Título: Fuera de confort
Autor: R.G. Wittener
Editorial: 2Cabezas
Nº páginas: 112
Género: Antología de relatos de terror incómodo y clásico
Precio: 11€
Ocho relatos incómodos e inquietantes. El terror está en lo cotidiano. La semilla de lo malsano habita hasta en las mejores familias. Lo confuso y lo perturbador como la palanca que activa la rutina.
En tu casa. En la tienda de la esquina. Tu hijo. Tu vida. En lo más recóndito de tu propio ser. La nota discordante a la razón, el tren de mercancías que choca de frente contra la realidad. Pronto estarás fuera de confort.
Ocho historias que desafían las propias convicciones científicas de un universo que apenas conocemos. Tú mismo, o alguien muy parecido, podría ser ese protagonista que se enfrenta a la tragedia o a la extinción.
CRÓNICA
Afronto Fuera de Confort, esta antología de cuentos de terror, sin tener el menor conocimiento sobre el autor (creo), cosa que siempre me motiva cuando me viene bien recomendado. Y ya intuyo, en ese prólogo perfilado que nos da pistas, hacia dónde puede orientarse su sentido del miedo y de lo retorcido. Porque aspira a la sorpresa cruenta y no al susto fácil; ahondando en los recovecos sombríos dentro del alma y la intención humana, aunque vaya disfrazado el hombre de cordero o quiera justificar sus actos (siempre hay una excusa). Así, cada texto puede resultarnos inesperado. Luego, una vez concluso y asimilado, acaba por ser cuasi lógico (que no empático, o no siempre), porque nosotros y nosotras podríamos haber realizado tal acto. Y ya esa tendencia se refleja en el primero de los escritos, así que vamos a ellos sin dilación:
Gloria revivida: un actor, en el ocaso de su estrellato, intenta rehabilitarse a base de fiestas, dejándose ver por los productores, sin cejar en su desafío que supone conquistar a toda falda que se mueva sin tener en cuenta las edades. Así es como conoce a una joven, que no sabe cuán joven o quién pueda ser, y lo que sucede a continuación nos dejará el cuerpo tembloroso. Contiene este texto una virtud inestimable; nos despista, nos lleva de un lado a otro en nuestra intuición sin ceder el volante. Y me gusta lo impredecible, que superen ese umbral de guion narrativo; el desenlace esperado o cuando la historia no es lo que creemos que era.
Normas de convivencia: nos obligan aquí a mirar de frente a nuestro vecindario. Esa gente cotidiana, del día a día, normales o anormales, en los que confiamos incluso en la desconfianza (o la rivalidad y el pleito) por rutina. Con los que tenemos un trato continuo, puede que de amistad, cordial, frio o inexistente. Pero no sabemos qué ocultan tras las puertas de sus casas, tras sus tristes o apasionadas existencias, en sus anhelos o pensamientos. Porque quizá, y solo quizá, estemos compartiendo metros cuadrados, y solo nos separe una lámina de pared, con seres aterradores. Cuidado… Una manera perversa (y divertida) de mirar las sociedades de cajas en las que convivimos.
Un futuro brillante: ya en este texto, con un niño ilusionado con aprender, se huele un ambiente ominoso, algo erróneo que devendrá en terriblemente mal. La historia va sobre este adolescente en los años cincuenta, que se compra un juego de laboratorio nuclear, con todos los componentes (todos es todos, incluso isopos de uranio y un contador Geiger). Y con ello va en búsqueda de más muestras radioactivas. Este joven, con el padre ausente, deposita sus esperanzas en semejante y otros proyectos científicos, con su amigo de siempre y otra chica que surge de la nada, descubriendo las emociones exaltadas, obligándole a desafiarse mientras todo se derrumba a su alrededor. Maravilloso cuento que tiene un poco de todo, y que nos traerá de vuelta la infancia propia.
Malos hábitos: aquí asoma a un tema de discusión continua, si el mal nace o se hace. Sobre todo con los recién paridos, esos tiernos infantes, inocentes, o quizá no. El cómo se van formando, lo que ya traían dentro, la educación que reciben, lo que aprenden y absorben del entorno, mientras se contagian de cuanto les rodea. Pero este niño pequeño expresa la crueldad como un arte que deriva en asesinato. ¿Qué debe hacer los padres? ¿Consentirlo, justificarlo, castigarlo? ¿Hay algún castigo suficiente? ¿Acaso algún padre está preparado para criar a algún hijo? Doloroso cuento, tanto para progenitores como para los que no lo son.
Cita perfecta: somo aquí testigos, cuasi voyeurs en una cita a ciegas, en la que el autor nos obliga a decidir, a tomar partido en el juego propuesto: quién de los dos es más peligroso, ¿ella o él? ¿Quién es cazador y quién es la presa? ¿O ambos ejercen estos duales papeles? Ellos creen tener claras sus respuestas. En las extrañas costumbres de uno y los hábitos de la otra, adivinamos un crueldad pronta y segura, pues no esconde el creador sus cartas aquí, así que participamos con gusto. Porque nos atraen las travesuras y el peligro.
Días inolvidables: en este cuento una relación se encuentra abocada al fracaso, debido a la dedicación de ella a su trabajo en la experimentación cuántica. Y él, mientras tanto, agotado por la ausencia, lleva una doble vida. Hasta que sus sentimientos le exigen confrontarse y ponerlos sobre la mesa. Darle fin. Lo que no conoce el hombre es que los experimentos de ella han resultado exitosos, y ha conseguido mirar al futuro, casi empezar a desarrollar los viajes en el tiempo, por lo que se sitúa un paso por delante. Entonces, ¿qué puede o no puede hacer? Cuando conoces el futuro, ¿para qué vivir el presente? Una visión profética a lo que perpetramos en laboratorios y al mal uso que podríamos darle. Estupendo texto.
Sin huella: ¡los extraterrestres ya están aquí! se camuflan entre nosotros. Pueden adoptar nuestra forma. Todos conocemos la amenaza que suponen, y estamos atentos para poder denunciar y prevenir. Porque cada noche, unos discos voladores sobrevuelan la tiniebla para secuestrar más y más humanos. ¡Y a saber qué te hacen allí arriba, en sus naves! Cada cual tiene una teoría aún más descabellada. En este panorama nos presentan el tránsito de un hombre que solo anhela comprar alcohol para retornar a la seguridad de su hogar. Por ello visita el ultramarinos, su última opción, donde apuran consumismo clientes vespertinos, donde un malhechor entra armado… A partir de aquí explota el texto. Me encantan los buenos cuentos de aliens al estilo de los años cincuenta, cuando la paranoia corría libre y sin ataduras (uno de los tres mejores cuentos junto con Días Inolvidables y Un Futuro Brillante).
Nunca: algo ha pasado en el mundo, quizá un apocalipsis. Porque hay una niña que es prácticamente esclava y ha cambiado de manos. Y nos va desgranando su triste historia, de a poco, el narrador. Sobre una alarma que les avisaba de algo nefasto, y cómo se escondió en el colegio para quedarse sola, sin sus padres, sin Cecilia. El cómo la rescatan. Y cómo luego no la rescatan. Obligada a trabajar con horizontes funestos ante sí. Ella es voluntariosa. Fuerte. Determinada pese a su edad. Valiente, muy muy valiente, con trucos en su no chistera. Rodeada por enemigos terribles. Este periplo de una infancia injusta nos perturba, nos contagia. Un ejercicio de claustrofobia poniéndonos en lugar de la pequeña.
Pues esto es. Una de las características que se denotan claras es que el autor, de forma intencionada, deja que nos imaginemos el final, no sin haberlo regado todo de pistas, orientándonos sin brújula o estrella polar. Después aparecen los giros (solo si no te los esperas, de lo contrario, continuidad), las sorpresas de las que no os destripo, ni tan siquiera en las micro sinopsis contenidas. Un buen descubrimiento esta compilación y este autor que bebe de las fuentes del horror clásico, de la complicidad con el lector, que se siente (me siento) obligado que cumplir su parte del trato (la escritura y la lectura son vasos vinculantes y bidireccionales). No abusa, además, de los efectos modernos, pues sabe cada relato a atemporalidad. Tengo que recomendar Fuera de confort. Y felicitar al autor (y también a la editorial 2Cabezas por la apuesta), aunque espero hablar con él para comparar teorías sobre ciertos desenlaces…
¡A leer!
Pd: sigo con el regusto de los extraterrestres, ¿estarán entre nosotros? ¿Desde cuándo? ¿Quién soy yo?
Román Sanz Mouta
Redactor