Cuando hablamos de las muchas adaptaciones al cine que han contado las obras de Stephen King, el resultado tiende a la irregularidad. Pese a ello, la expectación siempre es alta, y más cuando se trata de sus títulos más célebres y reconocidos. Tras las opiniones encontradas que generó IT (2017), llega ahora este segundo capítulo con el que Andy Muschietti completa el círculo adentrándose en la historia de los personajes 27 años después de los acontecimientos narrados en la primera película.
Así, el “club de los perdedores” se ve obligado a volver a reunirse en Derry después de que comiencen a aparecer señales del regreso del ente maligno con el que se enfrentaron siendo niños. Ahora, convertidos en adultos con vidas encauzadas, deberán reencontrarse con la repetición de un pasado que prácticamente habían olvidado.
Siguiendo con cierta fidelidad la novela de Stephen King, IT capítulo 2 propone una estructura bastante similar a su antecesora, haciendo pasar a sus personajes por episodios terroríficos tanto de forma individual como colectiva. Aunque se sigue intentando profundizar en los miedos de cada uno de ellos, aquí los momentos de terror parecen mucho más aleatorios y alejados de cualquier profundidad psicológica, hecho este que le resta mucho de implicación al espectador. Por ello, IT 2 tiene una fachada de película de terror mainstream de las que nos hemos acostumbrado a ver con las mínimas neuronas necesarias. Lo que más se echa en falta, además del factor sorpresa perdido, es una indagación más seria en la problemática de los personajes, cosa que aquí se queda en una mera máscara superficial en contraposición al mayor peso psicológico con que cargaba la novela.
La repetición de esquemas hace que la chispa se pierda, aunque ello no es óbice para que IT 2 sea un producto perfectamente visible. A nivel técnico todo sigue con el buen tono de la primera parte, con algunos hallazgos visuales interesantes siempre concernientes a Pennywise y sus diferentes encarnaciones (esa cabeza con patas de araña no está nada mal). En cambio, se advierte algo raro en los diferentes flashbacks, con algo que parecen retoques digitales posiblemente causados por el crecimiento de los niños actores. Nada demasiado importante, en realidad.
En cuestión de terror, la película está trufada de escenas con contenido truculento y efectista, quizá demasiado. En este sentido, diría que el nivel de gore es sorprendentemente alto para tratarse de una producción de estudio con target de público mayoritario, cosa que es de agradecer.
El presupuesto ha permitido contratar a nombres conocidos como cabezas de cartel, contando con los solicitados James McAvoy y Jessica Chastain como principal reclamo. Sin embargo, el que roba la función no es otro que Bill Hader, gracias al mimetismo de su personaje con su contrapartida infantil y a tener un protagonismo que rivaliza con los arriba mencionados. Bill Skarsgärd vuelve a bordar a Pennywise, aquí contando con carta blanca en cuanto a presencia y excesos. Algo hay en su caracterización que da muy mal rollo. Como curiosidad, el español Javier Botet, todo un clásico en el terror moderno, está acreditado en la película.
No hay mucho más que decir. IT capítulo 2 se sitúa, para mi gusto, en un escalafón inferior a su predecesora. En su favor diré que las casi 3 horas de metraje no se hacen pesadas y que en general está resuelta con oficio. Pero también parece de esas películas que en su mayor parte parecen rodadas con el piloto automático, con lo que finalmente tenemos un producto que cumple con los mínimos requeridos pero que resulta fácilmente olvidable.