Título: La posesión de mi hermana
Autor: Yolanda Camacho
Editorial: Dimensiones ocultas
Nº de páginas: 208
Género: Terror
Precio: 14,94 €
SINOPSIS
¡Ruth está muy preocupada! Su hermana Nadia está haciendo cosas RARÍSIMAS y a estas alturas ya solo hay una explicación… ¡ESTÁ POSEÍDA! ¿Qué se hace en estos casos?
Vive una espeluznante y divertida aventura junto a Ruth y sus amigos, mientras tratan de ayudar a Nadia para que vuelva a ser la de antes.
RESEÑA
No es la primera vez en esta página que reivindico la calidad para los productos destinados a los más pequeños. La literatura infantil y juvenil es una categoría que implica unas cuantas concesiones y decisiones estilísticas y de contenido, pero no por ello debe de ser literatura descuidada. Podríamos argumentar que es casi al contrario.
Un poco en esta línea de pensamiento se nos presenta La posesión de mi hermana, una divertida novela a cargo de Dimensiones Ocultas. Siguiendo la clave de Goosebumps u Horrorland, la autora nos lleva a una pequeña historia de madurez, cambios e incomprensión en la soledad de lo infantil, aderezada con terror sobrenatural. Vayamos por partes que hay tela que cortar aquí.
Tenemos una historia de ritmo ágil narrada desde la perspectiva de una preadolescente, embutiendo en nuestro cuento de terror todos los cambios, tonterías, inseguridades y ramalazos de niñez propios de la edad. Y es que la posesión no deja de ser un reflejo distorsionado de todos los cambios que sufrimos cuando llega la dolorosa (y asquerosa) transición a la edad adulta. A nuestra protagonista le da miedo que a su hermana le pase algo malo, por supuesto, pero también le paraliza la destrucción del status quo. ¿Ya no es la persona que yo conocía? ¿Su pasar página me incluye a mí? E incluso me atrevería a añadir: ¿eso me va a pasar a mí?
De una manera llana, que no por ello zafia, vamos a conocer a esta chica y sus miedos e inseguridades mientras, por supuesto, avanza en su aventura sobrenatural. Porque, no nos olvidemos, esto sigue siendo una historia de miedo. No diría ni de terror, creo que el apelativo «historia de miedo» es la que mejor le viene. Un capítulo de Historias de la cripta antes de dormir.
Sin destripar la historia en exceso, la novela nos presenta una historia de corte clásico de fantasmas, un cuento espectral con un par de lavados de cara para que se sienta asentado en nuestra era. El contraste es delicioso y siempre me crea una sonrisita (me gusta pensar que es cómplice con la de la autora) el ver cómo un canon más tradicional aún puede funcionar en una sociedad que se ha criado hiperestimulada y poco impresionable por los horrores de toda la vida. Y es que, al final, el terror es eterno e inmortal y apela a lo inmutable de la condición humana, pues eso es lo que siempre ha hecho especial al miedo (y a sus monstruos, faltaría más).
La trama nos lleva a caballito entre una aventura urbana con olor a hormonas (ay, la adolescencia) y un tufo punkarra que me ha resultado muy de agradecer y, por otro lado, segmentos de terror y ocultismo más clásicos y efectistas. Quizá no sea la reseña más larga, mas creo que es a bien. Cuando escribo una reseña siempre busco la pura sinceridad y consonancia por la obra reseñada, y si algo es esta novela es sincera. Sabe qué es (y qué no es, que me parece igualmente importante) y con ello narra un cuento pequeño pero bien parido sobre adolescencia, cambios y espectros. Se puede devorar de un sorbo y me resulta una introducción al género maravillosa.
Además, me ha dejado una sensación muy curiosa. Cuando acabé me quedé un momento parado, pensando que me daba un poco de pena que, muy al estilo Horrorland, la historia no devengase en algo más grande que, quizás, uniese a nuestra protagonista con la de futuros libros en pos de detener un mal mayor. Y, sinceramente, no hay mayor halago a un escritor que decirle que tenías ganas de ver más de su universo.
Venga, a disfrutar.
Carlos Ruiz Santiago
Redactor