Con el reciente Oscar a mejor intérprete masculino para Casey Affleck como única información previa de la película, acudí a ver Manchester frente al mar. Eso sí, ya me habían avisado del gran contenido dramático de esta producción dirigida por Kenneth Lonergan, por lo que la encaré con cierta disposición a tragarme un dramón de los que hacen época. Y lo que me he encontrado me ha sorprendido en cierta manera.
La película nos introduce en la vida de Lee, un hombre amargado al que la vida no ha tratado nada bien. El repentino fallecimiento de su hermano Joe le llevará a su ciudad natal, donde se enterará de que Joe le ha nombrado tutor legal de su hijo en su testamento.
“Manchester frente al mar” es un film pequeño y modesto en el que el director Kenneth Lonergan aprovecha para hablar de temas importantes como la familia, la culpa o, por supuesto, el amor. Destaca, para mi gusto, lo fino que hila Lonergan para tratar de un modo certero lo absurdo de muchas convenciones sociales que utilizamos en el mundo occidental de hoy día, en contraste con la manera fría pero auténtica de mostrar afecto por parte de los protagonistas. Tenemos por tanto una velada crítica a la sociedad moderna escondida dentro de un drama personal e intimista.
La película es un drama con todas las letras, sí, pero lo que no esperaba es que estuviera plagada de momentos de humor negro que me hicieron reír en varias ocasiones, además de ayudar modélicamente a digerir lo que se nos va contando. El guión está perfectamente estructurado, desvelándonos poco a poco la verdadera dimensión del drama del protagonista mediante flashbacks y llevándonos hacia el auténtico leitmotiv de la película, que no es otro que la relación que se establece entre Lee y su joven sobrino. Es en ese choque generacional, que no tanto espiritual, donde “Manchester frente al mar” crece para ofrecernos puntos sobre los que reflexionar.
La película se la merienda entera Casey Affleck, protagonista absoluto en una de sus mejores interpretaciones. ¿Merece el Oscar? Bueno, digamos que el papel de Affleck es muy sobrio y contenido al lado de otras actuaciones como la de Jeff Bridges en Comanchería, por lo que el premio puede ser merecido pero discutible. El joven Lucas Hedges realiza una gran labor dando la réplica, seguro que este joven actor tiene más oportunidades en el futuro para demostrar su talento. La presencia de Michelle Williams siempre es agradecida pero, pese a aparecer en los posters promocionales, sus minutos están muy reducidos y su papel queda como bastante secundario.
Resumiendo, estamos ante una pequeña pero gran película que se digiere bastante bien a pesar de su contenido dramático. Aunque podemos apreciar cierta pérdida de ritmo durante algún pequeño tramo, puedo afirmar sin reparos que las dos horas y cuarto de metraje se me hicieron cortas.
Mi nota: 7,5