Estamos hartos, ¿no es cierto? de saber “por dónde van los tiros”. A veces ya sabemos quién va a morir y quién no en los dos primeros minutos de película o en las tres o cuatro páginas del principio. Pero continuamos leyendo o viendo la peli, después de todo hemos venido para ver morir a la peña, hemos venido para ver cómo se vuelven locos y matan los unos, cómo se vuelven locos e intentan escapar infructuosamente los otros, etc. Aunque aún nos mueven otras cosas, otras necesidades.
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