ANNIHILATOR (Grant Morrison, Frazer Irving – Legendary)

por José Luis Pascual

 

Surrealista, delirante, meta, irreverente, fascinante, inclasificable… Se le pueden poner muchos adjetivos a Annihilator, pero aún así seguirá siendo un cómic de difícil catalogación. Porque, aunque en sus páginas encontramos elementos de ciencia-ficción, de épica, de drama, de comedia, de terror, de aventuras, de ciberpunk y hasta cierto componente religioso, no es ninguna de estas cosas y es todas ellas a la vez. Puro Grant Morrison, vamos.

La trama versa sobre Ray Spass, un escritor que ha caído en una espiral de autodestrucción mientras intenta crear su mejor novela, una historia sobre un rebelde que es capturado y encerrado en una nave-prisión que flota bajo un colosal agujero negro. Bajo esta premisa, el guion de Grant Morrison pone énfasis en la ambigüedad de la trama, sobre todo en cuanto al continuo enfrentamiento entre las dos líneas paralelas de realidad y ficción, que se van entremezclando hasta encontrarse de manera literal.

Estamos ante una obra que habla fundamentalmente de dualidades (el nombre del protagonista Max Nomax ya nos da una idea del juego que pronpone el autor), del acto de la creación en cualquier vertiente, de la eterna lucha entre el bien y el mal. Y, por qué no, también habla de la fina línea que separa la locura de la genialidad, y del sinsentido de lo humano y lo trascendental, del todo y de la nada. ¡Ah, y de un osito de peluche! O tal vez no habla de nada de eso y es todo una enorme broma. ¡Con Morrison nunca se sabe!

Sea como sea, hay que avisar que Annihilator no es una obra de fácil acceso. Grant Morrison, como es habitual en él, no se lo pone fácil al lector y durante los primeros números podemos perdernos fácilmente, sin que nos quede claro qué nos está contando el cómic. Confieso que yo mismo estuve a punto de tirar la toalla en el segundo número, pero mi cabezonería me salvó. Una vez superado ese escollo, el puzzle empieza a cobrar forma y nuestra paciencia se ve recompensada. Al final, la obra engancha gracias a su epatante surrealismo, su humor negro y su originalidad. Y sin duda estamos ante un cómic que no solo admite relecturas, sino que estas se hacen necesarias.

 

Para sumar aún más puntos, el dibujo de Frazer Irving me parece una maravilla absoluta que nos recuerda al estilo de artistas de la talla de Dave McKeanDuncan Fegredo o John Bolton. El detalle que alcanzan las ilustraciones de Irving es sorprendente, y muchas viñetas casi parecen fotografías. De hecho, viendo las caras de los personajes y su expresividad no me extrañaría que Irving hubiera dibujado encima de modelos fotográficos. Pero da igual, porque cada viñeta nos deja absortos con su calidad. También es admirable el trabajo del propio Irving en cuanto al tratamiento del color, dotando a toda la obra de unos tonos diferentes para cada ocasión y de unas texturas sorprendentes.

 

Estamos ante una nueva locura de Grant Morrison que encandilará a sus seguidores y ahuyentará a sus detractores. De lo que no cabe duda es que se trata de una obra sumamente original, y puedo decir que a mí me ha fascinado tanto por su guion como por el dibujo, así que la recomiendo sin cortapisas. Por cierto, la editorial que ha publicado los 6 números de Annihilator es Legendary, filial de la productora cinematográfica del mismo nombre. ¿Veremos algún día este cómic en los cines? Sería curioso, sin duda.

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