Ritual Román 72: Sabio idiota

por Román Sanz Mouta

Título: Sabio idiota

Autor: Ricardo Montesinos

Editorial: Insólita

Nº páginas: 192

Género: Ucronía matemática de ciencia ficción     

Precio: 15,95€ / 5,25€ (digital)

Oldeburg se halla en plena Revolución Industrial. Los cambios de gobierno, las revueltas colectivistas y la amenaza de guerra entre la Compañía y el Imperio han sumido la ciudad en el caos y el miedo. Atrás queda su glorioso pasado académico y de progreso científico, que abrió las puertas a una era de maravillas mecánicas y de miseria.
August Meindl, «el asombroso Calculista Relámpago», se enfrenta a un problema matemático cuya resolución se resiste incluso a los más avanzados motores analíticos de la Compañía, y que podría decidir el resultado de la lucha por el control de la realidad. Adele Ascherlicht, una de las mentes más brillantes de Oldeburg y del Orbe entero, ha dedicado su vida entera a defender los ideales de su padre. Karl Ackermann, inspector de la Policía Metropolitana, solo pretende hacer cumplir la ley y mantenerse al margen de las luchas de poder que tensionan la ciudad.
Sabio idiota explora, a través de cuatro historias independientes, las consecuencias que tendrá para los ciudadanos de Oldeburg la invención de unas particulares máquinas calculadoras capaces de liberarlos del yugo de la Compañía o de esclavizarlos para siempre.

 

MATEMÁTICAS CREANDO HISTORIAS

Werner Heinemann fracasa en su enésima exposición sobre los números hipercomplejos, pero su vida está a punto de cambiar cuando un evento lo arrastra en manos de unos supuestos espías enfrentados, que le plantean y nos plantean cómo podrían usar esos números en beneficio de unos y otros, pues están los bandos y su posicionamiento todavía por definir. Esta premisa ya nos apasiona y llena de curiosidad, cinco puntos cardinales en el espacio dimensional: latitud, longitud, altura, tiempo y probabilidad. Con esta clave entramos de lleno a la novela en este primero de los cuatro cuentos entrelazados que la componen.

Pues con La Torre de Papel disfrutamos de datos y pinceladas de la aventura (en su tono más clásico también) matemática que nos propone el autor, Ricardo Montesinos. Se nos aportan excelsos datos que agitan las teorías más revolucionarias, apelando a la ciencia, pero sin perder un tono dinámico, y aplicados a propósitos tan emocionantes como cabalgar sobre númenes la quinta dimensión para alterar o preservar lo sucedido. Todo ello explota (quizá metafóricamente, quizá de forma literal) en el colosal templo del conocimiento que es el Mundaneum. Porque los números hipercomplejos son la llave de la deriva, siempre lo fueron. O no…

En Sabio Idiota, el segundo de los cuentos, que me recuerda irremisiblemente a los años veinte alemanes (percepciones mías) con toques de steampunk futurista (en esta novela casi todo vale, asúmelo, no se trata de nuestra realidad, aunque nos la muestren de forma plausible y verosímil, lo que permite transportarse hasta ella), un hombre, calculadora humana, sin mucho mas potencial pese a lo previsto en su infancia, se enfrenta a un desafío. Reto propuesto por Adele, una hermosa mujer quien, por supuesto, pasa a capitalizar su pensamiento casi tanto como el cálculo. Pero él no solo ve los números, sin llegar a resolver el enigma, sino parte de lo que pudieren esconder detrás. Las maquinarias políticas les rodean, a él y a ella. Quieren ese saber. Entonces debe decidir si embarcarse dentro de la revelación que pretenden los colectivistas, o someterse a la dictadura inflexible del régimen (hail, por lo menos yo escucho hail); la Compañía. Un enemigo descomunal y ramificado por todo Oldeburg, el único mundo que aquí conocemos. Aunque existen más claros oscuros entre estos dos colores, porque es imposible definir el bien y el mal con pocas palabras (excepto en casos que a todes nos vienen a la cabeza). Todo ello desconocedor sobre si podrá resolver dicho acertijo matemático, quizá su último calculo. El cuento mas largo de los cuatro y en el que se condensa el estilo de la novela; capítulos breves, ritmo, persecuciones, intrigas, traiciones, y una atmósfera a medio camino entre lo clásico y lo postmoderno, con pinceladas de muchos géneros. Engancha, por lo contado, y por la angustia del protagonista (igual que el anterior) con el que nos sentimos identificados; desesperación y duda, saber en quién puede confiar, y por qué no tiene una vida normal o una brizna de suerte.

Este tercer acto, Querida Margarethe, nos es mostrado por medio de las cartas a su novia (sip, epistolar, una palabra que se ha puesto de moda), redactadas por un joven recién graduado en matemáticas y arrancado de su vida para ir a la guerra (insinuada en textos anteriores, progresiva la cronología del manuscrito). Una vez en el obligado frente, es destinado a formar parte un grupo de inteligencia de élite (números), que podría determinar la guerra o dar ventaja a Oldeburg por medio de autómatas tan inestables como invencibles si funcionaren. Confederación contra el Imperio, conglomerado de empresas pugnando frente al emperador. Por supuesto este muchacho, a través de las cartas, aparte de mostrar la añoranza y amor por esa querida en la distancia, nos habla de la crudeza de la guerra, de cómo el invierno estanca las batallas y se cavan trincheras infinitas hasta que llegue la primavera y puedan volver a matarse en persona unos a otros. Y vemos en sus sinceras palabras las dudas, la angustia, la futilidad, la imposición. Todo ello sin dejar de lado cálculos (ya habéis adivinado que los conceptos estrella son estos: matemáticas y calcular) y las probabilidades.

Das Netzwerk. Vemos aquí el desenlace de Adele tras su final en el segundo de los cuentos. Enlazando también con la catástrofe y consecuencias de La Torre de Papel. La Compañía realiza a esta especial y brillante prisionera, quien odia sus métodos totalitarios y capitalistas, una oferta irrechazable, que ella deniega por principios y orgullo. Para luego empezar a pensar en lo que podría hacer desde semejante cargo; cambiar el mundo, cambiar la sociedad y los conocimientos preestablecidos por medio de sus ideas a través de las matemáticas (revolución en la evolución). Porque todo tiene anverso y reverso. ¿Será capaz de colaborar con ellos, el enemigo? Así es como, de forma bien hilada, y habiendo presenciado el progreso de Oldeburg, se cierra el círculo.  

En concluyendo, una suerte de ucronía (me cuido mucho de usar estos términos) que prioriza los números y fórmulas, pero que resulta un disfraz para dar el protagonismo a las emociones, dudas y decisiones de personajes pequeños (nada de héroes, hombres de ciencia, y no pequeños por ello) llevados a su límite, para ver qué podrían (podríamos) hacer. Buena novela, ágil, entretenida, en la que el autor se las apaña para construir a través de estos cuatro actos la historia cuasi al completo del mundo de ciencia ficción que es Olderburg, mezclando elementos de obras clásicas con su originalidad matemática (aquí gente pensando: lo siento Román, esto no es para mí, las matemáticas se quedaron en el instituto… ¡Pues no!). El resultado es favorecedor. Y me encantan las apuestas insólitas. ¡A ello!

 

Pd: más matemáticas en ficción atractiva, por favor (y lo digo yo siendo de letras puras, hasta en la imaginación…).

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