Título: Crisálida
Autor: Fernando Navarro
Editorial: Impedimenta
Nº de páginas: 272
Género: Narrativa contemporánea
Precio: 21,95 €
SINOPSIS
La niña Nada abre los ojos en la cama de un sanatorio al que no sabe cómo ha llegado. Los recuerdos y las pesadillas provocados por los fármacos la trasladan a un tiempo anterior, cuando sus padres se la llevaron, junto con sus cuatro hermanos, a vivir a un bosque perdido en algún lugar entre las Alpujarras y Sierra Nevada. Allí la violencia y la locura se apoderan de toda su familia, en especial de su padre, al que apodan el Capitán, un hombre atormentado y paranoico por el que Nada siente una extraña fascinación. Asediada por una presencia inquietante que habita en el corazón del bosque, la niña aprende a crecer en mitad de una naturaleza tan viva como hostil, tan extraña como peligrosa.
RESEÑA
Hace un tiempo, alguien me cuestionó acerca de la imposibilidad de convertir en literatura los mecanismos de una mente esquizofrénica. Cierto es que no podemos comprender de manera exacta cómo funciona la mente enferma y fragmentada de las víctimas de ese trastorno, pero siempre he defendido que los autores debemos intentar trasladar al papel esa imposibilidad de la forma mas fidedigna que podamos. Por suerte o por desgracia, es algo que me toca muy de cerca, pues tengo familiares cercanos que sufren de ese mal. Tratar con ellos a lo largo de los años me ha enseñado que, dentro de su visión distorsionada de la realidad, existen algunos hilos que los escritores podemos aprovechar. Todo esto viene al caso porque me ha sorprendido mucho, y para bien, la habilidad de Fernando Navarro a la hora de acercarse al trastorno y mostrarlo en primera persona. Algunos de los recursos que utiliza me recuerdan a algunos de mis propios cuentos, como «Greyhound bus», incluido en Conocerás el mar, esa ancha tumba, o «Gorriones», incluido en Con pájaros muertos dibujo coronas.
Esa exploración, que ya de por sí es un aliciente significativo para que alguien decida leer Crisálida, se ayuda de una narración especial que presenta a Nada, un personaje portentoso que sirve a veces como observador casi imparcial, y otras como punto de reflexión y foco de la trama. Por un arrebato de su padre, Nada es arrastrada junto a sus cuatro «hermanicos» a la dura vida en plena montaña. Lo que allí vivirá la familia conforma una árida historia de profundo poso psicológico y de cómo subsistir en las peores condiciones imaginables. No sé si la intención del autor va por estos derroteros, pero no cuesta equiparar algunos tramos de la novela con lo que sufren a diario poblaciones enteras víctimas de guerras absurdas.
«Somos ángeles, dijo un día Columbina, y nos dibujó en una hoja de un cuaderno con alas y no, Columbina, no éramos ángeles a lo mejor nacimos ángeles en el vientre de Madreselva pero las alas no eran suaves de algodón sino alas de murciélago que acaban en pico y le rasgaban un poco la barriga por dentro porque nos volvimos con el tiempo demonios».
Los primeros fragmentos ya anticipan a un narrador cristalizado, capaz de entrever momentos de distintas líneas temporales de manera simultánea y de otorgarles el color y el peso de las propias vetas del cristal. Magia narrativa que, desde el mismo inicio, confirma que estamos ante una obra monumental. El tono está muy equilibrado, utilizando un lenguaje vulgar cuando es necesario y alternándolo con una prosa que alterna lo poético con lo horrible. Esta voz puede recordar al de Carcoma, resultando, si acaso, más natural y redondo. Tan redondo, que a menudo Fernando Navarro realiza continuos cambios de tiempos verbales que se suceden sin que el lector se dé cuenta, y desde luego sin que afecte a la fluidez de la lectura.
La prosa de Navarro alcanza momentos deslumbrantes, cargados con un efecto literario arrebatador. Los personajes están perfectamente dibujados a través de la mirada de la protagonista, y crecen ante nuestros ojos por sus propias acciones, en un ejercicio creativo muy afinado. Cada uno de ellos oculta un importante grado de oscuridad, pero al mismo tiempo albergan una suerte de extraña esperanza, de inocencia infantil, que lo sobrevuela todo. Las escenas se suceden perfectamente integradas en el monólogo interno de Nada. La sutileza de Navarro es tal que logra equiparar algo tan cotidiano como el corte de pelo de un personaje con un acto de agresión extrema, como puede ser una violación.
«Nadie sabe dónde está el Capitán y no sé por qué no lo encuentran y yo les grito que abran la tierra y que a lo mejor se lo comió el tigre. Escucho un aullido como el de Rayo y de repente huele a bosque, ¿no lo sentís? Hay un mundo más salvaje que este y parece un bosque. Entonces veo el bosque: las enormes cortinas rojas como un telón gigante que llega hasta el cielo, que abren y cierran el bosque. Me dan inyecciones y un día dicen que van a abrirme el cerebro a ver qué está mal y yo les digo: todo, todo está mal».
Asistimos en esta novela a una fascinante naturalización de la mirada del salvaje, pero también a una exploración del amor desde un punto de vista extremadamente retorcido. Para ello, Navarro se lanza de lleno a la búsqueda de la sensorialidad, alimentada por una mitología absolutamente creíble y la generación de un microuniverso inédito, feroz, deudor de Rafael Pinedo o Mónica Ojeda. Se trata de alcanzar la invasión definitiva, en un ejercicio de brutal poder deshumanizador.
Leer Crisálida es sumergirse en un apostolado emocionante y transformador. Fernando Navarro ha creado una neobiblia que alberga milagros en forma de pasajes cuyo tratamiento e impacto merecen ser predicados a los cuatro vientos. La nueva mesías se llama Nada y su sacrificio debe conmover y asombrar. Más allá del símil religioso (algo pillado por los pelos, lo reconozco), estamos ante una novela que considero desde ya referencial en todos los sentidos. Regocijaos.

José Luis Pascual
Administrador
4 comentarios
Lo positivo de una reseña tan buena es que te hace querer saber más y ves claro que la obra tiene buena pinta. Lo malo, y puede que se hable poco de este tema, es el precio. Pero que eso no ensucie el buen trabajo del autor.
Créeme, es barato para lo que ofrece y para el acabado que tiene (tapa dura). Cualquier libro de tapa blanda ya se asoma peligrosamente a los 20 €, cuando no los supera.
Me llama poderosamente la atención. Sin temas complejos. Reseñaka.
Son temas complejos.