¡Buenas, amantes del terror!

Hoy os traigo la reseña de una novela que hará las delicias para los amantes del slasher y las pelis ochenteras de este subgénero del terror. ¡Ojito con las pesadillas! Puede que os visite algún payaso asesino, o lo que es lo mismo, Frendo, la queridísima «mascota» del pueblo donde tiene lugar esa oleada de violencia y muertes.

«Si quieres que algo se haga bien, tienes que hacerlo tú mismo».

Quinn y su padre se mudan a Kettle Springs en busca de un nuevo comienzo, pero no tardarán en descubrir que debería haber sido el último sitio al que ir… Porque Frendo, la mascota del pueblo, no solo es un payaso que da grima. Es también un payaso homicida dispuesto a poner patas arriba las reglas y los tropos de las películas de terror. ¿Crees que lo sabes todo sobre los slashers? Eso es porque no has entrado en nuestro maizal…

Opinión:

Una novela que cumple perfectamente su función de hacerte pasar un buen rato, repleto de momentos espeluznantes. En cuanto a la trama, y haciendo honor al slasher, se caracteriza por su simplicidad, centrándose principalmente en las persecuciones y las muertes. Esta simplicidad hace posible enfocarse en la tensión y en el terror que se va generando a lo largo de la novela. Asimismo, a excepción del desenlace, en el que nos encontramos ese «factor sorpresa», la trama es bastante lineal y sin giros argumentales destacables.

Por ello, los personajes no están dotados con un fuerte trasfondo psicológico, sino más bien con características de personalidad básicas como: el líder, la chica mona, la heroína de carácter fuerte y valiente, el chico listo, etc. Como suele suceder, el antagonista de la historia, ese payaso asesino, cumple la función de personaje justiciero. En este caso, de los jóvenes irresponsables que viven inmersos en las nuevas tecnologías y que pasan/pierden el tiempo con despropósitos. Tengo que decir que de alguna manera, lejos de parecer una psicópata, pude llegar a entender ese sentimiento con las generaciones actuales y venideras.

En relación a la atmósfera, en todo momento y al igual que pasaría si lo extrapolamos a las pelis de terror, podemos sentir esa inquietud y asfixia que acompaña a los personajes, condimentada con esos momentos de horror que tienen lugar al encontrarse con el asesino.

«En medio del carril, iluminado por la fría mirada de las luces largas, estaba Frendo. El payaso había aparecido de la nada. Tenía los ojos muertos, miraba al coche que iba a toda velocidad, sin siquiera inmutarse».

Sangre, muertes y escenas muy perturbadoras.

Locos perturbados en busca de víctimas inocentes.

Jóvenes en su intento de sobrevivir.

Máscaras, cuchillos y otros objetos punzantes y muchos gritos.

Elementos transgresores como: drogas y alcohol, delincuencia.

Como he dicho, un libro ideal para pasar un rato entretenido, de lectura fácil y ágil para combinar con otros que sean más «densos». A modo de curiosidad, se trata de una trilogía. De hecho, la editorial acaba de publicar la segunda parte recientemente. Por ese motivo, tendréis un final abierto y que os hará caer en la tentación de querer conocer su continuación.

¡Muchas gracias por leerme!

¿Os gustan los slasher? ¿Lo habéis leído? ¿Me recomendáis alguno?