RITUAL ROMÁN VII: MAL NACIDO (Fco. Javier Olmedo Vázquez)

El ungido vive a medio camino entre la realidad y la locura, ajeno a su ascendencia y destino sumido en una vida de rutina conformista. Alternando, tras un evento de reencuentro forzado con sus raíces, lagunas de transformación oscura con el día a día humano. Su otro lado, su otra cara que muestra dentro de las sombras. Sin memoria de todo ello. Pero el culto debe despertarlo para codicia de su líder, que mira las estrellas con envidia. Hacer al protagonista consciente de sus dones para llegar a la parte que les corresponde de Dios. No un Dios cualquiera. Y un pequeño pueblo pagará por estas ambiciones cósmicas.

Así trascurre el argumento, tras un prólogo que nos sitúa en guardia y alerta, entre el periplo del protagonista, inconsciente al efecto que provoca y a lo que él mismo es o en lo que le han convertido. Y las consecuencias de esos sus actos, casualidades y accidentes nefandos. En progresión terrible.
Siendo del género Lovecraft, porque ya es un género literario en sí mismo, el autor tiene la virtud de no escribir lo que queremos leer, sino lo que no sabemos que queremos hasta que caemos en sus libros. Y no lo pone fácil, como debe ser en este subgénero. Sino que ahonda con tino y verbo recio en argumentos que sabes acabarán encajando de forma terrible. Con ese personaje que ya nace trágico.

Este escritor afronta sus obras, no es la primera que leo y espero que tampoco la última, con una elegancia y seriedad admirables. Garantizando más allá del mínimo de calidad. Acercándose a la obra del Maestro con fervoroso respeto y conocimiento a la par que lo introduce en su estilo y voz propios. Dando como resultado un manuscrito de ritmo inefable e intensidades ominosas. Además, crea y aporta nuevos númenes de pesadilla para el Panteón Exterior. Con todas sus terribles características y caprichos. Con siempre esa superioridad sobre la ínfima humanidad.

Un ejercicio intimista y muy personal de horror cósmico. Una voz distinta y constante en su arritmia, como una mecedora de clavos. Te promete un tipo de texto concreto y te lo ofrece sin censuras. Pero es un estilo que, si no gusta de antemano y lectura, resulta complejo que te deje entrar en sus páginas y formas.
Bien es cierto que algunas partes se hacen lentas y densas, de compleja digestión. Y que algunos capítulos, por su intensidad, podrían mejorar siendo ligeramente más breves. Pero es el estilo y la cadencia. Usando el cambio de foco de un protagonista a otros, radical y desequilibrado, como parte del juego de perspectivas.
El final, como entres al libro, como sientas, si lo adoptas en tu mente, te dejará conmocionado.

Con esta nueva publicación el autor solidifica y consolida su estilo lovecraftiano, aumentando de a poco la cosmogonía de entidades incomprensibles que no sabemos ver cuando miramos el cielo. Aquí un declarado seguidor y lector. Más miedo exigirnos. Si estáis seducidos por la obra de H.P. Lovecraft, no dejéis de leer.

Pd: no falta, para gozo lingüístico y sonoro, ni uno de los palabros o expresiones habituales del Maestro en sus obras.

FICHA TÉCNICA