ANNABELLE: CREATION (David F. Sandberg, 2017)

por José Luis Pascual

Si revisáis mi opinión sobre la primera Annabelle, publicada hace ya 3 años, comprobaréis que la denostada película de John R. Leonetti me dejó un buen sabor de boca (debo ser de los pocos, qué le vamos a hacer). Aunque no la he revisado, en su momento creí ver una mayor sofisticación de lo esperado para una cinta salida de una franquicia exitosa. Ahora nos llega su secuela, que más bien es una precuela, ya que en Annabelle: Creation asistimos al origen del repelús que causa la dichosa muñeca.

Estamos ante una de esas películas idóneas para ver en fechas señaladas como Halloween, ya que «Annabelle: Creation» incide en la moda del cucu-trás que tan bien le ha funcionado a la saga Expediente Warren de la que procede. Amparándose en el culto al sobresalto, David F. Sandberg aparca cualquier sutileza para provocar escalofríos en el espectador a base de sustos. La película nos cuenta la llegada de un grupo de niñas huérfanas a la casa de un matrimonio que las acoge hasta que puedan encontrar una familia definitiva. Dicho matrimonio perdió a su hija pequeña en un accidente doce años atrás, y espera que la llegada de las jóvenes les ayude a llenar el hueco que esta dejó.

El prólogo es bastante bueno y da paso a un arranque algo anodino. Una vez establecidas todas las premisas, el director comienza poco a poco a introducir su galería de sustos hasta convertir a la película en un auténtico tren de la bruja. Si aceptamos esto y nos dejamos llevar, podemos divertirnos con un segundo acto bastante proclive a todo tipo de sustos. Como era de esperar, algunos jump scares funcionan mejor que otros y está claro que el director no inventa nada (de hecho, se atreve a reciclar su “marca de la casa” a base de cortes de luz en una escena); pero, aunque algunos momentos bordean el ridículo, creo que en general el nivel es aceptable como para que todo tipo de espectador pase un buen/mal rato.

Lo peor es que la película desaprovecha unos cuantos matices que el guion sugería. En este sentido, veo muy desdibujados los personajes del padre y la madre, que apenas pasan de ser una caricatura de lo que podían haber sido y se convierten en un elemento bastante prescindible. El padre debería haber dado mucho juego como trastornado anfitrión de un grupo de niñas, pero tratándose de una cinta mainstream era obvio que no se iban a pisar ciertos charcos. Del tratamiento que se hace de la madre mejor no hablar.
Encontramos en el reparto a dos muy jóvenes promesas que cumplen bastante bien: Talitha Eliana Bateman y Lulu Wilson (cuyos peculiares rasgos pudimos ver en Ouija: el origen del mal). Por el lado de los adultos, tenemos a un Anthony LaPaglia pasado de kilos y a una Miranda Otto totalmente desaprovechada.

Con todos sus defectos, me parece que «Annabelle: Creation» supone una evidente mejora en la dirección de David F. Sandberg tras la mediocre Nunca apagues la luz (Lights out, 2016), gracias sobre todo a una generosa segunda mitad en la que el director logra mantener un buen nivel de tensión. Tensión, eso sí, que se olvida de la creación de atmósfera para sustentarse por el recurso del susto fácil y el efectismo, pero ejecutado con cierta gracia.

2 comentarios

Roberto Resino Pallarés octubre 17, 2017 - 7:42 pm

Que mala fue Nunca apagues la luz y había buen material. Y luego Anabelle, la primera parte….tampoco me convenció pero te haré caso y a esta le daré una oportunidad

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José Luis Pascual octubre 17, 2017 - 8:36 pm

Lo malo de \”Nunca apagues la luz\” es que era un corto alargado que no daba para mucho. Pues me quedo con las ganas de saber tu opinión sobre Annabelle Creation, ya me contarás!Muchas gracias por comentar, un saludo!

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