Título: Contexto Marte
Autor: Luis Eduardo Barraza
Editorial: InLimbo
Nº de páginas: 106
Género: Poesía extraterrestre
Precio: 13€
Recuerdo cada una de las cartas que le escribí a mi madre
y nunca envié
Recuerdo a mi hermano
Recuerdo una mañana de flores cansadas junto al ataúd escarchado de su voz
Recuerdo el mar
Recuerdo los conejos
las praderas heladas
Hablar de Contexto Marte es todo un reto. Tanto como leerlo. Ana Martínez Castillo, editora de InLimbo, ya avisó sobre la contenida —o incontenible— potencia que encierra este pequeño libro al afirmar que era lo más extraño que había publicado hasta la fecha. Después de disfrutarlo tengo que darle la razón, ya que la obra de Luis Eduardo Barraza destruye y deconstruye cualquier convencionalismo literario a base de torbellinos que asolan el planeta rojo y se llevan por delante cualquier forma de vida que se le enfrente, incluyendo al propio lector. Con estas palabras, deberíais ir intuyendo que se trata de un libro que tenéis que leer.
La palabra experimental se adapta a Contexto Marte e incluso se queda corta dadas algunas de sus peculiaridades. La primera impresión, la visual, ya anticipa las intenciones de un autor dispuesto a todo, al lanzar frases y palabras que constantemente se separan por grandes espacios —como debe suceder en Marte— en blanco. Esta pesadilla para la maquetadora, a la que hay que alabar, constituye las ruinas de un planeta por descubrir, tanto como los latidos irregulares de su narrador. Agarrando la poesía del cuello, Barraza pasea por un terreno ingrávido soltando versos que, como toda buena literatura, encierran grandes temas.
El poeta habla sobre libros «bajo el influjo de un libro totalitario que nunca podrá escribir». Es decir, el libro como meta inalcanzable para un escritor, metáfora de la aspiración humana hacia lo que no puede llegar a realizar. Hay una elegía dedicada a la capacidad creativa y creadora de los extraños humanos, «porque todo libro es algo más que su cuántica; porque su huella sobre el planeta es real y magnífica». Es la búsqueda del legado, la manera de que tus pisadas no se borren y permanezcan. «…la literatura es sudor paridera sintomática amoralidad excusa abolición del yo verdadero que nunca descansa y se revuelca transido…».
Pero, más allá de la literatura, se adivina mucho de añoranza hacia lo perdido, especialmente hacia el padre muerto, muy presente en todos y cada uno de los poemas-archivos, haciendo hincapié en el sentimiento astronauta de quien se halla en soledad completa y lejos de todo. La figura del padre aparece, se repite, casi omnipresente como una luna sobre un planeta. Es una curiosa manera de escribir una autobiografía la de Barraza. El dolor se presiente bajo los versos, y a través de su sonoridad y su movimiento a través de las páginas te alcanza cuando menos lo esperas.
La poesía también es impacto, y aquí ese golpear se va deslizando entre las evocaciones y añoranzas del tiempo dejado atrás. Las imágenes de infancia, los decorados de otro tiempo o ese padre tótem son algunos de los elementos que nos permiten enganchar con la ¿prosa? de Barraza, logrando en muchos momentos una experiencia sensorial muy especial. Se hurga tanto en las palabras, se las hace chocar tanto entre sí, que la chispa nace muy a menudo llevando al asombro por lo que es capaz de hacer la literatura. El contexto cosmológico es en realidad una cortina tras la que observar la vida, una vida no lineal ni coherente. Como todas las vidas.
Se me antoja milagroso trasladar tantos conceptos, tantas emociones, tantas texturas, en un libro tan poco accesible. Hay mucho de real en esta poesía, aunque a veces cueste verlo. En cierto sentido, leer Contexto Marte debe ser parecido a contemplar la vastedad del universo a través de una escafandra de cosmonauta. El vaho empaña la visera pero nuestra respiración elimina la opacidad. A veces vemos, a veces no. Solo puedo aplaudir el riesgo y animar a quien lea estas palabras a ponerse esa escafandra.
José Luis Pascual
Administrador