RELATO: ETERNO (#OrigiReto2018 – Septiembre 2)

por José Luis Pascual

Apurando hasta el último día, pero he logrado publicar el segundo relato de Septiembre para el #OrigiReto2018, la iniciativa de escritura creativa ideada por Stiby y Katty. ETERNO es un pequeño cuento de ciencia ficción que transcurre en una Tierra despoblada de vida. Un único personaje (bueno, en realidad aparecen dos) discurre por una historia de un tono tal vez algo triste. Con este relato, trato de cumplir el ejercicio 24 del #OrigiReto2018: Escribe un relato en el que ningún personaje tenga género ni sexo. Espero que os guste.


Mueve el objeto que le impide el paso. Es un amasijo de roca y huesos fundidos y retorcidos. No puede decidir si pertenecían a un Profesor o a un Insecto. A un lado ve un trozo de tela oscura, que recoge y analiza. Sus sensores lo reconocen como tejido vaquero, probablemente de un pantalón. Una pequeña masa ennegrecida y dura está adherida a la tela. Carne muerta. Quemada. Era humano. Lo suelta y prosigue su avance hacia ninguna parte. La ciudad es apenas un esqueleto deshilachado, una colección de ruinas a las que les administraron demasiada anestesia.

Se detiene ante una pequeña tortuga muerta en el suelo. El caparazón está boca arriba, y solo el cuello y una pata están a la vista. Hay un ligero movimiento en la pata. No está muerta. Increíble. Es el primer ser vivo que ve en 1183 días. Levanta el caparazón con sus tres dedos mecánicos y le da la vuelta. Lo deposita en el suelo. El resto de patas asoma con lentitud y el animal comienza a caminar hacia delante sin mirarle. Decide volver a coger la tortuga y la introduce en el compartimento grande que lleva plegado en el pecho. No lo cierra por completo, deja una pequeña ranura para que el reptil pueda respirar. El oxígeno sigue teniendo un grado de toxicidad demasiado alto para los seres orgánicos, pero si esta tortuga ha sido capaz de sobrevivir supone que no le hará demasiado mal.
Se acerca a un edificio que sigue en pie. El abandono no parece haber hecho demasiada mella en él, y en su fachada sigue destacando con cierto lustre una marquesina blanca con letras negras y grandes que anuncian “05:00 PM THE BLOB”, “07:45 PM THE THING FROM ANOTHER WORLD” y “11:00 PM INVASION OF THE BODY SNATCHERS”. Si sus unidades de procesamiento emocional siguieran funcionando, hubiera captado la ironía.
Entra en el vestíbulo, que está plagado de papeles, restos de vegetación y una abundante capa de ceniza que se levanta a su paso, visible a través de la luz que entra desde el exterior. Igual que en todas partes. También allí dentro detecta aquellas sombras carentes de densidad que flotan erráticamente. Igual que en todas partes. Algún que otro cartelón casi completo aún adorna las paredes. En uno de ellos está dibujada la parte superior de la cabeza rasurada de un Profesor, con unos ojos muy perfilados que miran de frente al espectador, y manchas de sangre en media cara. El título de la película, totalmente ilegible, tapa la mitad inferior del rostro. Sobre la calva reza el eslogan: “When there’s no more room in HELL the dead will take the EARTH”. Le llama la atención que solo las palabras HELL y EARTH estén resaltadas en letras mayúsculas.
Pulsa varios interruptores que encuentra a lo largo del vestíbulo, y el último de ellos produce un pestañeo de luz artificial que dura un instante. Ese hecho le da esperanza para poder recargar sus baterías otrora autosuficientes. Accede al piso superior a través de una escalinata que sube con torpeza. Inspecciona el lugar hasta hallar un cubículo en el que encuentra un generador eléctrico. Intenta ponerlo en marcha y durante unos segundos lo consigue. El edificio se debate entre luz y oscuridad mientras la pequeña máquina chisporrotea gruñendo con un zumbido que va aumentando de volumen. Tras unos segundos, todo se apaga con un chasquido repentino y una pequeña nubecilla de humo negro empieza a elevarse desde el generador. Los medidores de vigilia que alberga en su interior le indican que, sin una fuente de energía a la que conectarse, su vida útil se irá consumiendo rápidamente. Sabe que sus sistemas de ahorro y conservación de batería no pueden hacer mucho más por alargar su existencia. También sabe que ya no encontrará nada que le sirva para seguir encendido. Tampoco le importa. Al fin y al cabo es un autómata, programado por un grupo de Profesores para ayudar en una guerra en la que no tuvieron ninguna oportunidad. Activa en un módulo de memoria el recuerdo del día en que los Insectos se marcharon, hace ya demasiados soles. Habían aniquilado toda la vida del planeta, y tampoco encontraron nada que sirviera a sus propósitos. Así que se fueron en busca de un lugar más prometedor.
 Sale del antiguo cine y comienza a andar, dirigiéndose a la costa sin poder sentir tristeza. Nota que algunos de sus circuitos vibran en situación crítica, aunque por el momento los sistemas locomotrices siguen activos. Al menos espera poder llegar a su destino. Tras un par de horas de lento avance, atraviesa un páramo estéril con signos de haber sido un vergel en otro tiempo. El terreno es reseco y yermo, pero un solitario tallo amarronado se yergue inclinado en un ángulo raro. Se agacha para arrancarlo, pero lo piensa mejor y decide no hacer nada. Un ramillete de formas negras que parecen flores disecadas están desperdigadas por el yermo. Coge una y la introduce en la ranura por la que respira la tortuga. Se marcha de allí imaginando que el planeta sufrirá la misma suerte que él, agotando su energía y recursos poco a poco hasta flotar como una roca completamente muerta y olvidada.
Dos días después alcanza la playa. Sus patrones acústicos se apagaron unas horas antes, por lo que no puede oír el rumor del mar. Ya no recuerda a sus creadores, pero intuye que fue fabricado con materiales resistentes a cualquier líquido. Así que sigue avanzando, sumergiéndose y soportando los vaivenes de las aguas sin esfuerzo. Recorre 23 kilómetros caminando por el lecho marino a una velocidad decreciente, constatando que la vida submarina también desapareció hace tiempo. Tarda 5 horas, ya ciego, en completar el último. Después de dar tres pasos descoordinados, su pulso electromagnético se detiene. Su cuerpo queda erguido en el fondo del mar, plantado como el ancla de una nave perdida. Solo entonces la tortuga sale de su interior, empujando la ranura hasta conseguir el hueco suficiente. Se aleja nadando, sin mirar atrás.


#OrigiReto2018 es una iniciativa creada por Stiby y Katty. Podéis acceder a las reglas en sus blogs Sólo un capítulo más y La Pluma Azul de Katty.

4 comentarios

Esther Evans septiembre 30, 2018 - 2:35 pm

Buenas. Pues te ha quedado muy logrado, me encantan los ambientes postapocalípticos, la verdad.La pobre tortuga no sé si tuvo la suerte de que la llevaran o la desgracia de que no la dejasen ir xD. Pero me parece un buen contraste el de todo lo que está muerto con los elementos que están vivos. El robot que se va a apagar y le da igual y la tortuga que intenta seguir.En fin, enhorabuena por otro mes con los dos relatos entregados.Hasta otra.

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José Luis Pascual septiembre 30, 2018 - 6:21 pm

No sé por qué será, pero en muchos de mis relatos termino matando a todo el mundo jajaja. El tema de la tortuga me pareció una buena manera de intentar dotar al robot de alma, haciendo al final una especie de alegoría sobre la muerte y la liberación del alma. Tal vez haya quedado un poco rebuscado, no sé. Muchísimas gracias por leer el relato y comentar, y encantado de que te haya gustado.

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Stiby noviembre 3, 2018 - 7:45 pm

¡Hola!Qué chulo este relato, me ha gustado cómo pese a que todo parece acabado y muerto, al final la tortuga sobreviva (aunque, ¿por cuanto tiempo, sin alimentos?). También me ha gustado el ambiente apocalíptico y que el protagonista sea un robot. Muy bien logrado este objetivo que casi nadie está haciendo del todo jaja así que mis dieces.Enhorabuena por los dos relatos del mes!

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José Luis Pascual noviembre 3, 2018 - 8:30 pm

¡Gracias, Stiby! Así que este es un objetivo complicadillo, ¿no? ¿Hay puntuación extra por haberlo completado? xDAhora en serio, ¡mil gracias por leer y comentar!

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