Muchos ya sabréis que mi relación con el cine español es bastante parca, quedando mi interés por él limitado a determinadas producciones muy puntuales que consiguen llamarme la atención. De hecho, confieso que a Raúl Arévalo, director de la película que nos ocupa, tan sólo le conozco de verle actuar en La isla mínima (Alberto Rodríguez, 2014). Y fue gracias a los comentarios de un oyente del nunca bien ponderado programa de radio y podcast Sinaudiencia.com que me picó el gusanillo por Tarde para la ira.
En conclusión, tenemos una producción que logra alzarse sobre su limitado presupuesto con una dirección notable, unas interpretaciones espectaculares y un guión interesantísimo. Raúl Arévalo rueda con pulso firme (aunque no lo hemos citado, ojo al tremendo plano secuencia inicial) una película de venganza de ritmo lento pero implacable, en el que puede ser uno de los mejores debuts del reciente cine español. Muy buena.
Mi nota: 8
4 comentarios
Muy buena.La verdad que Raúl Arévalo se casca un debut de 10,sin meterse en lios y con una narración directa y, como bien dices, muy sobria.Es curioso pero el 16mm lo he notado muchísimo más exagerado en algunos planos que en otros, donde se veía un look más \”digital\”.Lo va ha petar en los Goya.
Ojalá! Creo que son este tipo de propuestas las que deben dar al cine español una nueva personalidad. Lo bueno es que Arévalo ya tiene un nombre, supongo que eso le da mucha visibilidad.Muchas gracias por comentar. Un saludo, Luis!
Como tú, a mi tampoco me suele llamar el cine español, pero con propuestas como ésta, solo puedo aplaudir e ir a verla. Además tu gran reseña ha conseguido que me interese aún más. Gracias tío !!
Ya me contarás, pero seguro que te gusta. Gracias a tí!