Título: El mentiroso
Autor: Mikel Santiago
Editorial: Ediciones B
Nº páginas: 480
Género: Thriller, suspense
Precio: 20,90€ – 7,99€ eBook
Hay novelas imposibles de abandonar una vez leídas las primeras páginas. Historias que reinventan el suspense y hacen dudar al lector cada vez que termina un capítulo. En este thriller absolutamente original y adictivo, Mikel Santiago rompe los límites de la intriga psicológica con un relato que explora las frágiles fronteras entre el recuerdo y la amnesia, la verdad y la mentira.
En la primera escena, el protagonista despierta en una fábrica abandonada junto al cadáver de un hombre desconocido y una piedra con restos de sangre. Cuando huye, decide tratar de reconstruir él mismo los hechos. Sin embargo, tiene un problema: no recuerda apenas nada de lo ocurrido en las últimas cuarenta y ocho horas. Y lo poco que sí sabe es mejor no contárselo a nadie.
Así arranca este thriller que nos traslada a un pueblo costero del País Vasco, entre sinuosas carreteras al borde de acantilados y casas de muros resquebrajados por las noches de tormenta: una pequeña comunidad donde, solo aparentemente, nadie tiene secretos para nadie.
CRÓNICA DE VERDADES Y MENTIRAS
Al turrón. La novela funciona desde su primera persona, aparte de por el instinto del señor Santiago a la hora de captar la atención y mantener el suspense, porque conocemos a la vez que el protagonista las supuestas verdades y mentiras, revelaciones o recovecos, complicidades y traiciones. O, al menos, lo que se cuenta y se convence a sí mismo.
Alex despierta en una apartada nave de polígono industrial junto a un muerto y con una herida en la cabeza. Justo a continuación, amanece en el hospital con esta ráfaga de recuerdo como única tabla de salvación en un caso de amnesia que cubre el lago de su memoria en los últimos días. Y se incomoda. Se siente culpable. E inicia su propia investigación, la cual abarca la historia de ese pueblo vasco perteneciente al inclemente y bello norte, lleno de misterio, lazos familiares, rencillas y cuitas, e incluso triángulos amorosos. Todas y todos son sospechosos hasta que a cada cual se le va cayendo la careta, siempre guardándose un giro final de personalidad, hecho o verbo. En el devenir de su búsqueda, donde surgen amigos y enemigos debiendo proteger a su novia y familia, tendrá que decidir si continuar de la mano de la ley o enfrentarse a la cruda verdad.
Esta es una historia vieja como el tiempo, de un pueblo donde todos se conocen tanto (colindando lo demasiado) que necesitan secretos para diferenciarse. Y en ello hurga un escritor, que amenaza la seguridad de dicho pueblo. Ese juego de pistas de quién es quién, de enseñar y ocultar, nos lleva desbocados en la lectura de capitulo en capítulo, porque no es lo que se cuenta, que también, es cómo se cuenta. Y sin ser de mis favoritas del autor (la anterior novela, con su aroma lovecraftiano, que no novela lovecraftiana —hay que empezar a diferenciarlo que luego nos toman el pelo cósmico—, canela), siempre sobresale.
Porque los grandes escritores de Best Seller, sea eso lo que sea y bueno o malo, tienen un talento para mantenerte metido en una historia de apariencia normal y quizá en conclusión normal, pero que se vincula contigo de algún modo, ávido lector y lectora, para atraparte en su red. Y este es uno de los motivos por los que lo consigue: es más sencillo ponerse en el lugar de un personaje normal, perdido, desubicado, con sus lastres y defectos, asumiendo el lector a su vez esa misma normalidad (cada cual con su concepto de normal). Y es más complicado el vínculo con ese ser extraño de dudas y miedos y traumas que en realidad somos; le (nos) tenemos tanto miedo que no nos gusta aceptarlo y leerlo. Pero también seremos conducidos por ese sendero, los lados oscuros.
Con todo, no existe riesgo en esta novela, ni de patinazo, ni de innovación, como si muestra alguna de las obras anteriores. Sin ofrecer nada nuevo, hablamos de una obra magnífica, trazada y perfilada con maestría, que engancha, seduce, adopta. Pero, me pregunto, sabiendo a medias la respuesta… ¿es una fórmula?
Me declaro, hasta que sus letras le desdigan y me desdigan, lector perenne de Mikel Santiago.
Pd: ¿Qué podría escribir sin red?
Román Sanz Mouta
Redactor
2 comentarios
A veces necesito Thrillers y es difícil encontrar obras tan buenas. Normalmente caen en tópicos y son predecibles e irregulares en ritmo (best sellers incluídos). Por lo que cuentas, esta novela merece una oportunidad.
Buenas David. ¿Qué tal? Pues en ese sentido, Mikel Santiago es garantía de calidad, un reloj literario que siempre da la hora y la nota justa. Mira sinopsis a ver cuál te encaja más, pero te gustarán. Yo tengo predilección por la anterior, con ese aroma de Lovecraft, “La isla de las últimas voces”, pero las anteriores también las disfruté. Gracias por comentar y ser un lector asiduo. ¡Un saludo!