El Renacido (The Revenant) es la nueva película de Alejandro González Iñárritu, con la que el director mexicano vuelve a optar a los premios más prestigiosos tras la exitosa Birdman (2014). “El Renacido” se basa en unos hechos reales acaecidos en 1820 y que ya fueron adaptados al cine en la producción de 1971 El hombre de una tierra salvaje (Man in the wilderness) protagonizada por Richard Harris y John Huston.
Pese al gran arranque, podemos decir que el ritmo de la película es irregular, con momentos muy intensos pero también con valles pausados que cortan un poco la inercia de la trama. No ayuda a mejorar esto la extensa duración del metraje, que se alarga hasta los 156 minutos.
Mucho se está alabando el trabajo de Leonardo DiCaprio, y la verdad es que su interpretación es totalmente remarcable debido a la gran exigencia física de su papel. El actor hace gala de su versatilidad en un registro totalmente diferente al de El lobo de Wall Street (2013). Siempre he tenido un pequeño problema con el rostro demasiado aniñado de DiCaprio, pero lo cierto es que parece que en sus últimos trabajos ha conseguido mostrar una apariencia más adulta que le aporta mucha credibilidad. Tom Hardy da muy bien el pego como antagonista, aunque he de decir que en algunos momentos me ha parecido un poco sobreactuado. Sobrios y muy convincentes me resultan las actuaciones tanto de Domhnall Gleeson (visto recientemente en Star Wars Episodio VII: El despertar de la fuerza) como del joven Will Poulter (El corredor del laberinto).
En definitiva, estamos ante una producción en la que Alejandro G. Inárritu vuelve a hacer gala de su talento a la hora de ofrecer un tremendo derroche visual. Sin embargo, no cubrí mis altas expectativas ya que “El Renacido” se me ha hecho algo larga (cosa que no acusé tanto con Los odiosos ocho, de mayor minutaje) y me ha resultado un tanto vacía conceptualmente. Pese a ello, es una película que hay que ver. Por cierto, la secuencia con el oso es antológica.
Mi nota: 6,5