Título: Tótem
Guion, dibujo: Laura Pérez
Editorial: Astiberri
Género: Misterio, Folk horror
Nº de páginas: 144
Precio: 20 €
Desde la misma portada de Tótem, se adivina la preponderancia de la mirada. Las pupilas de una chica joven cobran vida en la rugosa y texturada tapa rígida del cómic —estupendo formato el de la colección Sillón Orejero de Astiberri—, y parecen decirnos muchas cosas, tantas como silenciosas son las palabras de esa mirada. No es una ilustración habitual para una cabecera, pero si observamos con atención comprenderemos lo bien que atesora todo lo que el cómic nos va a contar cuando pasemos a las páginas interiores.
Y el interior es una excavación sutil —mucho más sutil de lo que parece— del subconsciente humano, de los anhelos que no verbalizamos y de la perpetua intuición de lo que se esconde más allá de nuestra realidad. Hay mucho de “magia” en la obra de Laura Pérez, magia entendida como una nueva mirada —de nuevo— a nuestro alrededor, admitiendo en ella algunas de las cosas que no podemos ver directamente. La muerte adquiere un papel predominante a nivel temático, muy bien representado por la autora a través de las páginas iniciales y de la significancia que adquieren los cuervos. Indiferentes ante la desgracia humana, se dedican a vivir bajo sus propias leyes, igual que los espíritus que se manifiestan en la habitación de una curandera con capacidades especiales.
El misterio acerca de la aparición de un cadáver se difumina entre varias historias que se van alternando y entremezclando durante la narración, dando lugar a esa “rosa del desierto” que se menciona y muestra de manera explícita en el cómic. Salvo alguna leve concesión, todo el protagonismo recae en una serie de personajes femeninos que, de nuevo, van vinculándose entre sí para conformar un carácter que las aglutina a todas. Es la mirada a la que antes hacía mención, una visión muy anclada a la idea de madre, de hija, de compañera, que a la postre se convierte en la mirada más universal, la interpretación más cohesionada del mundo.
Aunque la historia principal se enmarca en los desiertos más icónicos del oeste americano, el folclore que aparece en Tótem remite de manera directa a las costumbres y creencias de nuestro país, en especial a aquellas zonas rurales que muchos hemos conocido y que aún a día de hoy conservan esa aceptación natural y espontánea de la vida después de la muerte, así como integran de forma inequívoca la posibilidad del contacto con las almas de los difuntos. Hay cierto contraste entre esa concepción de la vida y la muerte de antaño frente a la modernidad de la pareja protagonista, aunque la autora logra que ambos planos se fusionen poco a poco de un modo muy inteligente, con secuenciaciones diseñadas para intentar que esa unión nos pase desapercibida.
Por supuesto, el aspecto visual tiene ese cuidado detallismo y atención a lo sombrío con que Laura Pérez ya nos deleitó en Ocultos. El estilo de la autora empasta muy bien con lo que vimos en Los cuentos de la niebla de otra Laura, Suárez. El respeto hacia las tradiciones y, en este caso, hacia el misterio que va desde lo más antropológico hasta lo directamente ufológico, se transmite a través de un fenomenal uso del blanco y negro para trasladarnos al tono más anclado a esas historias de toda la vida, mientras que el color aparece en todo su esplendor para acercarnos a la luminosidad de Midsommar. Todo ello encerrado en 140 páginas que, aunque desfilan a gran velocidad por la economía de diálogos y texto, encierran tanto que nos obligan a volver a su lectura una vez finalizada la primera.
Título que apela al segundo plano, aspecto este siempre interesante, y que no busca la complacencia en el lector sino más bien estimular su mirada. Como pasaba de manera totalmente intencionada en el 2001 de Kubrick, hay obras diseñadas para agitar nuestros sentidos y emociones. Más que adentrarse en una historia lineal y sencilla, Tótem nos reta para conjugar las piezas de un puzzle que posiblemente esté incompleto a pesar de contar con todas y cada una de sus piezas. Obra que intriga y fascina, para leer y releer.
José Luis Pascual
Administrador
1 comentar
Muy buena reseña. Ya me haré con esta joya.