Esta reseña comprende los volúmenes 1 y 2 USA, que incluyen los números 1 al 11 de la serie regular.
Inauguramos la sección de cómics con esta obra de la editorial Image, definida por sus propios autores como “rural noir”.
“Revival” nos cuenta cómo en un pequeño pueblo de Wisconsin los muertos han vuelto a la vida y sus habitantes tienen que lidiar con esta situación sin precedentes. Las personas que reviven no son los típicos zombies que estamos acostumbrados a ver en otras obras, sino que vuelven tal y como eran, aunque desde el principio vislumbramos que hay algo extraño en ellos.
Aunque hay toques de terror, gore y situaciones malrrolleras, “Revival” es más una historia de personajes, casi podríamos decir que es un trasunto oscuro de “Doctor en Alaska”. El guión de Tim Seeley hace hincapié en las relaciones que se establecen entre los personajes y cómo les afecta el hecho de la resurrección. El tono de la historia no es tan dramático como pudiera parecer, más bien se cuenta en clave de thriller costumbrista con toques de humor y una buena carga de crítica social. En estos primeros números quedan retratados diferentes estamentos como los medios de comunicación, los políticos, o las fuerzas de seguridad.
Pero lo que verdaderamente hace grande a este cómic es lo condenadamente bien que están definidos todos los personajes. Cada uno tiene una personalidad propia claramente diferenciada del resto, y muchos de ellos resultan altamente carismáticos. Es una delicia ver cómo cada uno de ellos se comporta de diferente manera ante los mismos acontecimientos.
La trama está muy bien llevada, de tal manera que cada vez que parece que la historia flojea, el guionista se saca de la manga algún golpe de efecto sorprendente que deja al lector enganchado y con ganas de leer los siguientes números. Chapeau para Seeley. Además, el ritmo está claramente influenciado por el cine o la televisión, de hecho no me extrañaría nada ver una adaptación en forma de serie de TV.
Para redondear, contamos con un fantástico dibujo de Mike Norton, que resulta a la vez clásico y moderno y que, junto a un perfecto color de la mano de Mark Englert, realza perfectamente el guión y consigue darle unos rasgos característicos a cada personaje. Norton se muestra además muy detallista, cosa que se aprecia claramente en las viñetas más truculentas.
Mención aparte para las espléndidas portadas realizadas por Jenny Frison, cuyo arte resulta una auténtica gozada.
En definitiva, una serie muy recomendable que demuestra el buen estado actual del cómic en general y de la editorial Image en particular, convertida en un paraíso creativo para los autores y equiparable a lo que puede ser la HBO en televisión.
Mi nota: 8