Un grupo de jóvenes científicos estudia la evolución del ojo en diferentes especies. Una serie de increíbles coincidencias le llevarán hasta una chica a la que conoció recientemente, y desde entonces su vida y su trabajo se verán entrelazados de manera irreversible.
Tras cosechar grandes críticas con Otra Tierra (2011), Mike Cahill nos trae otra historia de ciencia ficción “seria” en la que se nos plantea el eterno enfrentamiento entre racionalidad y fe, o entre ciencia y espiritualidad. La propuesta a priori es atractiva, con los dos puntos de vista defendidos por cada uno de los personajes. La manera de usar algo tan científico como el estudio de la evolución del ojo para abordar un debate filosófico me parece muy interesante, aunque creo que la película no acaba de aprovechar esto del todo.
El problema es que la trama deriva demasiado hacia la historia de amor del protagonista dejando un poco de lado la parte científica. Además, la película se me antoja algo fría y, a pesar de que no dejan de suceder cosas, el ritmo es extrañamente lento.
En mi opinión, el director termina posicionándose demasiado en favor de una de las posturas buscando emocionar al espectador, pero con ello pierde mucho de la sutilidad que impregna la primera mitad de la cinta. Creo que hubiera sido más acertado buscar algo más de ambigüedad al tratar el tema de las vidas pasadas y la reencarnación, cosa que logró en mayor medida Jonathan Glazer en Reencarnación (2004).
Michael Pitt y la actriz nacida en España Astrid Bergès-Frisbey saben dotar a sus personajes del tono adecuado. Él realiza un trabajo sobrio como joven científico, mientras que ella se muestra mucho más enigmática y apasionada como corresponde a alguien mucho más espiritual. Completa el trío Brit Marling, cuyo personaje de alguna manera sirve de puente entre los dos extremos a priori irreconciliables. También aparece Steven Yeun, famoso por dar vida a Glenn en la serie “The Walking Dead”.
Lo cierto es que, aunque me gustan todos estos temas, por lo que sea no terminé de entrar en la película. Lo mejor es el debate que se plantea, y lo peor la fallida resolución. Le doy un aprobado, pero francamente esperaba mucho más.
Mi nota: 5