Título: Huesos olvidados (Nora Kelly 1)
Autores: Douglas Preston, Lincoln Child
Editorial: Plaza & Janés
Nº páginas: 373
Género: Suspense arqueológico
Precio: 20,95 €
SINOPSIS
La joven arqueóloga Nora Kelly recibe una extraordinaria propuesta: liderar un equipo en busca del llamado «Campamento perdido» de la expedición Donner. Su misterio se remonta a 1847, cuando un grupo de pioneros quedó atrapado en las montañas de California y se perdió su pista hasta que algunos famélicos supervivientes pudieron salir del desierto, delirando sobre hambre, asesinatos… y canibalismo.
Ahora, el sorprendente hallazgo del diario de una de las víctimas que contiene una enigmática descripción del campamento promete ser la pista definitiva para localizarlo. Nora acepta dirigir una expedición para revelar sus secretos tanto tiempo enterrados pero, una vez en las montañas, se da cuenta de que este es solo el primer paso en una espeluznante aventura.
Porque a medida que descubren antiguos huesos y monedas de oro, la verdad que sale a la luz es mucho más impactante y extraña que el mero canibalismo. Y cuando esos horrores del pasado conducen a nueva violencia en el presente, la novata agente del FBI Corrie Swanson es asignada al caso… solo para descubrir que su primera investigación bien podría ser la última.
RITUAL
Vuelven los archifamosos Lincoln Preston y Douglas Child (intencionado) a iniciar otra saga, supuestamente lejos del antaño gran Pendergast, aunque este sobrevuele toda su bibliografía, directa o indirectamente, pues han compuesto un mundo, una realidad literaria paralela y cuasi idéntica a la nuestra, en la que el agente especial es núcleo, centro y nexo.
Pero al grano. Nora. En su primera entrega en solitario. O no. Pues ya fue protagonista, para bien, en una obra años atrás, La Ciudad Sagrada, de Preston. Y no llega sola, trae de la mano a una de las acólitas de Pendergast, la correosa, rebelde y oscura Corrie Swanson, que apareció por primera vez en Naturaleza Muerta, otra de las novelas a dúo, y que ahora es una prometedora agente del FBI, una novata en pos de su primer caso que la unirá de forma indefectible con Nora. De personalidad bien diferente y acusada ambas.
Pues Nora recibe una propuesta tentadora, sacar a la luz nuevos secretos de la expedición Donner, un peregrinaje para colonizar al oeste de un grupo de gentes de diferente calaña social y procedencia, que por un error de ruta, y una apuesta de riesgo extremo, escogieron el sendero equivocado, se perdieron en la montaña, en el invierno y la tormenta, y acabaron recurriendo al canibalismo como método de supervivencia, allá en 1847. Su historia, si no la conocéis, y domeña novelas, podcast y cómics, es perversa; pura humanidad.
Pues nos hablan de un tercer campamento, de un posible tesoro, del descubrimiento del siglo en favor de Nora y el museo para el que trabaja. Y la directora de dicho museo, cegada de oro, no le niega el privilegio, ofreciendo los medios para la golosa expedición. Paralelamente, restos humanos de épocas distintas están siendo exhumados de cementerios por diversos lugares del mundo, con violencia. Y un vínculo común que pronto hilará Corrie; un apellido, si no ilustre, sí conocido. Que guarda secretos. Que la llevará a esa excavación arqueológica en una zona que, pese a su proximidad a la civilización, remite a otros evos, mucho más extremos, de supervivencia a cada metro, cada día.
Estas son, por encima, las dos tramas principales del argumento que confluyen en una, por supuesto, siempre con la agilidad y la facilidad de lectura que nos ofrecen estos autores, quienes reviven viejos éxitos lejos de su personaje tótem. Y ya era hora, pues lo han abusado y desgastado en exceso hasta desposeerlo de su magia, y necesitan esta separación forzosa creadores y vástago ficcionado.
El manuscrito es raudo, adictivo, interesante, lleno de enigmas y respuestas, sin elevada prosa ni vocabulario selecto, un divertimento funcional y adecuado para devorar y pasar los ratos. Con alegría. Con interés. Sin pedirle nada más. Quizá sus vueltas de tuerca, quizá ese defecto de la literatura de suspense actual, que construye más de lo que puede resolver, deje el desenlace en bajo tras dos tercios de la novela muy notables, que luego se estropean por esa falla en la resolución, el giro del giro sobre el salto mortal para la sorpresa imposible y definitiva. Demasiado. Innecesario. A un enigma, una solución lógica, sembrada de pistas. Pero eso no le quita mérito a la novela, que gustará a los aficionados de los autores, a quienes disfruten de los misterios de arqueología, de crímenes antiguos, de historia seudo reciente. Mezcolanza para medrar, pena de ese clímax.
El componente histórico funciona, los personajes también, la atmósfera del lugar concreto de la excavación sobrecoge por momentos, clavándose dichos pasajes y paisajes en la memoria. Y los sucesos enganchan, las pistas, los avances a base de enigmas y teorías u conclusiones que conducen a la siguiente; acierto y error de los protagonistas y el detective lector(a). Ya comentada la traba de su conclusión, es tu decisión acceder a esta lectura, con lo bueno, mucho, y lo malo, eso. Unos autores que saben lo que escriben, para quién escriben y para qué escriben: para entretener. Sin más. A ello.
Pd: ¿aparecerá o no aparecerá Pendergast?
Román Sanz Mouta
Redactor
6 comentarios
Me imagino a Indiana Jones sacando a la luz el cuerpo mutilado de un desgraciado que pasaba por allí.
No son obras de mi agrado estas, pero si sale INDY en alguna, igual me paso. Gran análisis de Román.
No lo tengo por tus gustos, y no creo que te enganche, con sinceridad. Abrazos, amigo. Y gracias.
Nada más lejos de la realidad, los arqueólogos de campo no llevan látigo, quizá sí sombreros cutres. Pero la obra entretiene, sin más pretensión. Gracias, amigo.
Cómo que los arqueólogos no llevan látigo? He vivido todo este tiempo engañado!!!
Tengo un amigo historiador y arqueólogo que dice que no ejerce de lo segundo por que las pasó putas en unas excavaciones a campo abierto en pleno verano manchego.
Me suena la historia. La arqueología en un país tan rico como el nuestro en hallazgos y ruinas está minusprecia, y los arqueólogos/gas, vilipendiados…