Inercia (Antonio Hitos)

por José Luis Pascual

Título: Inercia

Guion y dibujo: Antonio Hitos

Editorial: Astiberri

Nº páginas: 128

Género: Ciencia ficción

Precio: 19€ 

SINOPSIS

Inercia es la historia de Jaime y Juan, dos amigos estancados en su propia rutina que, como la mitad de su generación, viven al día intentando arañar las contadas posibilidades que este mundo grande puede ofrecer a la gente pequeña. El desencanto cotidiano ha ido poco a poco aplastando su juventud, pero la insatisfacción crónica les impide aceptarlo y dejarla escapar.  En un esfuerzo continuo por adaptar las expectativas a ese futuro incierto, los protagonistas tendrán que sobreponerse al inmovilismo y tomar las decisiones que les permitan salir a flote. Los planes de vida que habían imaginado ya no valen nada.

Reseña

A veces no hacen falta las explicaciones. Las cosas son como son, no hay que darle más vueltas ni hurgar en la herida. Todos pasamos por etapas de confusión, de mirada velada, de grietas en la pared que se hacen evidentes. Son épocas que trastocan nuestra más íntima configuración celular y nos convierten en otra cosa, a menudo sin voluntad propia, sin que nos demos cuenta. Mutamos para bien, mutamos para mal, intuimos que el mundo no es como creíamos y nos preguntamos algunas cosas. Todo esto, empero, sucede por la más pura y absoluta inercia.

Supongo que toda obra creativa encontrará su reflejo en el individuo que se enfrenta a ella, y que ese reflejo es más o menos definido, más o menos tangible, dependiendo del estado vital de ese individuo, de sus circunstancias personales y temporales, de su capacidad de entender lo que le rodea. Inercia lleva esto al extremo, aunque en su interior laten verdades universales que nos afectan a todos por igual. Evidentemente, solo puedo hablar por mí, y lo que puedo decir es que Antonio Hitos se ha metido en mi corriente sanguínea y me ha apuñalado el corazón con cuchilladas precisas e inmisericordes.

Este cómic afronta el momento vital de un personaje que parece víctima de una confabulación cósmica para que todo le salga mal. Vive solo sin apenas inquietudes, su trabajo como dependiente en una tienda de discos le va amargando cada día más, su tabla nueva de skate se acaba de romper y, para colmo, su único amigo se muda a otra ciudad. Tal cúmulo de vicisitudes lo sume en un estado cercano al embrionario, volviéndose poco más que una cucaracha que se mueve por instinto y, de nuevo, inercia.

Lo que en manos de muchos autores sería un slice of life convencional, Antonio Hitos lo moldea a su antojo con una capacidad narrativa sobrenatural, logrando a través de una serie de recursos tocar las notas más virtuosas, aquellas que sobrecogen y emocionan. Y ahí me quiero parar, en la emoción. Más allá de la conexión que podamos sentir por un personaje quizá poco cercano, la universalidad de la mirada del autor consigue que percibamos las postales de la novela gráfica como algo propio. La genialidad de Hitos consiste en apabullarnos con continuos golpes de efecto en forma de instantes oníricos, surrealistas, mágicos y aparentemente inconexos. Solo aparentemente, pues su poder es el mismo de la poesía, el de impactar con símbolos y conceptos que definen nuestra humanidad, así como el de recorrer una y mil veces el camino que va de lo personal a lo universal.

No hacen falta las explicaciones, y tampoco las palabras. Inercia es parca en texto, tan solo aparece lo necesario para subrayar, apuntar y dar voz a nuestro propio cerebro en una especie de sortilegio alucinante. La mayor parte de la obra transcurre en paneles de 3×3 viñetas que solo se rompen en momentos determinados. Cromáticamente también se tiende al minimalismo, confiando lo visual a tres únicos colores que se rodean del negro. El conjunto artístico refleja a la perfección lo apagado del día a día en la sociedad occidental, vacuidad que se ve realzada en las páginas que presentan una sucesión de fachadas de edificios que semejan —o al menos a mí me sugieren— prisiones para sus habitantes. Pero, como digo, sobra cualquier explicación. Lo importante es sentir.

Inercia se lee en una hora pero se queda contigo para siempre. La perenne sensación de incertidumbre que late en muchos de nosotros tras la infausta pandemia es aquí ley. Me parece un milagro que siga habiendo autores con la lucidez que Antonio Hitos muestra en esta obra imprescindible, pues Inercia es una radiografía perfecta, repito, perfecta, del caos que palpita dentro del individuo moderno. Magistral.

Deja un Comentario

También te puede gustar

Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar la experiencia del usuario a través de su navegación. Si continúas navegando aceptas su uso. Aceptar Leer más