Tras las más que satisfactorias entregas anteriores, nos llega la tercera película de este reinicio de la franquicia Star Trek que puso en marcha J.J. Abrams hace ya 7 años. En esta ocasión, Justin Lin es el encargado de llevar a la tripulación de la nave Enterprise “allá donde ningún hombre ha llegado anteriormente” (en realidad no). Y es que Kirk y sus pupilos viajarán a un planeta más allá de los límites de la federación donde serán objeto de una emboscada y quedarán atrapados con la Enterprise hecha añicos.
Star Trek: Más allá (Star Trek Beyond) recuerda poderosamente en su estructura a un capítulo clásico de la serie, pero alargado hasta la extenuación, eso sí. Pese a ser bastante fiel al espíritu del Star Trek de toda la vida, el desarrollo de la película termina siendo un tanto decepcionante. Se vuelve a hacer hincapié en el tono de aventuras de las anteriores entregas, pero el sentido de la épica de que hacían gala las dos películas dirigidas por J.J. Abrams es prácticamente inexistente en esta ocasión en detrimento de una acción más estándar. Creo que parte del problema viene dado por un guión demasiado simplón. Guión, por cierto, firmado a medias por Doug Jung y Simon Pegg, lo cual explica la excesiva presencia del actor británico en pantalla. Algunas de las resoluciones adoptadas me resultan francamente ridículas, incluso para una película fantástica, sobre todo en la parte final de la película.
Nos cansaremos de ver secuencias de acción en “Star Trek: Más allá”, acción pretendidamente espectacular que funciona en algunos momentos pero que llega a saturar en otros. El apartado técnico es correcto, aunque también encontraremos algún que otro efecto digital que chirría en pantalla grande. También tenemos una de cal y una de arena en cuanto al diseño de los personajes nuevos, ya que encuentro muy acertado el aspecto de la guerrera alienígena interpretada por Sofia Boutella (actriz a la que pudimos ver en Kingsman (2015)) pero en cambio la caracterización del pobre Idris Elba me trae a la memoria las caretas que usaba Alfonso Arús en su mítico programa “Al ataque”. Viniendo de un villano tan potente como el Khan que nos regaló Benedict Cumberbatch, el personaje de Idris Elba queda en muy mal lugar.
Del casting poco podemos decir que no se haya dicho ya. Me sigue asombrando lo bien que están elegidos todos los actores, y la estupenda dinámica que desprenden en conjunto, representando perfectamente el espíritu de la serie original. Chris Pine cada vez se parece más a William Shatner, Zachary Quinto sigue siendo un gran Spock, y Karl Urban se revela como un idóneo alivio cómico perfectamente integrado en la trama. Tal vez el que carga un poquito más es Simon Pegg, que como decía anteriormente parece haberse reservado un mayor protagonismo al ser coautor del guión. Pero en general, queda más que demostrado que el gran feeling que desprende el grupo está más que consolidado tras tres películas.
Igualmente, otro de los aspectos destacables, no ya de esta entrega sino de toda la trilogía, es la maravillosa aportación del score de Michael Giacchino. Una vez más, el genial compositor vuelve a dar con la tecla adecuada para transmitir emociones, realzando las imágenes de un modo espectacular.
Pese a lo comentado, no puede negarse que “Star Trek: Más alla” es una propuesta perfectamente válida dentro de la franquicia, y que sigue respetando el espíritu trekkie, aunque claramente acusa cierta pérdida de frescura respecto a sus precedentes. Pese a que la película apenas da tregua para el aburrimiento, lo cierto es que la acción puede llegar a saturar. Esto, unido a un guión menos trabajado de lo habitual, hace que la sensación que nos quede es la de que la película se ha hecho por mera inercia, descuidando aspectos que en las anteriores entregas eran modélicos. Entretenida, pero es la peor de las tres.
Mi nota: 5,5