Ritual Román 74: Simón dice

por Román Sanz Mouta

Título: Simón dice

Autor: Alicia Pérez Gil

Editorial: Autopublicado

Nº páginas: 110

Género: Terror

Precio: 5,20€ / 2,99€ (digital)

Pilar lleva dos años sin hablar, desde aquel accidente que terminó con la vida de su prima pequeña. Cree que si abre la boca algo terrible sucederá. Pero el barrio se puebla de gente extraña y una preciosa niña, muy parecida a su querida Susi, necesita su ayuda.
¿Qué pasará cuando Pilar, por fin, hable?

 

CRÓNICA EN SUSURROS

Ya en su preámbulo y a lo largo de las primeras páginas, la novela me produce una sensación de inquietud, e intento rascarme algo a lo que no llego; un presentimiento nefasto. Eso es síntoma de lo oscuro que subyace en la obra, y provoca ganas de seguir leyendo para ver hasta dónde alcanza. Porque la adolescente y protagonista, Pilar, muda por obligación y elección, está siendo reclamada por un poder latente, uno al que ha decidido desterrar debido a las consecuencias funestas que tuvo su intervención. Porque eso la convirtió en culpable de la muerte de su querida prima. Y contra eso lucha cada día mediante rituales, mantras repetidos hasta la saciedad, tanto despierta como dentro del mundo onírico, y que teme dejen de funcionar en cualquier momento. Su rutina diaria es terrible, aun sin saber qué le acontecerá mañana. Y desechando los vínculos para no hacerse débil, vulnerable, y permitir a esa cosa retornar con toda su malignidad. A Simón.

Este es el cuadro ante el que nos encontramos, y no puede ser más sugerente. Pues te perturba cada vez que te adentras en la lectura, sufriendo por Pilar, compartiendo sus desvelos, pues vive al límite de la resistencia. Más todavía cuando intuye ocupas, quizá dos presos fugados, en el edifico abandonado que se sitúa frente a su ventana. Más aún cuando empieza a relacionarse desde las alturas, y con voz unidireccional, con una niña que le recuerda a su prima. Porque, excepto su madre y su fisioterapeuta, todos desconfían de ella. La maquinaria arranca, lo terrible acecha, y nos guía la autora con maestría paso a paso, contando a la vez que sugiriendo.

Esta obra es el perfecto ejemplo de cómo la literatura de terror trata, con mucho tacto y sensibilidad en este caso (más crudo en muchas otres), la problemática social, humana, los traumas, el conflicto, la locura y la cordura. Sentimos un dolor de fuego por la incomprensión hacia los niños y su manera instintiva de pensar, de percibir, que nos parece (y les parecemos) extraterrestres. Por el abuso entre ellos mismos, fuertes y débiles, normales y raros (según criterios mayoritarios y establecidos, heredados), potenciado por padres y profesores. Además, trata sobre mujeres fuertes, tengan la edad que tengan, y hace homenajes a otras referentes que abrieron ese camino de la igualdad.

Sobre su desenlace, tras la volubilidad de la joven, sujeta a las emociones, amenazas y estímulos de todo tipo que recibe, solo puedo decir que es acorde al alto nivel de todo el texto. Los barcos zozobrando a la deriva, pese a su voluntad indómita, a veces naufragan, a veces llegan a buen puerto.

Una novela corta, intensa y emocional. Me ha alcanzado, he sufrido con ella. ¿Qué más se le puede pedir a una obra de miedo que es mucho más que género de terror?

 

Pd: la culpa en un niño, en una niña, pesa mucho más que la de un adulto, por responsabilidad y conciencia. Debiéramos aprender de ellos.

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