LOS ABIGARRADOS MUNDOS DE TAKESHI GARCÍA-ASHIROGI (Colectivo Juan de madre)

por José Luis Pascual

Título: Los abigarrados mundos de Takeshi García-Ashirogi

Autor: Colectivo Juan de Madre

Editorial: Ediciones Colectivo Juan de Madre

Nº páginas:  110

Precio: 11 euros

Pese a estar posiblemente muy alejado de la verdad, me gusta pensar en el Colectivo Juan de Madre como en unos Monty Python literarios. La imaginación que presentan sus historias, unida a un extraordinario sentido de lo delirante tratado con un particular sentido del humor, puede dar validez a tal comparación, aunque en Los abigarrados mundos de Takeshi García-Ashirogi también hay espacio para otro tipo de visiones más distanciadas a cualquier equiparación posible. Esta colección de siete relatos bien merece el calificativo de inclasificable.

Antes de meterme a valorar cada relato, me gustaría hablar del prólogo, ya que constituye uno de los mejores ejemplos de “descolocación” que he visto nunca. En él, se nos habla del colectivo juan de madre (así, en minúsculas) y de su labor de traducción de la obra de Takeshi García-Ashirogi, personaje ficticio construido en aras de una credibilidad narrativa consistente. Con un marcado tono humorístico y metarreferencial, este prefacio es una hilarante y delirante puerta de entrada al universo de estos autores —el ficticio y los reales—, ante el que reconozco haber carcajeado en varias ocasiones, cosa de no fácil consecución en un lector de gesto serio y grave como yo. Perdón, creo que la lectura de este libro me ha afectando más de lo que creía. Vamos con los relatos.

La antigua sinceridad intenta la cuadratura del círculo, o la coherencia dentro de lo bizarro. Y lo consigue. Impagable historia tipo bucle que no solo sabe jugar a la perfección con los parámetros de las historias de viajes en el tiempo, sino que además transita desde un impactante (por explícito sexualmente) inicio hasta un desarrollo que admite melancolía trascendente. La unión de un tono acerado con pasajes de reflexión dramática compone un cuento sensacional que toca muchos más palos de lo que parece. Increíble inicio para esta antología.

En El ataque de los belenes vivientes cambiamos de tercio y asistimos a una impagable escena fantástica que hace honor literalmente al título del relato. Reconozco que este cuento me dejó algo descolocado, pues no termino de ver su intención más allá de ¿condenar? ataques terroristas religiosos.

El hombre utópico es una pequeña pieza que resume el espíritu imaginativo con toques de humor negro y melancolía del colectivo. Tenemos a un personaje que se reconoce como hijo de un parto psicológico, por lo que su propia realidad se vuelve cuestionable. La idea es genial, y recuerda lejanamente a Desmontando a Harry de Woody Allen.

La dentadura postiza de Alicia Crisálida no poseía colmillos es el genial título de un relato que mezcla licantropía, feminismo y una organización todopoderosa que lucha contra el medio ambiente. Este delirante puré de conceptos ofrece un sabor potente, lleno de una fina ironía que ataca muchos razonamientos ideológicos extremos. O eso creo.

La protagonista de Esther, nuestra inmaculada genocida es una joven integrante de una familia en la que las mujeres guardan sus menstruaciones en tarros. Un par de ¿científicos? le proponen participar en un experimento. Es este otro relato cargado de humor negro que ataca con gracia algunos fundamentalismos. De nuevo la mezcolanza de ideas loquísimas funciona dentro de un texto claramente sarcástico. Puede que el desenlace deje impresión de chiste, pero me parece un chiste muy gracioso.

Para mi gusto, Los irreconciliables hermanos Spencer rebaja un tanto el nivel general al presentar una historia típicamente noir sin que haya una mirada excesivamente novedosa salvo en la tremenda primera página. El resto responde a muchos de los clichés del género, por lo que su capacidad de sorpresa está muy rebajada y, por una vez, su desenlace se antoja previsible.

El último relato vuelve a romper temáticamente con los anteriores. De por qué me hice Lutier deja claro su espíritu de fábula al hilar tres historias de triste final, que tienen en común la presencia de un mismo lutier. Es un relato bonito, que quizá se escapa un poco de la unicidad tonal del volumen —si es que existe tal cosa—, pero que al mismo tiempo reafirma la multiplicidad estilística de los autores.

No quiero terminar sin mencionar el buen aspecto que ofrece la edición autopublicada por el propio Colectivo. La presentación con sobrecubiertas enamora por la surrealista portada de Riot Über Alles —quien además de firmar el prólogo se encarga también de las extraordinarias ilustraciones del interior— y más teniendo en cuenta el ajustado precio del volumen. La pequeña contraprestación la tenemos en una corrección no tan cuidada como sería deseable.
Lo mejor de este libro radica en la gran disparidad temática y formal de los siete relatos incluidos. La sensación última que deja Los abigarrados mundos de Takeshi García-Ashirogi es que, después de un sublime primer relato, el resto se vuelve un tanto irregular después. Aún así, la cantidad de ideas y conceptos originales introducidos en cada texto hace que sea muy recomendable descubrir a este colectivo de autores y permanecer atentos a su producción.

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