Aquí estamos ante uno de esos ejemplos en los que un buen montaje de tráiler vende una película mediocre. Comedia dramática basada en la historia real del cómico Kumail Nanjiani (que se interpreta a sí mismo) que se traslada a la pantalla buscando insuflar un punto humorístico que no funciona y que termina cediendo ante el drama. Los únicos momentos graciosos están contenidos en el mencionado tráiler, y el resto va languideciendo según avanza el metraje. Lo único salvable es la presencia de una rescatada Holly Hunter, y la frescura de Zoe Kazan, que lamentablemente aparece menos minutos de lo que pudiera parecer. Con productos tan planos como este, el nombre del productor Judd Apatow pierde punch.
La investigación de un abogado que prepara la defensa de un asesino confeso arroja datos que ponen en duda la veracidad del testimonio del acusado. Interesante planteamiento el que propone Kore-eda en una producción que cae víctima de un desarrollo tedioso y una resolución un tanto confusa. Aunque el director logra algún plano meritorio (sobre todo en el enfrentamiento actoral entre los dos protagonistas), el filme se hace insufrible por su frialdad y su ritmo cansino. La falta de tensión y contundencia resulta en una película aburrida y desaprovechada que tira hacia el drama más que hacia el thriller. Mi esposa la durmió plácidamente.