BUSCANDO A DORY (Andrew Stanton / Angus MacLane, 2016)

por José Luis Pascual
Tras la decepción que supuso para un servidor Del Revés (2015), la expectación que me ha despertado Buscando a Dory estaba en mínimos históricos en lo que respecta a Pixar. Y todos sabemos que, cuando no esperamos gran cosa de una película, a menudo nos sorprende para bien. Lamentablemente, no es este el caso.
Por lo que a mí respecta, “Buscando a Dory” representa una gran oportunidad perdida por el estudio para volver a recuperar el tono adulto de sus mejores producciones, ya que la historia plantea muchas posibilidades para que se hubiese explorado de un modo profundo un tema tan jugoso como el de la identidad. Como ya sucedía en la mencionada “Del revés”, los autores han preferido tocar el tema de una manera demasiado superficial. Tan sólo advertimos un tratamiento adecuado en una secuencia, la mejor de la película, que da una idea de lo grande que podía haber sido esta producción pero que al final nos deja esa sensación de ocasión desaprovechada. Lástima.
Si resulta discutible la elección del tono (aunque, quiero dejar claro que me parece perfectamente lícito y comprensible que se haya definido al público infantil como target), muy sorprendente se me antoja la decisión del director Andrew Stanton de coger el esquema de Buscando a Nemo (2003) y repetirlo EXACTAMENTE sin ningún tipo de reparo. A ratos parece que estemos viendo la misma película ya que la estructura es prácticamente calcada. Dada la cantidad de años que han pasado desde su predecesora, uno esperaría algo mínimamente más original que un autoplagio, la verdad. Da la sensación de que Pixar, más que una continuación, ha preferido crear una especie de remake de la original para una nueva generación de críos.
Para colmo, técnicamente la película tampoco ofrece novedades que justifiquen su existencia más allá de ser un producto meramente comercial. Tan sólo hay un par de momentos diferenciadores en los que la cinta logra lucirse visualmente gracias a una ejemplar planificación (una secuencia en cámara lenta y otra planteada en primera persona).
¿De verdad alguien distingue lo que está haciendo Pixar en sus últimas películas de lo que ofrecen otros estudios de animación? Parece que, bajo el auspicio de Disney, Pixar comienza a olvidarse de argumentos trascendentales para centrarse en realizar productos puramente de entretenimiento y claramente destinados a un público más infantil. Lo cual, aunque eso sea otro debate, tampoco me parece mal. Pese a ello, centrándonos en esta película, suspenso.
Mi nota: 3

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