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Sin saber muy bien qué esperar, me dispuse a ver la última película de Paul Thomas Anderson. Considerado uno de los mejores directores de los últimos años tras habernos regalado peliculones de la talla de Boogie Nights (1997), Magnolia (1999) o Pozos de ambición (2007), Anderson ya empezó a jugar al despiste con la extraña narrativa de The Master (2012). Pues bien, con esta “Inherent Vice” el director sigue caminando en esa línea confusa que resulta complicado atacar.
Los primeros rumores sobre la película afirmaban que se trataba de una spoof movie repleta de chistes y gags, lo cual elevó tanto mi extrañeza como mis ganas de verla. Tras su visionado, sólo puedo decir que no sé quién soltaría ese rumor porque la película no tiene nada de eso. “Inherent Vice” es la adaptación de la novela homónima de Thomas Pynchon y nos cuenta la investigación de una especie de detective-hippie-porrero sobre un par de personas que aparentemente han desaparecido. Estamos ante una historia de cine negro clásico contada en un tono surrealista que mezcla intriga con comedia negra de un modo casi aleatorio. La trama puede resultar atractiva en la primera hora, pero a medida que se van sucediendo situaciones absurdas y diálogos inconexos todo va dejando de tener gracia y al final terminamos la película casi por inercia. Cierto es que la dirección de P.T. Anderson sigue siendo magistral, y la calidad técnica del film es tan irreprochable como su colorista y logradísima ambientación, pero la película se hace interminable y aburrida. Se juega con la paciencia del espectador y, al menos en mi caso, la última hora se hace eterna.
En el reparto encontramos lo mejor de la función, con un gran Joaquin Phoenix como protagonista omnipresente rodeado por una multitud de rostros conocidos. Destaca como femme fatale la inglesa Katherine Waterston.Las apariciones de Josh Brolin no tienen desperdicio, y fue una gran sorpresa encontrar a Martin Short (el inolvidable protagonista de El Chip Prodigioso (1987)) en un pequeño papel. También se asoma gente como Reese Witherspoon, Owen Wilson, Benicio del Toro o Eric Roberts.
Pese a sus virtudes, creo que “Inherent Vice” es el segundo disparo fallido de Anderson tras “The Master”. El director sigue mostrando su enorme clase pero parece haberse olvidado de conectar con el espectador. En mi opinión, hay que tener mucha paciencia para entrar en el juego que propone esta película. Y yo no la tuve.
Mi nota: 4