Olot (Dr. Alderete)

por José Luis Pascual

Título: Olot

Guion y dibujo: Dr. Alderete

Editorial: Autsaider Cómics

Género: Misterio, surrealismo

Nº de páginas: 120

Precio: 19 €

Autsaider Cómics se caracteriza por ofrecer obras que se abren paso a patadas en un mercado repleto de convencionalismos y lugares comunes. Solo hay que echar un ojo rápido a su catálogo para comprobar su repelencia hacia el mainstream y su irredento amor al underground y a la narrativa descolocante, dirigida en exclusiva a paladares retorcidos. A mí me tienen ganado. Olot es un peldaño más en su inacabable pirámide, una pirámide diseñada para hacer explotar a la competencia.

Si bien Dr. Alderete nos cuenta una historia en Olot, esta obra podría definirse como una serie de estampas turísticas de la localidad. Eso sí, son estampas que hacen referencia a capítulos muy oscuros que se han ido sucediendo a lo largo de los años en esta ciudad. De esta manera, desfilan por las páginas del cómic investigadores obsesionados por los moais, asesinos en serie, videntes, contactados del mundillo ufológico y, quizá lo más célebre, los secuestradores de la farmacéutica de Olot. Todos estos pasajes recrean sucesos reales contados por sus protagonistas, lo cual le da a la obra cierto toque documental o periodístico que contrasta con el hilo conductor.

Y ese hilo conductor no es otro que la aparición de un hombre que, cada cinco años aproximadamente, pasea por las calles de Olot, toma un café siempre en el mismo bar y se dirige después al bosque para alimentar a un pez que habita en el lago. Tan solo cierta variación en algunos pequeños detalles nos indica el paso del tiempo, muy sutilmente marcado por el autor. Bien podría inferirse que el hombre es el propio Dr. Alderete, que acude al lugar atado por un pez-historia que va mutando y transformándose a lo largo de los años. O tal vez no, dado el carácter imprevisible y surrealista del cómic.

Cautiva el arte del volumen. Jorge Alderete imprime un curioso estilo que alterna entre el aire de diseño publicitario y el trazo underground pero tremendamente definido. La mezcla es muy curiosa, y el efecto se ve beneficiado por el uso de los colores, que también va cambiando. Ese hilo narrativo que cose todas las historias se nos ofrece en un blanco y gris muy misterioso, mientras que las partes de eventos reales aparecen en un curioso bicolor rojo y verde que ahonda en el aspecto surrealista de la propuesta. Es como si los personajes estuviesen siendo iluminados por un foco luminoso de dos tonos, y de algún modo funciona a las mil maravillas.

La impresión final es de las que se quedan en la memoria por su intención rompedora y por el abrazo a lo surrealista y chocante. No en vano, aparecen en algunas viñetas imágenes directamente sacadas de Twin Peaks y Expediente X, cuyo espíritu sobrevuela Olot durante toda su extensión. Estamos ante un cómic especial, puramente Autsaider, de tono alucinógeno pero muy agradecido, que ahonda en algunos códigos ocultos que animan a segundas y terceras lecturas. Cuánta falta hacen este tipo de obras.

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