Taki y Mitsuha son dos adolescentes que no se conocen. Él vive en Tokio y ella en un pequeño pueblo de la periferia. Un día descubren que cada uno de ellos despierta en el cuerpo del otro durante días aleatorios. Idearán entonces un sistema para poder comunicarse y empezar a conocerse.
Esta sinopsis, que leída tal cual le otorga a Your name un estátus de comedia romántica en toda regla, no hace justicia a la que se ha convertido en la película de moda en el cine japonés, batiendo récords de recaudación y logrando que su director Makoto Shinkai haya sido comparado con Hayao Miyazaki. ¿Es «Your name» para tanto?
Aunque la premisa del intercambio de cuerpos no es del todo novedosa, habiéndola visto ya en unas cuantas comedias, «Your name» le da una interesante vuelta de tuerca al concepto. La película de Shinkai retoma el desenfadado tono de las comedias romanticonas que proliferaron durante el boom del cine asiático en los primeros dosmiles, sólo que como veremos más adelante termina convirtiéndose en otra cosa.
Una de las virtudes de la película es el ritmo que le otorga su director, un ritmo dinámico pero dedicando el tiempo necesario a establecer la premisa y a desarrollar a los personajes. Pese a ello, creo que se desaprovechan un poco las posibilidades que plantea el concepto del intercambio de cuerpos, que se queda en un par de gags recurrentes pero poco más.
En cuanto al guion, lo que en un principio se plantea como una comedia romántica pega un sorprendente giro a mitad de película que es lo que le da su verdadera entidad, convirtiéndola en un drama fantástico con toques de ciencia ficción y aportando una profundidad mucho mayor de lo que prometía. En cambio, el componente romántico lastra ligeramente el conjunto, con la introducción de unas canciones demasiado melosas. Esto es achacable a la identidad puramente japonesa de la película.
Visualmente «Your name» es irreprochable, con unas cuantas postales dignas de enmarcar. El nivel de detalle que alcanza el dibujo es sorprendente, sobre todo en cuanto a la representación de objetos o decorados. En ello, el diseño artístico también tiene oportunidad de lucirse al mostrar con acierto el contraste entre un entorno rural y una gran ciudad, lugares donde residen los protagonistas. Sin duda es una película bonita de ver.
Mi veredicto es que, aunque la influencia de Miyazaki es obvia y acertada, y aunque reconozco que el giro que pega la película me sorprendió totalmente, y que esto le otorga una fuerza mucho mayor de lo que podría parecer, en conjunto no me termina de parecer redonda por el excesivo tono “ñoño” de muchos de sus tramos. Esto lo podéis achacar directamente a que soy un viejo rancio, por lo que posiblemente muchos de vosotros, queridos lectores, sabréis disfrutarla plenamente.
Mi nota: 6