Ciencia Oscura es un más de las numerosas series de calidad que la editorial Image está publicando en la actualidad. En esta ocasión, el ubicuo guionista Rick Remender nos trae una entretenida historia de ciencia-ficción que cuenta cómo un grupo de científicos ha logrado construir un artefacto milagroso de infinitas posibilidades. Pero en el momento de la verdad, el aparato se colapsa y a partir de ese momento el grupo comenzará a saltar a diferentes dimensiones o mundos paralelos donde habrán de intentar sobrevivir hasta que se produzca el siguiente salto.
Este primer volumen se lee en un santiamén debido a su trepidante ritmo. Remender nos mete en harina desde la primera viñeta, y va desarrollando la trama sin descanso. De vez en cuando se nos intercalan flashbacks que sirven para aclararnos el pasado de los personajes y ver cómo han llegado al momento actual. Los esfuerzos que realizan para mantenerse unidos y sobrevivir en ambientes totalmente impredecibles forman el corazón de la obra. Asistimos a continuos conflictos entre los miembros del grupo que enriquecen la trama y añaden tensión. La historia que se nos plantea parece una mera excusa para que guionista y dibujante den rienda suelta a su imaginación para crear mundos alternativos y seres imposibles, y hay que reconocer que este primer volumen está plagado de ello. Podemos establecer un cierto paralelismo entre Ciencia Oscura y la serie de televisión de culto Quantum Leap (en España conocida como A través del tiempo), en la que Scott Bakula viajaba por el tiempo y se metía en el cuerpo de otras personas para arreglar entuertos, siempre sin saber cuál sería su próximo destino.
El dibujo de Matteo Scalera tiene sin duda un estilo propio que le va como un guante a una historia con tanta acción. Aunque en muchas viñetas parece olvidarse de dibujar el fondo, Scalera nos deleita con unas cuantas ilustraciones tremendas de un buen tamaño donde arroja toda su imaginación. Y desde luego el artista demuestra que sabe cómo dibujar escenas de acción que funcionan perfectamente. El tratamiento de color que aporta Dean White también me parece digno de destacar, pues dota a la obra de una cierta cualidad pictórica y un curioso tono claroscuro que le añade un extra de personalidad al cómic.
La edición de Norma en formato rústica incluye los 6 primeros números de la colección y una galería de portadas alternativas y bocetos de Scalera. Una vez más, Norma acierta trayéndonos esta obra de ciencia-ficción y aventuras que, aunque no ofrezca muchas lecturas, sí que nos da una historia original y superentretenida que no aburre en ningún momento. Esperemos que el segundo volumen no tarde demasiado en llegarnos, y que mantenga el mismo nivel de diversión que éste.
Mi nota: 7