Hace mucho tiempo había una pareja de recién casados que tuvo dos hijos mellizos: una niña y un niño. A la niña la llamaron Gabi, y al niño lo llamaron Tomi. Era una familia muy feliz, y después de un tiempo los niños crecieron, y ya tenían 19 años. La familia salió a pasear un caluroso día de verano. Iban tranquilamente, hablando y riendo, cuando cruzaron el paso de peatones y un coche que iba demasiado rápido atropelló a la madre.
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