Minnesota, 1990. La investigación policial de un posible caso de abuso paterno se complica cuando empiezan a asomar indicios de la participación de una red de sectas satánicas.
Muchas esperanzas había con este regreso de Alejandro Amenábar al género que mayores réditos le ha dado, el thriller. Regresión toma de base unos hechos que sucedieron en 1984 para ofrecer una trama que intenta plantear el clásico enfrentamiento entre ciencia y fe. El desarrollo, sin embargo, deja ese debate para otra ocasión y se centra más en el aspecto psicológico de los personajes, sobre todo mostrando la obsesión del detective intepretado por Ethan Hawke. El caso es que la película fracasa en todo lo que se propone por varios motivos. En primer lugar, “Regresión” adolece de una importante falta de ritmo, con lo que no consigue enganchar al espectador más que en momentos puntuales. Por otra parte, la película no ofrece nada novedoso más allá de una premisa interesante, y la historia que nos pone sobre la mesa no sorprende lo más mínimo y se hace muy previsible. El guión está lleno de clichés y lugares comunes además de hacer que los personajes se comporten a veces de una manera injustificada o poco coherente. Además, se podría decir que está rodada con el piloto automático puesto y que el estilo propio de Amenábar no aparece por ningún lado. Lástima. Para rematar, el desenlace es totalmente insulso.
En cuestiones técnicas la película tampoco es muy llamativa. Como decía antes, la sensación que deja “Regresión” es que esté realizada por un director “random” para que resulte funcional y poco más. La música creada por Roque Baños es de las pocas cosas positivas que nos deja la película. Sobre todo en el tramo inicial, acompaña muy bien a las imágenes dotándolas de un toque de thriller clásico.
Tanto Ethan Hawke como Emma Watson cumplen sin alardes, ya que la historia tampoco propicia demasiados momentos de lucimiento para los actores.
Resulta sorprendente leer las declaraciones del director hablando de El Exorcista (1973) o La semilla del diablo (1968) como los referentes de “Regresión”, ya que no hay absolutamente NADA de estas películas en ella, o al menos yo no he sido capaz de encontrar las semejanzas. No nos vendas humo, Alejandro!
En fin, poco podemos salvar de una producción que aniquila las expectativas de manera tan decepcionante. Cuando finaliza, la sensación que nos queda es la de haber visto un aburrido telefilme de sobremesa. Con eso lo digo todo.
Mi nota: 2