«Mantengo a la Bestia en marcha, tengo a punto la 100 de poco plomo, preveo ataques. Soy bastante joven, soy bastante viejo. Pocas cosas me gustaban tanto como pescar truchas.»
Estas son las primeras líneas de La constelación del Perro, novela de Peter Heller del año 2012 y que dan buena idea de lo que vamos a encontrar en su lectura. Se trata de una novela en la que se nos cuenta el día a día de Hig, un superviviente de una enfermedad que ha acabado con la mayor parte de vida humana y animal del planeta. Junto a su perro Jasper y a su vecino/amigo Bangley, sobreviven como buenamente pueden atrincherados en un pequeño aeropuerto.
Recién empezada la lectura, aparecen inevitablemente las primeras comparaciones con la extraordinaria La Carretera (Cormac McCarthy). Sin embargo, a medida que el libro avanza, nos damos cuenta de que las semejanzas se quedan en la temática, en un escenario similar y en la aspereza de un par de pasajes. El resto es bien diferente. Todo que en “La Carretera” era invariablemente negro e inmisericorde, aquí se plantea con una gama de colores más amplia y con un rescoldo para la esperanza. “La constelación del Perro” está narrada en su totalidad en primera persona, como si el personaje de Hig estuviera escribiendo un diario. Estamos ante un libro lleno de momentos introspectivos, con cierta tendencia a describir las cosas de un modo poético y muy cargado de pasajes bucólicos.
El tema principal de la novela resulta ser la pérdida, y el autor opta por alejarse de géneros para dejar salir todo lo que al protagonista le pasa por la cabeza. En mi opinión, abundan en exceso las descripciones de la naturaleza y el escritor termina perdiéndose a menudo en disquisiciones que no tienen demasiado interés y que cortan el ritmo de la acción. Aunque me gusta que Heller huya de dar explicaciones detalladas sobre qué pasó en el mundo y cómo se originó la enfermedad que casi extingue a los seres humanos, finalmente el libro me da la sensación de estar muy desaprovechado. Nadie le quita mérito al modo de escribir del autor, que alterna algunos pasajes bellísimos con otros de “alta tensión”. Sin embargo, la dicotomía entre la esperanza y la realidad en la que viven los protagonistas se me antoja extraña y forzada, siendo un elemento que no fluye con naturalidad.
Pese a ser obras muy diferentes, creo que la existencia de “La Carretera” juega mucho en su contra y termina empequeñeciendo esta “Constelación del Perro”. O tal vez fueron las altas expectativas que tenía con esta novela las que hicieron que me quedara con un sabor de boca agridulce tras su lectura. Sin embargo, puedo recomedarla ya que ofrece algo distinto dentro de la temática apocalíptica/postapocalíptica y realmente está muy bien escrita. Me encantaría saber vuestra opinión.