Con Marte (The Martian), el veterano Ridley Scott vuelve a adentrarse en el espacio para contarnos las peripecias del astronauta Mark Watney, que por un desafortunado accidente queda abandonado en el planeta rojo.
Basándose en la novela (ya comentada en este blog) El Marciano de Andy Weir, Ridley Scott nos ofrece una producción que sigue al dedillo los cánones de todo buen blockbuster. “Marte” es totalmente respetuosa con el libro, y apenas difiere en un par de cosas con el objetivo de que la película resulte un poco más emocionante que la novela, que dejaba una impresión algo fría. El director consigue dotar a la película de un buen ritmo gracias a que no hurga demasiado en detalles técnicos, y se las apaña para mantener al espectador interesado durante las dos horas y cuarto de metraje, aunque no sorprende a los que leímos la novela con anterioridad. Sin duda, lo más destacable es el aspecto técnico, que se salda con un sobresaliente gracias a una perfecta recreación del paisaje marciano que ofrece unas espectaculares panorámicas.
Como aspectos negativos, podríamos decir que el desenlace flojea un poco y que durante su visionado nos acordaremos un par de veces del término “americanada”.
Aparte de esto, el planteamiento nos recuerda mucho a las típicas películas de catástrofes, con un protagonista principal sorteando como puede los obstáculos que se le van presentando, y después un reparto coral que refleja las reacciones que se producen en la Tierra a lo que va sucediendo en Marte, y la consecuente búsqueda de soluciones. El gran protagonista es un correcto Matt Damon que en mi opinión no consigue lucirse todo lo que podría. No están de acuerdo conmigo los votantes de los globos de oro, que anoche le premiaron como mejor actor. Entre la pléyade de secundarios encontramos a gente como Jessica Chastain, Chiwetel Ejiofor, Kate Mara o Jeff Daniels (en un papel en el que, si nos dicen que es el Presidente de EEUU, nos lo creemos). Todos cumplen su labor sin estridencias.
En definitiva, “Marte” es una superproducción que impacta visualmente y logra entretener, aunque desde luego no pasará a la historia como una película memorable.
Mi nota: 6