Antes de comenzar, he de avisar que mi opinión sobre American Pastoral se ceñirá exclusivamente a la película, ya que no he tenido oportunidad de leer la novela de Philip Roth que adapta. Lo digo porque la mayoría de críticas del debut en la dirección de Ewan McGregor inciden en una clara pérdida de punch en la comparación. Cosa que, aunque no puedo contrastar objetivamente, se intuye en el visionado de la película.
El filme nos cuenta de modo retrospectivo la historia de Seymour “el sueco” Levov, un gran atleta en la universidad que termina regentando con éxito una fábrica de guantes. Casado con una ex reina de la belleza, su vida se complica cuando su hija desaparece tras ser acusada de un atentado terrorista. A partir de ese momento, “el sueco” se dedicará en cuerpo y alma a buscar a su hija.
«American Pastoral» es una historia de desintegración, de desmonoramiento, de pérdida de inocencia y esperanza, ejemplificado en una familia que comienza siendo perfecta en apariencia como metáfora de la propia nación norteamericana. El concepto de podredumbre que ataca a los mismos cimientos de una estructura, ya sea personal o geográfica, se hace patente durante el metraje de un modo que, aunque pueda estar coartado respecto al texto de Roth, me parece bastante acertado. Es evidente que que hay detalles y aspectos que claramente no dan de sí todo lo que sugieren y se tratan de manera muy pasajera, pero en general creo que McGregor ha logrado presentar un conjunto bastante cohesionado.
Supongo que no es fácil contar una película que comprende un período temporal tan amplio. Para hacerlo todo más entendible de cara al espectador, el director utiliza el recurso de contar toda la historia a modo de un gran flashback, introduciendo además imágenes de algunos de los eventos más importantes de la historia reciente de los Estados Unidos. Tal vez sea el recurso más cómodo y menos arriesgado, pero no puede negarse que funciona.
Como decía antes, tal vez los mayores puntos negros de «American Pastoral» se deban a la falta de profundización en algunos detalles. Hay un par de momentos que sugieren elementos turbios y delicados en los que la película no acaba de entrar, simplemente los muestra sin atreverse a cruzar la línea de la corrección, y esto resta puntos. Además, hay alguna que otra caracterización de personajes bastante desacertada, que queda un tanto ridícula en pantalla.
Más allá de esto, la cinta mantiene un ritmo y una ambientación bastante correctos, que nos permiten seguir toda la historia con interés.
El peso interpretativo de la función recae en el trío formado por el propio Ewan McGregor, Jennifer Connelly y Dakota Fanning. Todos rayan a buen nivel, pero para mi gusto es la joven Dakota Fanning la que más huella deja. Su personaje es el más controvertido y, aunque puede ser difícil comprender su comportamiento, la actriz logra provocar emociones en el espectador, ya sean positivas o negativas. Dentro del elenco de secundarios, creo justo destacar la labor de una inquietante Valorie Curry y del siempre sobrio David Strathairn.
Tal vez Ewan McGregor haya apuntado demasiado alto para debutar en la dirección, pero estando claro que «American Pastoral» podía haber sido mucho más, lo que ha terminado siendo no me desagrada en absoluto.
Mi nota: 6,5