.
Fotograma de El segundo nombre.
2ª etapa: más macarra, más violento (REC – REC 3)
Aquí se da el primer volantazo a su carrera. En 2007, Paco Plaza junto a Jaume Balagueró —con el que había estado coincidiendo en la película de OT y en proyectos como Películas para no dormir o las producciones de la Fantastic Factory— dirigen el hito, el clásico del terror español a escala internacional: [•REC].
Poco se puede hablar de ella, todo está ya dicho. Un found footage que llegó en el momento preciso en el que el subgénero reflotaba, con una Manuela Velasco estupenda en su primer protagónico y una mezcla entre terror, humor y violencia gráfica que se entrelazan en un envolvente caos donde los directores hallan la excelencia. Tres premios en Sitges y dos Goyas se llevó en su año. Tal fue el éxito que dos años después se estrenó la secuela [•REC]² (2009) con ambos directores también a la cabeza. Donde se invierte más en la exploración de la violencia y las consecuencias directas de la primera cinta, que en ofrecer un producto realmente absorbente. Aun así, se hizo con cuatro premios Gaudí.
En 2012, tres años después, Paco en solitario estrena [•REC]³: Génesis. Saliéndose por completo del edificio donde ocurrían los sucesos de las dos pelis anteriores y cambiando drásticamente el tono de la franquicia. Dándonos una de las mejores comedias de terror españolas de la década, pone a una Leticia Dolera imparable en el protagónico de un filme intencionalmente mamarracho. Y también deja en bandeja de plata la cuarta —o mejor dicho, las formas de la cuarta entrega— rompiendo con el found footage, literalmente.
Javier Botet, Manuela Velasco y Leticia Dolera a lo largo de la saga REC.
3ª etapa: sofisticado animal cinematográfico (Verónica – La abuela)
Entretanto, hace un vídeo musical para Carlos Ann protagonizado por Leticia Dolera, un documental o concierto filmado de Enrique Bunbury llamado Bunbury 3D (2010), un corto para Gas Natural Fenosa llamado Ultravioleta (2014) y otro corto bastante divertido para Nanouk Films llamado Luna di miele, luna di sangue VII (2010) también protagonizado por Leticia Dolera. Además de un capítulo para El ministerio del tiempo llamado «Tiempo de magia», en 2015, y el famoso y enternecedor anuncio de Campofrío de 2020 con el difunto Quique San Francisco haciendo de la Muerte: D.E.V. Disfrute en Vida.
No obstante, la tercera etapa de verdad, en la que Paco Plaza se muestra como un animal cinematográfico, comienza en 2017 con Verónica. Según el propio Paco en Los felices veinte: «Me preguntaron cuál fue mi primera película y dije que creo que Verónica, porque creo que fue la primera vez que sentía que conseguía contar una historia que yo quería y me sentía en control de lo que estaba haciendo». Una película sobre el trauma, el abandono y hacerse mayor, muy desoladora. Después vino Quien a hierro mata (2019), donde se sale del género para incursionar en el thriller, con un Tosar espectacular y probablemente el mejor montaje de un clímax de los últimos años del cine español. Ambas películas hablan de la persecución de aquello de lo que no te despides haciendo uso de una gramática cinematográfica excelente.
Fotogramas de Quien a hierro mata, Verónica y Freddy.
Finalmente, esta tercera etapa cierra —de momento, hasta el estreno de Hermana Muerte en Netflix— con un episodio de una serie y una película. Lo primero fue Freddy (2021) para el reboot de Historias para no dormir de Prime Video. La reinterpretación del clásico episodio de Chicho Ibáñez Serrador, muy giallo y con montañas de referencias al cine de terror de décadas pasadas. Muy sangriento y retorcido. Pero para retorcida La abuela (2022). Un relato sobre la vejez y la obsesión —siempre presentes, ahora lo vemos— escrito por el enorme Carlos Vermut, con muy poco humor y rodado de forma jodidamente espectacular en 35mm.
Los leitmotiv de su filmografía
Es muy fácil ver cómo Paco Plaza siempre nos habla de los mismos temas desde diversos puntos de vista y, en ocasiones, con los mismos elementos físicos. Desde el comienzo de su carrera —prácticamente desde el primer plano de su filmografía— la importancia de los espejos es imperante. Los reflejos, más bien, porque también pueden ser a través de televisores, ventanas, escaparates, etc. Espejos donde reflejar de diversas formas a nuestros personajes, intentando penetrar a través de estos en sus pensamientos más oscuros. Luego, el tema de la vejez, relacionada con la muerte y el deterioro, desde la primera película hasta la última, incluso en personajes secundarios como en Quien a hierro mata o Verónica. Las formas circulares para encapsular la información necesaria del plano. Las telas o sábanas blancas cubriendo un cadáver u ocultando algo a simple vista.
Fotograma de La abuela.
Las persecuciones de aquello que no queremos dejar atrás como en Freddy con el muñeco o en [•REC]² con el personaje del sacerdote. Aunque esto último tiene mucho que ver con el tema quizá más recurrente de su cine: la obsesión. La obsesión por vengarse de Tosar en Quien a hierro mata, la de Leticia Dolera por reunirse con su marido en [•REC]³: Génesis, la de Verónica con el recuerdo de su padre o la de Erica Prior por descubrir la verdad en El segundo nombre. Pero sobre todo, lo que es irrefutable de su cine, además de crear excelentes scream queens o final girls (Manuela Velasco, Leticia Dolera, Almudena Amor, Elsa Pataky, Sandra Escacena), lo que más se destaca de sus películas es que, prácticamente en todas, no hay salvación posible para sus protagonistas. No existe posibilidad de salvarse, están siempre abocados a la perdición. Y eso deja siempre un poso devastador al acabar la película, aunque termine con una canción de Héroes del silencio o un golpe de humor. Es despiadado y no por ello cruel.
Así pues, de esta manera Paco Plaza demuestra que ha nacido para contar historias que nos aterroricen, que nos muevan las aguas turbias de nuestro interior, siempre con su particular visión divertida, intensa y sin pretensiones. Y ojalá siga haciéndolo por muchos años.
Para completistas, es de sumo interés escuchar su charla de dos horas con Paco Cabezas en el podcast Casa Paco, la entrevista que le hacen en SensaCine por el estreno de La abuela o su reflexión sobre el cine de terror actual en TCM. Al igual que el programa de Los felices veinte antes mencionado.