Ojos de serpiente, un relato de Hernán Fariñas.
Con manos temblorosas le ganó la batalla al pestillo. Cerró la puerta tras de sí y se recluyó en el baño, la música entrando quebrada tras él. Atenazado el estómago, desbordando el sudor por sus poros. Algo iba mal, algo iba muy mal…