Sam y yo (Joe E. Álamo)

por Chris T. Nash

Título: Sam y yo

Autor: Joe E. Álamo

Editorial: Vencejo Ediciones

Nº de páginas: 360

Género: thriller psicológico, oscuro

Precio: 19 €

SINOPSIS

Las voces que habitan la mente de Eva, un personaje con tanta personalidad que, aunque no dice ni pío en todo el libro, no le basta con una. Por eso, y porque tuvo una infancia de mierda, Eva crea a la dulce e introvertida Sophie, incapaz de matar una mosca, y a la deslenguada Sam, de armas tomar, literal y literariamente, siguiendo los preceptos del maestro Jackie Chang.

RESEÑA

¿De qué no es capaz el dolor, el trauma, el abuso? A veces estos se hacen tan presentes que desgarran no solo la carne, sino la mente, haciéndola añicos. Nos sumergen en un estado tan catastrófico que nuestro propio ser, nuestra persona, se esconde en un oscuro rincón, y nuestro cuerpo avanza a trompicones como una marioneta llevada por otra persona. A veces, en contadas ocasiones, esa otra persona se hace tanto con el poder para protegernos, que pide ser llamada por su propio nombre. Eva es una de esas veces, su trauma se hace tan palpable que deriva en un trastorno disociativo de la identidad, así nace Sam y yo (Sophie), la novela de la que quiero hablaros hoy.

«Tengo cicatrices en la espalda y las nalgas aún hoy. Y cuando terminaba de golpearme, llegaba el daño de verdad. Fueron tiempos en los que quise morir. Desaparecer. Disolverme. Y las ansias por no estar ahí me llevaron a descubrir cobijo en mi interior. Un recoveco. Una oquedad que se convirtió en mi refugio. Mi hogar contra el horror. […] Allí estaba a salvo. Allí mi cuerpo era algo ajeno. Apenas sentía su dolor ni su angustia. Era una cáscara vacía […] Hasta que llegó alguien y lo reclamó».

Eva ya no existe, aguarda en su palacio de la mente a que Sophie soporte los maltratos de su tío Fernando. Hasta que ya no puede más y Sam viene a rescatarla de la forma más abrupta. Es entonces cuando Sam y Sophie acaban internadas en un sanatorio que pronto se desvela prometedor; en el que las aceptan como son, les buscan un trabajo y les regalan chocolate. Lo que ninguna sabe es lo que se oculta tras la institución, quién paga las facturas, ni por qué son tratadas con tanta libertad. Pero un incidente lo cambia todo y la huida parece la única salida, como les suele pasar a las víctimas.

«Todo era nuevo, hasta el aire olía diferente. Yo sentí un temor repentino a esos espacios abiertos, al asfalto sin fin y el horizonte inalcanzable. Sam no, ella disfrutaba de cada momento. Me hice el propósito de vivir sin miedo, igual que ella. Pasaron los días hasta que dejé de contarlos. Dormimos en moteles de carretera o en el propio coche. Parábamos a comer, estirar la piernas o a contemplar un paisaje que en la meseta siempre era el mismo. Poco a poco me amoldé a mi nueva existencia y me sentí reconfortada, feliz».

De aquí en adelante se abre el portal de lo imposible; el autor nos recomienda dejarnos llevar y atravesar el espejo. La primera mitad de la novela se anuncia terrorífica, psicológica y desesperanzadora, estamos en el mundo de Sophie: hay contención y miedo. En la segunda mitad de la novela, Sam toma cada vez más el control y nos sumerge en bares de moteros, se hace amiga de una exagente del Servicio de Inteligencia Ruso y participa en un Club de la lucha un tanto particular. Joe se inspira en cómics de superhéroes, aventuras, explosiones, persecuciones, juega añadiendo toques de Tarantino a la novela, giros inesperados, y una víctima que consigue adueñarse de su destino.

Un punto importante a destacar en la novela Sam y yo es la forma. El autor no solo juega con la mezcla entre géneros, también se arriesga a darnos un formato que se sale de los estándares de la novela. En la entrevista que le hice en mi programa A grito Pelao (ver entrevista), el autor comenta que para Sophie y Sam la realidad son ellas mismas, el mundo exterior está fragmentado y es translúcido, por lo que los únicos diálogos acotados son las conversaciones entre ambas. Las conversaciones con el resto de personajes se marcan en cursiva. Además, se introducen acotaciones al margen derecho que son reflexiones que Sophie se hace a ella misma. Estos recursos, lejos de sacarte de la historia, aunque solicitan un poco de atención extra, pretenden plasmar en el papel el funcionamiento de una mente múltiple y compleja. A mi parecer este formato enriquece la historia y añade una capa extra a la protagonista.

En resumidas cuentas, Sam y yo es un libro que os recomiendo si queréis pasarlo mal pero tener la preciada venganza. Si queréis unas dosis de violencia y risas inesperadas. Si os gusta un humor negro bien dosificado. Si no os encorsetáis en un género o forma concretos. En definitiva, si estáis dispuestos a pasar por el agujero hacia la madriguera de la locura y dejaros llevar por el simple disfrute de lo que venga, sea lo que sea.

«Nadie sabe de lo que soy capaz

hasta que les meto el pie en el culo».
                                                            Sam

3 comentarios

Joe Álamo febrero 16, 2024 - 12:48 pm

Gracias por la lectura y la reseña.

Responder
Chris T. Nash febrero 16, 2024 - 12:52 pm

Gracias a ti, Joe, a seguir escribiendo 😉

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Daniel Aragonés febrero 16, 2024 - 1:05 pm

Pues me resulta muy atractiva la novela. Joe promete. Muy interesante el desglose. El principio me ha gustado especialmente, ese toque loco depresivo con el que abres. Es un trastorno que me gusta usar, y soy un apasionado de este tipo de lecturas.

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