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Nunca me he sentido muy atraído por la saga de El planeta de los simios, de hecho ni siquiera recuerdo haber visto las películas antiguas, aunque creo que de muy pequeño vi la primera. De adulto, mi primer contacto con esta franquicia fue con el nefasto “remake” que perpetró Tim Burton, y que, como a cualquier persona coherente, me horrorizó. Sin embargo, con la magnífica El origen del planeta de los simios (2011) mi consideración hacia estas historias de monos y hombres empezó a cambiar, y El amanecer del planeta de los simios (2014) ya me ganó para la causa.
Sin embargo, no sabía exactamente qué me iba a ofrecer este cómic que nos trae la editorial Aleta. Y la verdad es que me he encontrado con una obra realmente entretenida y que, lejos de ser un producto promocional de las películas, amplía el universo del planeta de los simios con un planteamiento original y un trasfondo novedoso. La trama nos sitúa 1200 años antes de los hechos que se nos contaron en la película original de 1968, en un momento en el que simios y humanos conviven pero no en igualdad de condiciones. Resulta curioso ver cómo en la situación que se nos plantea son los simios los que han alcanzado un mayor estatus en la sociedad, mientras que los humanos han quedado relegados a ser la clase obrera y pobre. Bajo este clima, lo impensable sucede cuando un humano enmascarado asesina a plena luz del día a uno de los simios ancianos más venerables y respetados. Podemos entrever en el guión de Daryl Gregory un pequeño comentario social y político representado por la lucha de poderes y estatus social que no hace sino enriquecer la trama.
Lo cierto es que el ritmo del cómic es muy bueno y va continuamente en ascenso. Los 4 números que comprende este primer volumen saben a poco y nos dejan con un gran ansia por saber qué pasará a continuación. De hecho, cada número concluye en alto con un cliffhanger importante, pero el más gordo se produce justo cuando acaba el volúmen.
El arte de Carlos Magno me parece magnífico, alcanzando un nivel de detalle asombroso en el diseño de los personajes y todo lo concerniente a su vestuario y armamento. El mundo en el que transcurre la acción también está perfectamente representado, teniendo un toque medieval que lo hace muy atractivo visualmente. Los rostros están muy trabajados aunque tal vez les falte un poquito de expresividad. Pero en general, la obra cuenta con un dibujo sobresaliente.
La edición en rústica que nos trae Aleta no trae demasiados extras, contando apenas con la habitual galería de portadas alternativas además de un mapa que nos ayuda a situar la acción. Pero bien cierto es que tampoco hace falta mucho más ya que toda la chicha se encuentra en el tebeo en sí.
Por tanto, estamos ante una sorpresa muy agradable que, aunque a priori no parezca llamativa, esconde un cómic interesante, entretenido y sorprendentemente adictivo que deja con muchas ganas de que llegue el segundo volúmen. Muy recomendable.
Por tanto, estamos ante una sorpresa muy agradable que, aunque a priori no parezca llamativa, esconde un cómic interesante, entretenido y sorprendentemente adictivo que deja con muchas ganas de que llegue el segundo volúmen. Muy recomendable.
Mi nota: 7,5