Un conglomerado ultrasecreto de espías organiza unas pruebas de reclutamiento para sustituir a su último agente muerto en combate. Mientras, un excéntrico multimillonario trama un plan para combatir la superpoblación mundial.
Debo de ser un poco rarito, ya que no dejo de ver en todas partes críticas de “Kingsman” poniéndola por las nubes, cuando a mí me ha parecido una película de lo más normal que no destaca sobre otras producciones. Confieso que no he visto las dos primeras películas del director Matthew Vaughn, Layer Cake (2004) y Stardust (2007), pero del resto de su filmografía Kick-Ass (2010) no me dijo gran cosa y considero que X-Men:Primera Generación (2011) está bastante bien pero queda por debajo de la continuación que dirigió Bryan Singer y que ya reseñé aquí.
Al igual que “Kick-Ass”, esta “Kingsman” está basada en un cómic de Mark Millar, y nos presenta una especie de parodia-homenaje a las películas de espías de toda la vida, siendo el principal referente el inmortal James Bond. A ver, la película no es horrorosa pero desde luego no es la cumbre del cine de acción como asegura más de uno. La trama nos mete en situación desde el principio, con un ritmo trepidante que se mantiene a buen nivel durante todo el minutaje aunque hay algún que otro momento de bajón. Pese a ser una película de acción, no hay tantas secuencias como pudiera parecer, lo que resta bastante de interés a la cinta. Además, los toques de humor pretenden ser políticamente incorrectos, pero sólo funcionan a medias.
Lo mejor son esas secuencias de pelea, donde el director muestra lo que mejor sabe hacer y nos regala unas cuantas imágenes muy poderosas. Destaca la ya famosa escena de la iglesia, auténtica coreografía milimetrada que queda como una nueva referencia a la hora de rodar cine de acción.
Sorprende ver a Colin Firth como héroe de acción protagonizando él mismo las escenas de acción. Pese a estar acostumbrado a otro tipo de producciones, y a tener 54 años cumplidos, el actor inglés se mueve con una soltura asombrosa en las escenas de lucha y demuestra su versatilidad. Sin duda es lo mejor de la película a nivel actoral junto a la disparatada creación de Samuel L. Jackson como el villano de la función. El joven Taron Egerton, que por cierto tiene un parecido increíble con Cristiano Ronaldo, queda eclipsado ante el carisma de veteranos como Firth, Jackson, Mark Strong o Michael Caine.
Si has visto “Kick-Ass” puedes hacerte una idea de cómo es “Kingsman”. Película divertida para disfrutar cuando no tengas nada mejor que hacer, pero que, salvo alguna secuencia de acción, no quedará en tu memoria. No pasa nada si la ves, pero tampoco si no lo haces.
Mi nota: 5