Qué puedo decir yo, a estas alturas, sobre la novela corta que supone La Llamada de Cthulhu. Un clásico al inicio de culto, y ahora reverenciado por muchedumbres de acólitos mientras la fama del maestro Lovecraft crece y se expande tanto como su panteón cósmico. Todos conocemos esta historia, igual que tenemos en boca al numen Cthulhu, el más reconocible de sus creaciones, con esa cabeza de pulpo, soñando, habitante de R´lyeh. Esperando para destruirnos a todos sin ser consciente siquiera de nuestra existencia. Así de temible.

Tenemos un tripe narrador, el que nos habla de pasado, de eones atrás. El que supone la misma trama, y los sueños y averiguaciones que completan el texto. Una historia de horror Pulp, de monstruos, de lugares imposibles, de mitos y rituales y sectas, de descubrimientos que atentan contra la cordura, las leyes físicas, el mismo sentido común. Como digo, qué te voy a contar que ya no sepas, pues no necesita presentación.

Al turrón; como viene realizando en los últimos tiempos, Gou Tanabe, un genio (lo confirmo con rotundidad), coge este material y lo encumbra a través del arte de su dibujo, de su concepción de la trama, de su perspectiva única desde el país del sol naciente. Tremebundo.

Los dibujos de Tanabe, aunque pueda parecer increíble, encajan a la perfección con la bibliografía de Lovecraft, y lo puedo afirmar pues he leído todo lo publicado en España y alguna joya de importación aún por traducir. Pero su cumbre la supone esta La llamada de Cthulhu y su hermana Las Montañas de la locura, otra brutalidad que desguaza a través de sus dibujos y diseños este genio para sumergirnos por completo en tan complejos manuscritos.

Sé que debes sentirte ligeramente afín al formato, pequeño, manga, leído al revés (o al verrés). Que no te intimide o te eche para atrás. Son novelas gráficas que se devoran en minutos, pese a su larga extensión, pero que requieren de una lectura y una atención al detalle en cada viñeta mutante que enriquece esa experiencia, pues en las mejores escenas de Lovecraft, aquellas que parecen improbables de dibujar, encontrarás las mayores proezas de Gou Tanabe, quien las afronta con alegría, trasladando su pasión por el autor de Providence hasta el lector, sea adlátere o novedoso en el deguste. Incluso sus personajes, muy parecidos, de rasgos afilados y afinados, gestos torvos, miradas desencajadas que nos trasportan a un descenso a la locura, convencen, nos convierten en delirantes, así de poderosa deviene su construcción de la ilustración.

Además, pule el que viene a ser uno de los defectos de Lovecraft, hacer más entretenidas las partes lentas, las descripciones insanas, la investigación o la plática entre personajes, que suelen ser monólogos para transportarte a la visión que los provocó.

En resumen, Planeta Cómic nos regala diversas adaptaciones, y más que vendrán, espero, del idolatrado y nefando Lovecraft, por mano y pluma de un maestro en lo suyo, Gou Tanabe. Se han fusionado a la perfección, atreviéndome a decir que es el dibujante que mejor capta la esencia, y mejor traslada al medio gráfico, la obra del maestro de Providence.

Altamente recomendable, imperdible, para unos y otros (porque además, el formato, tapa dura, acompaña). Nunca un blanco y negro lució tanto con su mezcla de terror, Pulp y Weird. Si vas a descubrir ahora a Gou Tanabe, te envidio. Si ya lo has hecho, busca más de sus obras, porque no te dejarán indiferente.

Pd: determinadas páginas dobles me dejan sin palabras, son mejores incluso que mis pesadillas. Bravo.