Recientemente reseñamos en este mismo espacio La máquina del despertar de Óscar Navas, relato con el que la editorial Cazador de Ratas inauguraba su línea de bolsilibros denominada Pulp Stories. La segunda entrega de esta línea, publicada al mismo tiempo, lleva el sugerente título La muerte se viste de Nembutal.
La escritora Carmen Moreno nos traslada a Los Ángeles del agosto de 1962, fecha de una de las muertes más mediáticas de la historia: la de Norma Jean Mortenson, más conocida como Marilyn Monroe. Alrededor de este hecho, Carmen Moreno edifica dos escenas que dan cuerpo al relato. La primera es la conversación que un detective privado mantiene con el primer policía que acudió a la escena del ¿crímen? ¿suicidio?, y que nos pone en situación de cuál es la historia que nos quiere contar la autora y su posicionamiento hacia una de las teorías. La segunda escena tiene lugar en el propio domicilio de Marilyn, y en ella se reconstruye lo que pudo pasar en las horas previas a su muerte.
El relato impacta por su sencillez y al mismo tiempo por su verosimilitud. Además, el texto desprende un aire melancólico que retrata muy bien esa “muerte de la inocencia” que representan todo este tipo de sucesos que involucran a personajes tan icónicos. La primera parte de «La muerte se viste de nembutal» es la que añade el pequeño elemento pulp, ya que nos dibuja a un detective privado totalmente canónico y está narrado en esa maravillosa primera persona que apesta a novela negra. En la segunda mitad (en realidad cada mitad es un pequeño relato independiente) el texto nos engancha por lo bien que se plantea la teoría propuesta. Intercalados en la narración encontramos pequeños informes extraídos de un artículo sobre la autopsia practicada a la actriz. Este recurso me gusta mucho, ya que ofrece un contrapunto seco y duro que despierta cierta congoja en el lector.
Como véis, Carmen Moreno aprovecha fantásticamente las poco más de 40 páginas que contiene este bolsilibro, para proponer una nueva visión sobre un suceso tan universal como misterioso. La única pega que le puedo poner es que su lectura se hace tan corta que uno se queda con muchas ganas de seguir conociendo más detalles sobre el caso.
Señores de Cazador de Ratas, queremos más de estas «Pulp Stories».