Título: Las raíces recuerdan tu nombre
Autora: Aitziber Saldias
Editorial: Obscura
Nº páginas: 208
Género: Folk horror
Precio: 18,90 €
SINOPSIS
Ni siquiera la guerra se atreve a entrar en Urrun, un pueblo plagado de espíritus y cercado por un Bosque imbuido de voluntad que pide sacrificios a sus vecinos a cambio de favores. Allí se vive así, con el dolor de los difuntos clavado en los huesos y la soga de una deuda con el Bosque alrededor del cuello.
Cuando su padre fallece, Lander Herrera regresa a Urrun haciendo de tripas corazón y con la idea de volver a las trincheras cuanto antes. La encantada casa de los Herrera, que late y respira al compás de sus pasos, acogerá a Lander, y este pronto sospechará que lo que le ha traído de vuelta al pueblo es, en realidad, una deuda familiar con el Bosque que solo él puede saldar.
Las raíces recuerdan tu nombre es un inquietante regreso a casa, y una revisita deslumbrante a las maldiciones generacionales y al pesar que arrastran los secretos familiares que dormitan en los rincones de cualquier pueblo y cualquier hogar.
RITUAL
Esta siniestra novela, donde historia y atmósfera se aúnan para ahogar al lector, para transmitirle ese miedo intrínseco del lugar que huye de la realidad y del que el protagonista trató de fugarse sin éxito (y qué emplazamiento maligno ha de ser para preferir una guerra al supuesto hogar ancestral) se sostiene en tres personajes; el protagonista, Lander, la Casa familiar, y el Bosque.
Desarrollemos.
Ya de inicio nos topamos con un nivel de claustrofobia literaria que nos alienta, un producto diferente, un estilo de escritura definido dentro de su oscuridad, de lo que cuenta y de lo que insinúa. Y lo hace con una depurada técnica que expresa talento a destacar. Pero no es solo el estilo y la intención para sumergirte en la historia, la forma de contarlo que te atrapa como si esas raíces del bosque que se acerca inevitable te aferrasen desde los pies, te hundiesen en su seno para formar parte de las mismas. Es la incógnita de lo que allí sucede. Porque incluso la barbarie bélica se mantiene a distancia de Urrun, un pueblo de sacrificios y costumbres, de miedos atávicos, de servidumbre a la foresta.
Para sintetizar, Lander Herrera vuelve, escapa, lo expulsan de la guerra por heridas graves, y retorna para dar pábulo al informe de Última Hora sobre la muerte de su padre, una muerte que en Urrun no significa lo mismo que el resto de la existencia. Su misión parece clara, confirmar dicho informe y huir de nuevo del pueblo que asola sus pesadillas, pese a que su familia no formara parte de la secta comunal que adora y teme por igual al bosque. Pero se complica, por supuesto que se complica, porque los recuerdos son herencia, porque la responsabilidad se convierte en obligación, y aún debe terminar una tarea primigenia que su progenitor no tuvo a bien concluir.
Poco más puedo contar, por tu y mí salud mental; vayamos a la santa trinidad.
Personajes. Como digo, ambientación y protagonistas se fusionan en uno. Lander, La Casa (que protege, que hostiga, que inspira, que trae el pasado de la mano, que rememora, que tiene su propio propósito), y el Bosque, el misterio, el enigma de lo que en él mora y holla, que avanza descarnado, que rodea y cuida y aísla Urrun. Que lo fagocita. El resto de personajes son residuales, cuasi, aunque tengan su presencia y efecto para el avance de la historia, para la motivación y remordimiento de Lander, tal cual su diario de infancia.
La historia, trenzada, hilvanada, subyugante. Con un tono de horror rural que cautiva e hipnotiza, que fluye lento, secuestrando las entrañas de tu psique. Que debe paladearse despacio, un capítulo y pensar, dejarla, retomar. No es bueno que con este manuscrito corras, ya lo hace el texto a su manera, tú deja que se asiente. Ve poco a poco. Es una recomendación. Y ojo, el argumento, gran parte, también es la atmósfera, no se sostiene sin ella, no dispone de sentido propio.
Y la atmósfera, volvemos al tema inicial. ¡Tremebunda! Asfixiante. Plena de intriga.
Ni tan siguiera platicaré sobre el desenlace. Es una obra que mejor descubres por ti mismo con las referencias que te doy, con el buen hacer de la autora, con la apuesta de la editorial. A sabiendas de lo que te aguarda.
Concluyendo. Las raíces recuerdan tu nombre es una novela de ambientación diferencial dentro del mal llamado género de horror. Porque resuena contundente como literatura, dentro de que elige contarse desde lo macabro y misterioso, desde la agonía de un lugar que se extingue y escinde, que no debiera existir. Que te invita con malicia a horadar sus páginas, despacio, repito, despacio. Que te digiere mientras tu digestión la saborea. Lo mismo que encadena a Lander te atará a ti. Créeme.
Me ha encantado. Así que me convierto desde ya en perseguidor de las letras de Aitziber Saldias. Enhorabuena por este proyecto. Recomendado para quienes quieran pasar un miedo latente, que no material. Así da gusto leer.
Pd: cuidado con el Niño Roto, no sigas su estela…
Román Sanz Mouta
Redactor
4 comentarios
Me gusta la reseña. Invita a leer una obra que me llama bastante la atención.
Un abrazo.
Me ha sorprendido desde la primera página, una vez entras al juego, apetece. Ya te la pasaré.
Gracias, amigo!
Coincido con Daniel, una reseña que anima a leer.
Es una novela que al menos apuesta fuerte, con raíces que perduran y afectan.
Gracias, compañero!