La joven Sookee llega a una gran mansión para trabajar como doncella de Hideko, una dama que está enclaustrada sin haber salido al exterior en años. La criada esconde un secreto, y es que forma parte de un plan para estafar a los dueños de la mansión. Sin embargo, pronto surgirán emociones que pondrán en peligro el plan.
Como podréis leer en la sinopsis, la trama de La Doncella (The Handmaiden/Ah-ga-ssi) parece totalmente propia de un telefilme de sobremesa de esos que nos ayudan a echar una siestecita. En manos de Park Chan-Wook, en cambio, tal historia se convierte en una de las películas del año. Estamos ante otro ejemplo del buen hacer que tienen los coreanos a la hora de mezclar géneros, ya que podríamos catalogar el filme como drama erótico, aunque el director subvierte el género introduciendo elementos de thriller, comedia o incluso de las historias de venganza con las que Park Chan-Wook saltó a la fama.
“La Doncella” está estructurada en tres actos complementarios pero bien diferenciados. Park Chan-Wook nos lleva de la mano contándonos una historia nada complicada durante el primer acto, con un tono desenfadado e incluso humorístico por momentos. Pero de repente nos sorprende con un golpe de efecto inesperado que nos deja confundidos. Durante el segundo acto se nos desvela la verdadera naturaleza de la película, que se remata en el tercer acto con las partes más truculentas aunque sin perder un fino humor negro que está siempre presente.
Aunque la película lleva el sello inconfundible del director, sorprende ver la delicadeza con la que Park Chan-Wook ha plasmado la historia de amor, otorgándole una naturalidad especial en las muy explícitas escenas de sexo. Podemos ver en este sentido cierta influencia de El imperio de los sentidos (Nagisa Oshima, 1976), aunque no veo aquí intención de crear controversia. El guión adapta una novela de la escritora Sarah Waters titulada Fingersmith (publicada en España como Falsa identidad), y ofrece interesantes recovecos que son aprovechados como nadie por el autor de Oldboy para engatusar al espectador desde el principio.
El virtuosismo en la dirección queda patente en el aire clásico que desprende la película, desarrollando un preciosismo visual y estético que puede recordarnos a Las amistades peligrosas (Stephen Frears, 1988), con la que también comparte la perversión oculta tras algunos personajes. Técnicamente la película es irreprochable, contando con una dirección artística esplendorosa y un minucioso cuidado por el detalle. Todo ello aderezado por una banda sonora imperial creada por Jo Yeong-wook, que con sus temas llena las imágenes con un aire a historia clásica de las grandes.
Supongo que a la mayoría le dirán poco o nada los nombres de los intérpretes de la película, pero ahí van ya que su trabajo está a la altura. Las actrices Kim Min-hee y Kim Tae-ri derrochan carisma y sensualidad a partes iguales, sustentando la película a menudo con sus miradas, gestos y complicidad. El principal contrapunto lo encontramos en los intérpretes masculinos Ha Jung-woo (The yellow sea) y Jo Jin-wong en dos roles muy diferentes que tienen su importancia aunque quedan eclipsados por los personajes femeninos.
Posiblemente sea “La doncella” una de las películas más accesibles de Park Chan-Wook por lo que resulta fácil recomendarla a todo el público en general pese a sus escenas subidas de tono. En mi opinión estamos ante un ejemplo de gran cine, muy clásico pero con el toque diferenciador de un director sublime.
Mi nota: 8
3 comentarios
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Madre mía, tengo q ponerme al día con mucho cine. Tomo nota de tu reseña.Un saludo y felices fiestas.
El cine coreano mola, y parece que está volviendo a coger fuerza. Ya te leeré si la ves.Felices festividades para tí también!